viernes, 26 de junio de 2009
YEYO Y DON CECILIO
Hoy, mientras me dirigía hacia el trabajo, me acordaba de un profesor que tuve en la Universidad. Me acuerdo de él "cada equis meses" porque en una de sus clases nos dio uno de los consejos que más útiles me han resultado en la vida.
Era nuestro profesor de radio de primero de carrera, Eugenio González Ladrón de Guevara, aunque todos le llamábamos Yeyo.
Era una especie de Orson Welles a la española (si es que se puede ser más "a la española" que Orson Welles). No seguía ningún programa en sus clases. Llegaba, se sentaba y empezaba a darnos charlas sobre lo primero que le venía a la cabeza.
En una de esas charlas nos soltó aquel consejo cuya esencia intentaré plasmar aquí con mis propias palabras:
"Lo que tenéis que hacer en la Universidad es descubrir a qué os queréis dedicar; vuestra auténtica vocación; qué es lo que os hace sentir más plenos que ninguna otra cosa. Y cuando tengáis la suerte de descubrirlo, entrenaros en ello como si quisiéseis ser los mejores del país en esa cosa. Lo demás no importa. Las asignaturas de esta carrera las podéis aprobar estudiando la tarde antes del exámen, así que tenéis tiempo de sobra para lo otro. Si queréis ser locutores de radio, hablad frente un a micrófono hasta que se os seque la garganta, si queréis tocar la guitarra practicad hasta que os sangren los dedos, si lo vuestro es la Literatura, leed hasta que se os canse la vista y escribid hasta que os salgan callos en las manos."
Es posible que si no hubiese escuchado aquellas palabras hoy día no estuviese donde estoy. Para bien o para mal.
Y, como os iba diciendo, hoy me dirigí hacia Miramon acordándome de ese profesor y ese consejo. Me suelo acordar de ello unas cinco o diez veces al año, pero hoy pasó algo que nunca había sucedido en las cuatro o nueve veces anteriores:
Estando en Miramon, a punto de marcharme ya de la ETB... me crucé con ese profesor. Él también salía del edificio. Un poco más viejo que la última vez que le vi, con sus andares crepusculares, wellesianos... Acordarte de Yeyo en Donosti y encontrártelo en Miramon a las pocas horas es como acordarte de Kevin Spacey en Teruel y de repente encontrártelo por allí.
Me abordaron unas ganas tremendas de pararle y recordarle que había sido alumno suyo y decirle lo mucho que me había ayudado ese consejo y hacer notar lo mágico que me parecía aquel retazo de sincronicidad, aquel "milagro todo a cien" de despertarme acordándome de él y encontrármelo ese mismo día.
Pero no quise importunarle, ni dar la nota delante de mis compañeros de trabajo. Así que lo dejé marchar y contemplé esos pasos cansados que parecían dirigirse hacia vete a saber qué cementerio de elefantes del interior de mi cabeza.
Se me quedó un coágulo de frustración atravesado en la garganta. Como aquella otra vez, hace ya unos cuatro años, cuando (en plena preparación del rodaje de Gritos en el Pasillo) Alby y yo nos encontramos con Don Cecilio, nuestro antiguo profesor de Pretecnología del colegio... y dejamos pasar la oportunidad de decirle que todas aquellas torturas a las que nos sometía en sus clases, todo ese recortar y moldear y pegar y soldar y medir y pintar y barnizar, todo aquello que juzgábamos tan inútil y tan absurdo en la vida real, nos resultó lo más útil del mundo y lo más "botiquín de primeros auxilios del mundo" cuando tuvimos que construir los decorados y miniaturas de nuestra peli. Quizá debimos abordar a Don Cecilio y decirle que (después de Raúl, nuestro director artístico) él era la persona de la que más nos habíamos acordado mientras serrábamos y encolábamos y siliconeábamos cien cosas destinadas a aparecer en nuestra primera película. Pero Don Cecilio estaba ocupado vigilando a una horda de colegiales en una exposición de Arte Contemporáneo y, una vez más, no quisimos importunar.
Así que hoy es día de acordarme de Yeyo y Don Cecilio y reflexionar sobre cómo a veces (demasiadas veces) nos callamos cosas que deberíamos de decir y cómo ciertas cosas suceden demasiado deprisa y pasan de largo antes de que espabiles lo suficiente para saludarlas como se merecen.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
18 comentarios:
A mi me pasa lo mismo, pero con mujeres, somos unos tolais.
Eres el puto amo Juanjo!!
Y no por dejar pasar esa ocasión, sino por cómo lo cuentas. Me has tenido como viendo una película y animando al prota "¡venga, díle algo!". Será porque como dice Jack Shadow, eso nos ha pasado de una u otra manera alguna vez.
¿Pero a que también nos hemos llevado algun chasco "aprovechando" la ocasión, y descubriendo que era mejor en nuestra imaginación?.
Con esa reflexión os dejo.
Yo voy a tomar unos tragos que me lo he ganado. Hoy va a ser un viernes duro!!
Sí, Jack! Esta anécdota aplicada a las mujeres también es un clásico! ;)
Drunky Dean: Sí es cierto que a veces las cosas tienen más magia si no las amarramos al mundo concreto. Distruta de esos tragos! Yo también me voy a tomarme algunos por ahí!
Todos hemos tenido a ese tipico profesor al que nunca olvidas.
Un saludete
Qué buena entrada primo, muy de acuerdo, y es curioso porque llevo días hablándolo... si contemplas las oportunidades perdidas y las posibilidades de meter la gamba o "importunar"... siempre es mejor lo segundo, porque cuando te arriesgas a importunar siempre te das cuenta de que el resultado es muy distinto a lo que esperabas, las cosas suelen funcionar mejor, claro, con un margen de error en el que en verdad importunas :)
pero en mi opinión es no comparable.
Vamos, te cuento esto porque en mi vida creo que he dejado a demasiada gente sin importunar :D y desde hace un año decidí cambiar eso.
Un saludo!
Que grande el señor Yeyo!! ya no me acordaba de él, y es que a mi no me dio clase pero siempre que me encontraba en radio me soltaba alguna.
Dentro de unas horas inauguramos... que penica que no puedas venir! ya te mandaré fotos.
Un besazo y pasalo muy bien en tu isla.
Chache: Gracias por seguir pasándote por aquí! Un abrazo!
Tay: Gracias por el consejo! Intento ser como tú y cada vez dejar pasar menos oportunidades. He progresado mucho en ese aspecto en los últimos años, pero todavía me queda un poco!
Pal: Es verdad! Tú tuviste que conocer al señor Yeyo! Muchísima suerte con la inauguración, Intrusa!! Qué pena no poder estar allí! Te mandaré sms mañana! Guárdame una mahou pa cuando pase por allí!
Que va, si acaso, como yo también intento ser... lejos estoy aun de eso jejejej échale un vistazo a mi última entrada, esta curiosamente relacionada con esta. ;)
Jo.
Deberías haberle asaltado. A los profes les mola que sus alumnos se acuerden de ellos (sea para bien o para mal). Ellos raramente se acuerdan de nosotros, pero disfrutan igualmente.
Hace poco, en una velada literaria, coincidí con un profe mío de lengua del insti. Yo había ganado el primer premio de cuento y él, el segundo. Fue divertido. No se acordaba de mí pero parecía sentirse orgulloso por su antiguo alumno.
Reconozco que soy un poco desvergonzado pero, siempre que me encuentro con un profe, si era de los güenos, lo paro y me pongo a charlar. A veces la situación es incómoda, pero otras veo cómo lo agradecen.
Muy bueno el consejo de tu profe. Ojalá alguien me lo hubiera dado a mí. Te cuento, que hoy estoy que hablo por los codos: he estudiado Ciencias Ambientales, idiomas, guión, locución y un montón de cosas más. He trabajado investigando en la universidad, haciendo programas en la radio, de profe de biología en academias, de monitor ambiental, de animador de tiempo libre, de bloguero mal pagado, de corrector y de agricultor ecológico.
A mis 28 años, sigo muy bien sin saber qué quiero ser de mayor. E intuyo que a los 50 tampoco lo sabré. Jeje. Creo que me gustan todas las materias de conocimiento y que me siento a gusto en cualquier trabajo, siempre que los compañeros sean majos.
Estoy pensándolo mejor... mmm... y creo que de mayor quiero ser Billy Wilder o domador de pulgas. Mmmm... No sé, no sé... Qué vida ésta...
Abrazos, artista!
Cielos, Rubentxo! Pues sí que te han cundido esos 28 años!! A veces la vocación de uno no tiene por qué tener un nombre concreto ni estar etiquetada. A veces es algo que se siente dentro de los huesos pero no es tan fácil de definir, y puede estar relacionada por igual con todas esas ocupaciones que describes.
Abrazos!
Sí me acuerdo de Yeyo, aunque a nosotros no nos dio esa charla. Era todo un personaje, se merecía haber dado más clases. Son increíbles estas coincidencias.
Hay algo fascinante en el decadente Orson Welles. Es como si ahora nos dicen que, por culpa de Ágora, Amenábar en el 2030 sólo hace anuncios de Fanta Naranja... Y borracho!
http://www.youtube.com/watch?v=o5LkDNu8bVU
Te ríes, pero también es triste...
En los dos casos, tu asalto para ellos hubiera sido motivo de alegría y satisfacción... lo se seguro.
La próxima dejate llevar y que no te asalten las ganas, asaltales tu a ellos!
Besazo y buen viaje de nuevo!!!
Rafa: Sí que es conmovedor lo de Welles. Yo creo que actualmente la persona más parecida a él, tanto por carácter, como por manera de rodar los planos como por tipo de proyectos que acomete... es Terry Gilliam. Tauro tenían que ser ambos...
Cata: Sí... como hijo de profesora que soy, sé que a los profesores les gustan esas cosas, pero uno que es tímido, o simplemente que estas cosas suceden cuando hay que forzar la conversación de forma antinatural... Me voy pal aeropuerto de Bilbo! Abrazos!
Pues es cierto lo de Welles-Gilliam: Don Quijote sin acabar, grandes angulares, personajes locos, piruetas narrativas...
Qué curioso.
Ay Don Celes... siento decirte que te arrepentirás de no haberle dicho nada a Yeyo.
Yo uno de estos días escribiré a un profesor que me marcó mucho en la universidad. Le escribiré para decirle que es un hijo de la gran puta y que gracias a él estoy aquí, porque frustró una vocación...
Me congratula anunciarte que me acabo de comprar a 6 euros cada uno los siguientes DVDs: "Golpe en la pequeña china", "Escape de Nueva York" y "La niebla" ¿cómo te has quedado?
felices vacaciones!!
Gran selección de dvds, ¡Sí señor! ¿La Niebla de Carpenter o la de Darabont?
carpenter of course
A la de Carpenter, en mi opinión, le falta trama. Pero está tan bien rodada y tan preciosamente ambientada y tan llena de magia...
Puto Carpenter!!
Publicar un comentario