jueves, 26 de abril de 2012

SI HAY BENEFICIOS YA HABLAREMOS


Está volviendo a pasar.

Algo que en su día tuvimos que aguantar todos - o casi todos - los que nos dedicamos al guión. Una especie de bautismo de fuego:

Llega el productor de turno, que ha contactado contigo a través de un "conocido común" y te empieza a vender una moto como la copa de un pino.

Te dice que tiene un contacto muy gordo en no sé qué tele, o que tiene una subvención ya casi concedida porque conoce a "no sé quién". O que está en relaciones con "no sé qué" productora gorda que está buscando proyectos.

Lo único que le falta - te dice - es un guión. Y ahí es donde entras tú. Quiere que le escribas un largo maravilloso (o una serie, o una cosa que pueda servir para largo y serie y telefilm a la vez).

"Ahora están pidiendo mucho thriller, ¿qué tal si me escribes un thriller? Claro, ahora no te puedo pagar, pero si hay beneficios, ya hablaremos y bla, bla, bla..."

Lo normal es que nunca haya beneficios, claro. Pero todos - o casi todos - hemos picado alguna vez.

Cuando se empieza en esto, un tío que te dice que conoce a un par de famosos y que "ayer tuvo una reunión con telecinco" nos deslumbra.

Cuando se empieza en esto, si alguien te dice "Toni Cantó se ha interesado en el proyecto" aún no sabes que eso no significa absolutamente NADA.

(los ejemplos son ficticios)

Creo que incluso es útil "dejarse engañar" de esa manera un par de veces. Como mínimo, es una forma de adquirir quilometraje y de añadir un par de líneas al currículum.

El caso es que ahora, con esto del "fantasma de la crisis", he visto ya varios casos de amigos míos que, a pesar de contar con una trayectoria PROFESIONAL e INDISCUTIBLE en el mundo del guión, se están dejando liar OTRA VEZ por ese timo del "si hay beneficios ya hablaremos".

Yo confieso que en su día me dejé liar más de las dos veces de rigor, porque soy más gilipollas que la media, pero finalmente, a partir de cierto momento, decidí que sólo curraría gratis con amigos y gente muy afín, o en proyectos que me interesasen MUCHO, MUCHO.

Elaboremos un perfil del "enemigo":

¿Qué clase de gente es la que intenta liarte con el "si hay beneficios ya hablaremos"?

A veces se trata de gente honesta que confía realmente en su proyecto y realmente no tiene la pasta. Y quién sabe si en esos casos el proyecto no llega a buen puerto porque el tipo en cuestión carece de la "hijoputez" necesaria.

Otras veces - demasiadas veces - se trata de productores cantamañanas que sí tienen el dinero pero quieren ahorrárselo. Y lo hacen aprovechándose de que los que nos dedicamos al guión somos, por definición, gente que ama lo que hace. Gente capaz de dejar la cuestión del dinero en un segundo plano con tal de ver su trabajo en una pantalla.

Se aprovechan de nuestra vocación.

Y el hecho de que los guionistas no tengamos un sindicato de verdad, ni un marco legal que nos beneficie, ni siquiera un puto epígrafe en el que darnos de alta... en parte se debe a nuestra propia desidia y a nuestra poca cohesión como grupo, claro...

... pero siempre he pensado que en el fondo, todo eso también es así porque a los productores NO LES INTERESA que los guionistas tengamos dónde agarrarnos.

Porque hasta ahora, la mayoría de los productores de este país han dado por hecho que pueden sacar adelante los proyectos sin arriesgar su propio dinero. Y para eso necesitan subvenciones. Y para que les den una subvención necesitan presentar ALGO ESCRITO.

Y si resulta que, de repente, el gilipollas al que has embaucado para que ESCRIBA te sale con que quiere cobrar por su trabajo... ¡Ya te ha jodido el chollo! ¡¿Cómo vas a gastarte dinero antes de estar subvencionado?! ¡Ooohhh! ¡Es de locos!

El otro día pensaba en la cara que pondrían los productores si fuésemos nosotros a pagarles con la misma moneda:

"Hola, te llamo porque tenemos un amigo común que me ha dicho que te gusta producir. Y ahora, no sé si lo sabes, pero las teles están buscando proyectos como locas. Y yo sé escribir unos guiones cojonudos, y por un conocido común que tengo con él, sé que a Mario Casas le apetecería protagonizar una historia como las mías." 

"Lo tengo todo en la cabeza. Lo único que me falta es la financiación para la peli. Y ahí es donde entras tú. Tengo entendido que esa clase de cosas se te dan bien y tienes facilidad para ellas, ¿no? El guión no te lo puedo escribir de momento, claro, pero si la peli funciona y consigues pasta y me la vendes a las teles, pues ya hablamos de cómo y cuándo te la escribo."


"¡Ah! Y colaborar conmigo te va a servir para conocer a otros colegas míos guionistas, que en este mundillo se necesita estar bien conectado."

"Y no te preocupes, que el café de hoy lo pago yo."



viernes, 20 de abril de 2012

TURBOTINES Y RUEDECILLAS


Hoy me he acordado de un clip que rodamos para el making of de Gritos en el Pasillo.

De hecho, creo que he soñado con ello.

Lo raro de estar enfermo es que a veces uno pierde la noción de qué es soñado y qué es real.

Confío en obtener algo provechoso de ello.

Puede que incluso sea cierto eso de que se encuentran más verdades en el mundo de los sueños que en el mundo de la vigilia.

A lo que iba:

He recordado/soñado ese clip que, finalmente, no pudimos incluir en nuestro making, porque ya empezaba a durar demasiado.

A algunos os sonará este clip. Creo que ya lo he colgado por aquí anteriormente. Se trata del vídeo en el que explicamos - parodiando las teletiendas - "cómo funciona el TURBOTEEN".



Lo bautizamos "turboteen" en honor a aquella serie sobre un chaval que se convertía en coche cuando se mojaba. Nos gustaba poner nombres bizarros a las cosas.


Si habéis visto el vídeo, ya sabéis lo que es un "turboteen". Si os da pereza verlo, no os preocupéis, voy a explicarlo en poquísimas palabras:

El "turboteen" es un dispositivo muy rudimentario que diseñamos para poder manejar con cierta precisión a los personajes de nuestra peli. Estaba construído con un tubo de bolígrafo, un alambre, una cuña de madera y una rueda (también de madera).

La función de aquella rueda de madera era aumentar el radio del tubo de bolígrafo, para poder hacer girar a los muñecos con algo más de precisión.

Pues bien:

Al final ese maravilloso turboteen lo usamos... un par de veces, como mucho.

Al menos en sentido estricto.

Porque en cuanto adquirimos un poco de soltura manejando a los personajes, la rueda nos sobraba. Nos bastaba con el tubo de bolígrafo. Nuestras manos se acostumbraron a los micro-movimientos que exigían los cacahuetes, y aquellas ruedas de madera, en decorados tan pequeños, lo único que hacían era entorpecer y ocupar demasiado espacio...

Y, bueno... de pronto todo eso se me ha antojado como una metáfora, como un ejemplo muy gráfico de cómo ciertas cosas son necesarias en los inicios, pero luego dejan de tener sentido.

Muchas de las cosas que resultan necesarias en los inicios - normas, preceptos, "manuales de instrucciones" - dejan de tener sentido cuando ya hemos alcanzado cierto grado de soltura, cuando ya podemos invocar el resultado idóneo sin usar esas herramientas preliminares, cuando podemos cocinar el plato sin respetar la receta paso a paso.

Supongo que la metáfora de la ruedecilla del turboteen en similar a la de otras ruedecillas bastante útiles: Las de las bicis.

Sí... Ésas que ponen en la parte trasera de la bici para que los críos no se caigan.

Cumplen su papel hasta que el niño es lo suficientemente diestro para poder mantener el equilibro sin usarlas.

Y creo que cada día soy más fan de esas ruedecillas de los turbotines y de las bicis. Tienen la ingrata misión de aportar su utilidad en el momento más necesario y luego... desparecen...

No posan en la foto... ni reciben medallas.

Pero fueron necesarias. En su momento.

Las ruedecillas.

Saben cuándo tienen que entrar en escena, y saben cuándo tienen que retirarse de la escena para no molestar.

No es tan fácil saber cuándo hay que retirarse de la escena. Napoleón no supo hacerlo, por ejemplo.

Sí. Ya sé que es una chorrada de idea. Igual no merece tantas palabras. Ya os he dicho que estoy malito. ¡Coño! No doy pa más.

En mi barrio están quitando los andamios. Cuando llegué a este piso estaba toda la zona repleta de andamiajes. Un barrio con un exoesqueleto de metal, a lo Blade Runner. Ahora los quitan. Ahora todo empieza a parecer un poco más diáfano.

Mi enfermedad se me antoja un poco como eso: He estado una semana "cerrado por obras" y ahora me están quitando los andamios y me están dejando más diáfano.

¿Por qué coño os estoy contando esto?

miércoles, 18 de abril de 2012

AND


Hace unos años, en Copenhage, tuve la suerte de asistir a un seminario impatido por Mathew Luhn.


Matt Luhn es un tipo brillante. Trabaja como Story Artist en Pixar. Fue el tipo que ideó la manera en que los peces de Nemo se escapan del acuario en la consulta del dentista. Y fue el tipo que ideó la manera en que los jugetes cruzan la carretera en Toy Story 2.

A mí me daba mucha pereza asistir a ese seminario, pero había ido a Dinamarca a currar en un proyecto y la productora, además de financiarme el seminario, me "obligaba" a asistir.

Yo lo consideraba una pérdida de tiempo. ¿Por qué desperdiciar una semana "asistiendo a clase"? ¡Con la cantidad de cosas que nos quedan por hacer en nuestra propia peli!

Pues, como tantas otras veces en mi vida, me equivocaba: Ese seminario fue de lo mejorcito que me pasó en Dinamarca. Aprendí muchísimo, y conocí a gente muy interesante.

De entre todas las cosas que nos contó Matt Luhn en aquellos días, hubo una que se me quedó especialmente grabada en la sesera. Se trata de algo a lo que intento ser fiel siempre que puedo.

Luhn nos decía que en Pixar, a la hora de trabajar, tenían una máxima:

Si alguien proponía una idea, no se podía responder a ella con "BUT". Había que responder con "AND".

Es decir: Nada de frenar la idea de otro. Sólo vale potenciarla, o reconducirla.

Un "PERO" es como una señal de "prohibido el paso". Detiene el flujo. Reprime el movimiento. Un "Y ADEMÁS", por el contrario, ayuda a que la pelota no se pare.

He estado en muchas sesiones de "brainstorming", como todo aquél que se dedique al guión o a otras cuestiones "creativas". Y os aseguro que nada paraliza más el flujo de la energía creativa que el temor de lanzar una idea y ver cómo se estampa contra el muro de un "PERO" (o, peor aún, contra el muro de la indiferencia y del "mirar hacia otro lado")

De hecho, creo que en casi ninguna serie y en casi ningún programa se hacen "brainstorming" en el sentido estricto de la palabra. Porque para que un brainstorming pueda ser considerado como tal, no puede haber filtros ni represiones. Se supone que en la primera fase de un brainstorming todas las ideas deben aceptarse y apuntarse. Sin juzgarlas. Sin criticarlas. Sin ridiculizarlas.

Los equipos de guionistas españoles no suelen hacer eso. Si alguien suelta una idea descabellada, los "PERO" se abalanzan sobre ella y la paralizan.

Quien esté libre de soltar "peros" que tire la primera piedra. Yo no lo estoy. Intento estarlo, pero no lo estoy.

De lo que sí puedo presumir (o acusarme) es de vencer el miedo a algunos "peros" y soltar ideas estúpidas en los brains, aún a sabiendas de que lo son. Creo que esas imbecilidades también son útiles. Son una especie de lubricante, un "3 en 1". Proponer algo aunque sepas que no es válido. Al menos sirve para romper ese silencio tenso que se genera a veces en los brains. De pronto tienes a 5 ó 6 tipos sumidos en callejones sin salida, en una parálisis que se alimenta de sí misma. De pronto, quizá haga falta formular una idea estúpida, una idea sin vocación de funcionar, simplemente para romper el bucle y para volver a poner la pelota en movimiento.

Hay ideas que son así: No quieren golpear la pelota para meter un gol. Ese gol ya lo meterán otros. Ahora lo importante es que la pelota no se pare.

Y es más: Muchas veces esas ideas que tú creías descabelladas e imposibles... pues resulta que gustan y que te las compran - dejándote con una cara de imbécil que no me siento capaz de describir aquí -. Y muchas otras veces tu idea no funciona, pero actúa como resorte, como detonante... haciendo que, por asociación, a algún miembro del equipo se le ocurra otra idea que sí que funciona.

Creo que lo importante es eso: Que la pelota nunca deje de estar en movimiento. Y para eso es recomendable recucir al mínimo los "BUT" y cultivar un poquito los "AND".

El caso es que mi intención inicial no era hablar sobre dinámica de brains. Pero ya véis: ¡El "AND" se ha adueñado de esta entrada!

En realidad quería hablar sobre cómo esa cultura del "BUT" en lugar del "AND" nos ha poseído no sólo en el mundo del guión, y no sólo en las demás facetas del audiovisual. En realidad se ha infiltrado en todos los aspectos de nuestras vidas.

Nuestras vidas están infestadas de "BUT".

Porque el "but" paraliza, y la parálisis es demasiado cómoda, ergo atractiva.

No creo que se trate de una conspiración intencionada. Sería precioso pensar en esos términos. Sería fácil.

Pero no.

Supongo que en realidad es una consecuencia ineludible de la condición humana.

Paralizarse resulta más fácil que moverse. Más cómodo. Más soportable.

Pero claro... luego nos sentimos mal si alguien, a nuestro alrededor, emprende iniciativas. Porque el movimiento de los que emprenden pone en evidencia nuestro estancamiento, y eso nos molesta.

No lo hacemos conscientemente, pero lo hacemos:

Cada vez que alguien se mueve, lo criticamos. Cada vez que alguien triunfa, lo desacreditamos. Cada vez que alguien propone algo serio, le ponemos un "BUT" en el camino, pa ver si se tropieza.

Si un Juanma Bajo Ulloa se financia sus pelis gracias a la pasta de su familia, le menospreciamos por ser un "niño de papá", en lugar de pensar: "Me alegro de que este tipo haya aprovechado la suerte que tiene para aportar algo al mundo. En lugar de dedicarse a vivir la vida - que podría permitírselo - utiliza sus recursos para darnos peliculones como Alas de mariposa, La madre muerta o Airbag."

Si alguien ha hecho un peliculón porque ha sabido conseguir las subvenciones necesarias, ahí estaremos todos para regodearnos y auto-compadecernos diciendo algo como: "Ya, PERO es que a éste LE DAN subvenciones y bla, bla, bla."

Si alguien se deja los cuernos trabajando de gratis en un proyecto, pensamos: Mírale, qué tonto. Cómo le están engañando. Hacer peliculitas "por amor al arte" está muy bien, pero... PERO PERO PERO

BUT BUT BUT

Del mismo modo que el "AND" suele estar detonado por impulsos irracionales, el "BUT" se suele disfrazar de "pensamiento lógico". Por eso resulta tan convincente. Y tan paralizante.

El BUT nos convierte en un animal deslumbrado por los faros del coche que está a punto de atropellarlo.

Y esto es una sugerencia. Una invitación. Dadle una oportunidad también al "AND".

No estoy cuestionando la necesidad del "BUT". No estoy cuestionando la pertinencia de poner - de vez en cuando - "PEROS" a las cosas. Si hemos inventado esa palabra, será porque también es necesaria.

PERO creo que nos tienen engañados. De alguna manera - consciente o inconscientemente - han conseguido que dilapidemos los "PEROS" frenándonos los unos a los otros, en lugar de colocarlos en los sitios donde realmente deberían estar, para protestar por las cosas por las que realmente deberíamos protestar.

Aun así, yo creo que por cada "BUT" deberían existir diez "AND".

Es muy fácil sacarle pegas a cualquier cosa. Sacarle provecho a esa "cualquier cosa", sin embargo, no es tan sencillo pero es, por definición - y valga la redundancia -, más provechoso.

Cuando os llegue - en vuestro trabajo, o en vuestra vida, o en vuestras pesadillas - una idea que no os gusta, os invito a que, en lugar de bloquearla con un "BUT", la reorientéis con un "AND".

Es mucho más constructivo... ¡y mucho más imprevisible!

(y éste soy yo según Matt Luhn)

lunes, 16 de abril de 2012

NO HAY NADA COMO ESTAR EN FANTER


Acabo de regresar a Madrid tras un fin de semana de desconexión absoluta.

Esa desconexión se la tengo que agradecer al Fanter Film Festival de Cáceres...

... y a la gente de ABANDOMOVIEZ, que se deja la piel organizándolo.

Ha sido una de esas veces en las que uno se alegra de que un proyecto "se haya caído".

Porque "el jefe de todo esto" Pablo Carrero y su compinche Javier Bocadulce llevaban varios meses tentándome para que asistiera al festival. Y se suponía que yo iba a pasar todo el mes de abril inmerso en la promoción de cierto proyecto que finalmente (puta crisis o puto "lo que sea") no ha podido ser.

Así que, de repente, me encontré con una "agenda de abril" considerablemente diáfana...

... y allí que fui, a ver pelis, a conocer Cáceres y, aún más importante: A conocer a estos gladiadores de Abandomoviez que tan bien nos han tratado siempre a mí y a mis compañeros de fatigas.

Los mejores planes suelen surgir así: Improvisando sobre la marcha. Como Indy.

Me metí en una guagua y partí hacia un destino incierto. Las únicas dos cosas que tenía claras eran éstas:

1- Voy a ponerles cara a unas personas con las que tengo una muy buena relación virtual.

2- Voy a conocer una ciudad que, según dicen, es preciosa.

Así que...

Empecemos por lo de la ciudad: Es cierto. Cáceres es preciosa. O al menos lo es su centro. Tiene una "plaza mayor" bastante más original que la de muchísimas otras ciudades, y la zona medieval es espectacular y allí se han rodado Los señores del acero y 1942 y etc, etc, etc

¡¡ETC!! ¡¡ETC!! ¡¡ETC!!

¡¡BASTA!!!

Un fin de semana en Cáceres es una terapia que recomiendo a cualquiera.

Lo más caro de Cáceres es lo más barato de Madrid.

Lo que en Cáceres llaman "lejos", es lo que en Madrid se conoce como "a la vuelta de la esquina".

Y, según mi experiencia, los cacereños son la gente más amable y hospitalaria del planeta.
Las camareras no escatiman en sonrisas, los coches paran SIEMPRE en los pasos de cebra, los semáforos de "pulse y espere verde" se ponen verde enseguida.

Incluso los chinos de Cáceres son más simpáticos que los de otros lugares.

Y si Cáceres (así en general) me ha parecido hospitalario, ¿qué decir de los abandomovieros?
Yo creo que son un ejemplo a seguir.
Empezando por Pablo Carrero, director del festival y webmaster de Abandomoviez. Y continuando por su primo, el infatigable Javi Bocadulce Carrero, y los dos Albertos, y Tomás Tahito, y Jacinto "pimpinelo", y Dani Ortega, y Antonio Escudero y otros veinte cuyos nombres - lo siento - no recuerdo (o nadie me los dijo)

En serio, no tenéis ni idea de lo que ha peleado el director del festival, Pablo Carrero para conseguir las licencias de todas las pelis que se han proyectado en el Fanter. Y, como veréis más adelante, se trata de una selección excelente, hecha con un criterio acertadísimo.

Y, en serio: No tenéis ni idea del curro que se han echado a la espalda tanto Pablo como los demás miembros del equipo, titanes qu se dejan la piel en este festival sin recibir nada a cambio. Porque en el Fanter todo es gratis. No sólo las entradas y las palomitas. También es gratis el curro de quienes lo organizan.

La orgía de logotipos que hay en los "fotocalls" del festival nos hace pensar se trata de un festival con subvenciones por todo dios, así, a granel.

PUES NO.

Todo lo que se hace en el festival está pagado por la gente de Abandomoviez.
Con los ingresos que obtienen gracias a su página.

Sinceramente, no entiendo por qué, aunque ellos corran con todos los gastos, hay tantos logotipos en los carteles del Fanter.



El esfuerzo y el cariño que vuelcan Pablo y su equipo en esta clase de iniciativas es un chute de energía para todo aquél que haya intentado arrastrarse por la misma cuesta que ellos...

... y sienta sus energías desfallecer.

Fanter es lembas. Es "pan del camino".

Gracias a eso, he regresado a Madrid con las pilas muy cargadas.

Si todo lo que he dicho no os parece motivo suficiente para tiraros de cabeza al Fanter 3 del año que viene, ahora llega el plato fuerte:

Os voy a hacer un resumen de las pelis que se han proyectado este fin de semana. Pa que veáis el buen criterio con el que seleccionan las pelis - y los cortos - en este festival.

Podría escribir miles de palabras sobra cada obra, pero ahora mismo no tengo tiempo para extenderme demasiado - cosa que, sin duda, agradeceréis. Porque tengo la manía de estirar el chicle más de lo recomendable -.

Mencionaré las pelis por orden de visionado, porque estoy convencido de que todos los directores de todas estas pelis siguen mi blog, y quiero evitar susceptibilidades:

ALTA TENSIÓN, de Alexandre Aja.


Maravillosa.
Un exponente de eso que estoy empezando a bautizar como "giallo a la francesa" (probablemente se trata de un término que ya habrá acuñado otro antes que yo - y probablemente César del Álamo ya estará diciéndomelo en los comments)

Me encantó Alta Tensión. Excesiva y trepidante. Realizada con mucho gusto. Creo que Aja, en esta peli, consiguió un equilibrio muy acertado entre elegancia y sordidez.

Como única "pega", mencionar cierto giro de la trama que chirría un poco.
En parte es efectivo porque impacta, impresiona. Y en parte es contraproducente, porque hace que te pases todo el clímax de la peli pensando en cómo cojones encaja toda esa novedad en lo que te ha contado anteriormente... en lugar de estar viviendo - y padeciendo - lo que le ocurre a los personajes en ese último tramo de película.

Cuando terminó el visionado, me informaron de las circunstancias que condujeron a incluir ese "giro de trama" en la película. Entonces comprendí muchas cosas.

TROLL HUNTER de André Ovredal.



Supongo que ya habréis oído hablar de ella. Una especie de "proyecto de la bruja de Blair" con trolls.

En mi opinión, tiene algunos problemillas. Intenta jugar a varios tonos a la vez, y eso desconcierta al espectador. A ratos pretende ser realista, a ratos es grotesca. A ratos intenta ser dramática, a ratos consigue ser cómica.

La sensación de "falso documenta/hemos-encontrado-los-brutos-en-una-cuneta" no resulta creíble. La peli se concede demasiadas licencias a sí misma. Pero bueno, eso es algo que ya tengo asumido: Este formato nunca resulta creíble y hay que concederle un poco de cancha (creo que, de momento, las únicas que he visto funcionar aceptablemente con este formato son REC y - quizá - la Blair Witch Project original)

Pero, al margen de todo eso, Troll Hunter es una peli simpatiquísima. La idea es lo suficientemente atractiva para que cualquiera muerda el anzuelo.

La trama, aunque monótona, es interesante y entrañable.

Los intentos de justificar la existencia de los trolls en el mundo actual son hilarantes y bastante aplaudibles.

Los efectos especiales me parecen muy potentes. La integración de la infografía en los planos de "cámara en mano" es muy efectiva. Y el diseño de los trolls es tan fiel al folclore que... bueno... a ratos resulta ridículo... pero a ratos resulta también adorable y potentísimo.

Me ha encantado verla. Y, sobre todo, me ha encantado haber tenido la oportunidad de verla en una sala con tan buen sonido como el Capitol de Cáceres.

PÁNICO (HUSH) de Marc Tonderai.



Una muy buena peli de tensión en la carretera. Es como el Breackdown de Johnatan Mostow pero a la inglesa y con ambiente nocturno.

Muy de "la nueva escuela inglesa": Optimizar unos recursos relativamente modestos. Economía de elementos. Poco descanso para el espectador. Un guión sólido aderezado con condimentos hitchcockianos.

Pensé que me iba a dejar indiferente y, sin embargo, me dejó en vilo durante todo el rato, con el culo bailando en el asiento.

STORM WARNING de Jamie Blanks.




Una grata sorpresa para mí. Es como darle una vuelta de tuerca a todas esas pelis que salieron "a rebufo" de La Matanza de Texas.

Pero con esa atmósfera inquietante tan propia de los australianos, y añadiendo situaciones de conflicto realmente incómodas

(las partes que más te hacen revolverte en esta peli no son las de violencia, sino las de "la calma que precede al huracán")

y desplegando una barra libre de excesos, violencia, cafrerío.

Es una peli que uno no puede tomase en serio, pero ella sí que te toma en serio a ti, y te retuerce las entrañas hasta que se te caen las palomitas al suelo.

ATTACK THE BLOCK de Joe Cornish.



A esta peli tengo MUCHO que agradecerle.

Tengo que agradecerle el hecho de que... ya la había visto y, gracias a ello, me la pude saltar... ¡y me pude escapar a cenar algo en medio de la jornada más intensa del festival!

No soy demasiado fan de Attack the Block, he de reconocerlo. Quizá porque no empatizo con sus personajes.

Aun así, me parece una peli realmente loable, que parte de un conceptazo. Muy bien tramada, muy bien escrita, realizada de una manera bastante efectiva.

FROZEN de Adam Green.


Me ha encantado. Una de esas ideas valientes, casi temerarias. Tres personajes olvidados en un telesilla. Tremendamente efectiva. Consigue transmitirte la angustia que se debe sentir en una situación similar. Sí. Te siembra esa angustia en un lugar muy hondo. Consigue inocularte esa pregunta incómoda: "¿Y si fuera yo el que estuviese en esa situación?"

Y lo más milagroso: No parece un corto "alargao". No le sobra metraje. No hay ratos muertos. En todo caso hay algunos ratos - muy agradecibles - de distensión, que se aprovechan para forjar las relaciones entre los personajes. Es casi un manual sobre cómo administrar y alternar situaciones de tensión y distensión en una trama.

Mucha gente salió de la peli quejándose sobre el comportamiento excesivamente agresivo de los lobos. Porque en cierto momento de la trama, los lobos tienen algo que decir en la peli.

Es curioso. Es maravilloso. En cualquier otra peli, el hecho de que los lobos ataquen se aceptaría sin demasiada reticencia. Si en esta peli gran parte del público se queja del comportamiento de los lobos, eso se debe, en mi opinión, a que todo lo demás nos resulta demasiado real.

À L'INTERIEUR de ALEXANDRE BUSTILLO y JULIEN MAURY.



Atrevida, violenta, retorcida, provocadora. Exquisita.

Un ejemplo de cómo forzar los límites hasta llegar al borde de lo humanamente soportable... pero sin transgredirlos...

... para no enajenar al espectador... ni alejarlo de todo aquello que le hace empatizar con los protagonistas... y comulgar con la historia...

Una piedra filosofal muy chunga.

Otro claro ejemplo de eso que, de momento, bautizo (si no lo ha hecho ya nadie antes que yo) como "giallo francés".

Y - cielo santo - ¡me recuerda a tantas cosas que he escrito con - o para César del Álamo!

Si os impesiona lo violento y lo sangriento, absteneros. Os haréis un favor a vosotros mismos.

CARNE CRUDA de Tirso Calero.




La representante española del certámen.

Una peli muy simpática, de ésas que se han hecho con más ganas que medios; con más ilusión que pasta.

Una especie de cocktail de comedia española y ochenterismo a lo John Landis, con actores muy entregados, cameos de lujo, un Canco Rodríguez con muchísima vis cómica, mucho surrealismo y una actitud bastante agradecible de "peli que no se toma demasiado en serio a sí misma".

Merece la pena destacar la presencia de la jovencísima Lucía Caraballo, una grandísima promesa de futuro que podréis ver dentro de poco en BUENAS NOCHES DIJO LA SEÑORITA PÁJARO de César del Álamo.


Las dos únicas pelis del festival que no he podido ver son: ENCONTRÉ AL DIABLO de Jee-Woon Kim (uno de esos koreanos locos) y ARRIETTY, del estudio Gibli (sesión infantil del festival) No puedo hablar de ellas de primera mano aunque, según tengo entendido, son buenísimas.

CON RESPECTO A LOS CORTOMETRAJES:


El ganador de la categoría profesional fue LEYENDA de Pau Teixidor. Muy potente. Bien rodao. Con una factura muy "catalana", fría, metálica... pero efectiva. Elegante. Como un anuncio de coches, pero en guay.

Un corto que difícilmente podrá negar la influencia de un par de pelis que hemos mencionado en esta entrada (Alta Tensión, À L'Interieur...)

¡Mola!

¡Mola!

En serio. ¡Mola!

El segundo premio para la categoría profesional fue para "El Escondite". He de decir que no es de mis favoritos. Creo que "alarga demasiado su chiste", promete más de lo que finalmente ofrece. Pero se nota que está rodado con cariño, su factura técnica es impecable y sus buenas intenciones son indiscutibles. Hay amor por el cine en ese corto, mucho, muchísimo amor. Y ese amor basta para mantenerte lavado en la butaca durante el tiempo que haga falta.

Pero, aunque los cortos profesionales sean dignísimos, me han impactado más los cortos "amateur".

Supongo que es normal que me afecte más "el rollito amateur".
Porque yo empecé así.
Y porque la tecnología avanza que da gusto... y también da gusto ver cómo las nuevas generaciones hacen cosas cada vez más aparentes con lo poquísimo que tienen.

El segundo premio del público al mejor cortometraje del Fanter fue para:

CIODOR de Alberto Campón.


Se trata de un cortometraje con unos cojones como toros, porque se atreve a algo a lo que casi ninguno de los que hemos empezado en esto nos hemos atrevido:

Contar una historia seria.

Hay mucha vocación cinematográfica en CIODOR. Y mucha intención de aprovechar las maravillas fotogénicas de la ciudad de Cáceres.

Hombre... algunos de los actores son demasiado jóvenes para encarnar los papeles que les han sido asignados. El chaval que interpreta al bibliotecario, por ejemplo, no tiene edad suficiente para convencernos en dicho papel (pero basta verle durante tres segundos para saber que ahí hay madera. Una madera que en cuanto la incendien con la yesca adecuada, nos incendiará a todos. Yo, al manos, estoy deseando ver a ese chaval en su proximo papel)

Y el primer premio al mejor cortometraje amateur fue para:

NO ES PAÍS PARA ZOMBIES de Andoni Garrido Fernández.

Me divertí muchísimo con "No es país para zombies". Me parece un corto muy consciente del público al que se dirige, del género que trata, de los medios con los que cuenta... Me parece también un corto que maneja con muhca maestría los ritmos, los clímax y los anticlímax que deben regir una trama.

Creo (y ojalá no me equivoque) que Andoni y sus compinches darán mucho que hablar en un futuro cercano.

Y los cortos "a concurso" no son la única maravilla "fresquísima" del festival. Los pocos que aguantamos hasta el final pudimos disfrutar de un cortometraje realmente alternativo, subversivo...

EL ATAQUE DE LA TORTUGA DE 40 PIÉS
...

de Jacinto "Pimpinelo" Noséqué, Dani Ortega y Noséquién-que-dirigió-también.

Y, ya que hablamos de ideas puras, ideas que os llegan directamente de alguien en quien confiáis... ideas que os llegan sin colorantes ni conservantes ni edulcorantes... ¡¡Veniros al Fanter el año que viene, coño!!

miércoles, 11 de abril de 2012

BITELCHÚS, BITELCHÚS, BITEL... ¡¡A LA MIERDA LAS NORMAS!!


Acabo de volver a ver Bitelchús: Esa joya de cuando a Tim Burton le apetecía hacer joyas.

Debo haberla visto una veintena de veces, pero creo que nunca la había analizado con tanto sentido crítico como en el visionado de hoy.

Por supuesto que había detectado - de manera aislada - los múltiples "errores" de la peli, pero nunca los había juntado en un único mapa de ésos que te conducen al país del despropósito.

Ahora que por fin lo he hecho, puedo decir con conocimiento de causa que:

¡¡BITELCHÚS ES UNA PELI MARAVILLOSA!!

En serio. Creo que nunca había visto algo tan coherente con sus propias anomalías - y tan dependiente de ellas - desde la invención del Cristianismo.

Es que ni siquiera sé por donde empezar.

¿La estructura?

Yo no la tacharía de incorrecta, pero es apabullante.

Lo bueno - o lo malo - de los reproductores de dvd de hoy día es que tienen un contador que, con una simple mirada de reojo, te permite saber en qué minuto de la peli está ocurriendo cada cosa.

En el minuto 23 ó 24 de Bitelchús - más o menos donde uno empieza a esperar un punto de giro - tenemos la secuencia en la que los protagonistas se encuentran por primera vez con Bitelchús.

Muy bien, ¿no? Muy de manual.

Pero es que antes de ello, en el minuto 8 los protagonistas han tendido un accidente, en el minuto 10 u 11 han descubierto que han muerto ahogados y que son fantasmas, en el minuto 16 ó 17 descubren que su casa va a ser invadida por extraños.

Uno piensa: "Qué pronto llega el detonante." Y de repente: "¡No, espera, que aún hay más!" Y antes de que te hayas recuperado de la sorpresa anterior: "¡¡Coño! ¡No! ¡Más todavía!!"

Y es como si en vez de un solo detonante existiese una traca de petardos al más puro estilo de las fallas de Valencia.

Lo que en Los Otros de Amenábar constituye el clímax de la peli, en Bitelchús es el primer cuarto de hora, como quien dice.

La estructura de la trama de Bitelchús, en mi opinión, juega constantemente a bordear la línea de lo incorrecto, aunque sin traspasarla de manera flagrante.

Pero no quiero demorarme mucho en cuestiones de estructura, porque creo que la mayor parte de los visitantes de este blog no son guionistas, y sólo los tarados de nuestra profesión disfrutamos hablando de esa clase de cosas.

Así que cambiemos de tema.



No, no... Era broma. Tampoco era de esto de lo que quería hablar ahora.

Pero nunca viene mal agradarse la vista, ¿eh?

A las lectoras heterosexuales también os proporcionaré un buen machote que os alegre la lectura, dentro de unos cuantos párrafos.

(eso último también era broma. Iros a ver Crepúsculo)

El otro tema que me ha apasionado durante mi visionado de hoy de Bitelchús es el siguiente:

LO SOBRENATURAL.

Las historias que manejan elementos sobrenaturales necesitan - normalmente - asentar las reglas del juego antes de que comience el partido. Es como jugar al Parchís, al Ajedrez o al Apalabrados (ahora tan de moda y tan "tentándonos a procrastinar"). No tendría sentido jugar a esos juegos si no nos hubiesen explicado de manera muy clara cómo se mueve cada ficha, en que circunstancias uno se come al otro o qué clase de mierda es la que más puntúa.

Si incluyes en tu historia un elemento sobrenatural, yo diría que tienes tres opciones:

a) O bien rechazas la opción de que la magia tenga una función determinante en el drama y te limitas a contar historias - maravillosas, por otra parte - en las que "todo puede ocurrir o yo qué sé", como Mary Poppins o Willie Wonka y la Fábrica de Chocolate.

b) O bien asumes el hecho de que tu espectador conoce las reglas del juego previamente (a estas alturas todos conocemos en gran medida los mecanismos que rigen un cuento de hadas tradicional, o lo que hay que hacer para matar a un zombie o a un vampiro)

c) O bien te demoras un buen rato ESTABLECIENDO y EXPLICANDO las REGLAS con las que funciona ese mundo que has inventado.

Si asumes la opción "c)" tienes que dejar claro el "manual de instrucciones" y mantener el compromiso de no pasártelo por el forro, ya estés haciendo Harry Potter, Origen o Spiderman.



Y entonces llega Bitelchús, que se apunta a la opción "c)" pero luego... ¡¡se limpia el culo con ella delante de nuestras putas narices!!

En serio: Reto a alguien a que haga una tesis doctoral sobre el sistema de normas que rige todo lo que sucede en Bitelchús.

Se supone que los vivos no pueden ver a los muertos... hasta que, por razones de trama, a los guionistas les interesa que puedan verles.

Y se supone que los fantasmas interaccionan con el "mundo de los vivos" moviendo objetos físicos con sus propias manos... hasta que, para poder rodar una secuencia - por otra parte MEMORABLE -, les conviene que dos únicos fantasmas sean capaces de obligar a bailar al mismo tiempo a seis personas al ritmo del calipso de Belafonte - y de convertir los cócteles de langostinos en brazos musculosos y terribles -.

Y tampoco te ha contado nadie en el primer acto que Bitelchús necesite casarse con una viva para acceder a nuestro mundo... hasta que, por necesidades de la trama una vez más, el propio Beetle-Keaton se lo cuenta a Lydia-Ryder.


Si los cabrones de inmigración te preguntan sobre mis gustos, diles que he visto el Exorcista 167 veces, y que cada vez que la veo me parece más graciosa.


Yo mismo tengo escrito un largometraje de género fantástico en el que me funciona casi todo salvo "las reglas de mi universo sobrenatural". No son lo suficientemente limpias... lo suficientemente diáfanas... Creo que cuando lo escribí - y cuando lo revisé - me esforcé tanto en que todo resultara coherente que lo volví demasiado complicado.

Por eso resulta liberador ver pelis como el Bitelchús de Tim Burton (guión de Michael McDowell y Larry Wilson) y pensar: "Igual resulta que la gente no viene aquí a que le demos coherencia. Igual estos cabrones vienen precisamente huyendo de la puta coherencia y de toda esa mierda."

Como decía el protagonista de Novecento (La leyenda del pianista del océano. Alessandro Baricco): "¡A la mierda las normas!"

Entonces uno se pregunta: ¿y qué más da?

Ahora mismo podría irrumpir en mis aposentos el mismísimo Robert McKee montado en un Rocketeer y...

(INCISO: ¿Os habéis quedado con esa imagen? ¡McKee con un cohete en la espalda! Porque a mí me va a impedir dormir esta noche)


Decía:

Que ahora mismo podría irrumpir en mi casa el puto Bob McKee para explicarme por qué las reglas sobrenaturales de Bitelchús no funcionan. Y yo respondería: "Que te follen, Bob McKee. Esta peli me ha funcionado y me ha fascinado desde mucho antes de que saber que quería dedicarme a esto. ¿Quién eres tú para decirme, así de sopeton, que eso que ha iluminado mi vida no funciona?"

¿Qué derecho tenemos a decirle a un niño que un donut está malo? ¿Qué derecho tenemos a decirle que el caviar está más rico que la nocilla? ¿Quién nos legitima para ello?

Creo que por eso me fascinan las pelis que, como Bitelchús, funcionan a pesar de follarse las reglas vigentes.

(algún día escribiré otra entrada entusiasta sobre La Joven del Agua)

Pero es que también me parece fascinante la libertad con la que Bitelchús nos invita a posicionarnos con respecto a los personajes. ¿Nos deberían caer bien? ¿Nos deberían caer mal?

El propio Bitelchús es un tipo que nos haría cambiar de asiento si nos tocase junto a él en la guagua. Un zafio, un tramposo, un cabronazo. Pero, por otra parte, "nos hace gracia", nos cae simpático...

Y no sólo eso: Es un personaje muy HONESTO. El clímax de la peli consiste en impedir que se consume una PROMESA que Lydia le ha hecho a Bitelchús. Es INJUSTO. Y sin embargo ahí estamos nosotros los espectadores, deseando que Alec Baldwin y Geena Davis impidan que Bitelchús reciba lo que él, por justicia, merece.

Bitelchús nos cae bien, sus exigencias son legítimas.

¿Y qué decir de Charles, el padre de Lydia? Por un lado está diseñado para caer muy bien al espectador: Quiere conservar la casa tal como está, desaprueba las decisiones de su esposa (auténtica antagonista de la peli), ha venido al campo, según sus propias palabras, "para disfrutar de él, no para cambiarlo".

Y sin embargo nos lo plantean como otro antagonista más, y le hacen tomar decisiones que nos generan rechazo (como querer convertir el pueblo en un parque temático)

O qué decir de la propia "madrastra", tan magistralmente interpretada por Catherine O`Hara.

Te la definen como una fuerza intrusiva que va a destrozar el hogar de los protas con su horrenda concepción de la estética... Pero, por otra parte, gracias a esa estética la dirección artística de la peli nos maravilla. Consiguen que cada decorado nos parezca un exquisito poema y que, al mismo tiempo, una parte de nuestro cerebro asuma que "ese look" ha de parecernos detestable.

Y creo que todo eso define la manera en que funciona Bitelchús con el espectador: Nos inyecta ruido en la sesera, hace que no tengamos claro cómo se supone que deberíamos reaccionar ante cada estímulo, marea la estructura de la trama para que no sepamos en qué momento del itinerario nos encontramos...

Gracias a eso, Bitelchús es un "dejarse llevar".

Y los espectadores, a veces, agradecemos esa clase de cosas. Como lo agradecen los propios personajes de la peli cuando los fantasmas les poseen y se adueñan de sus extremidades y les obligan a bailar el: