miércoles, 26 de enero de 2011

SOÑAR SEGUNDOS DE SEGUNDA MANO


El baile de conceptos absurdos de hoy:

Transcurre en un futuro, quizá no muy lejano.

El ser humano se ha multiplicado en exceso, y la Madre Naturaleza crea un virus devastador para defenderse de ese cáncer.

El virus está entre nosotros, en todos los campos, en todas las ciudades, en el aire que respiramos, en el agua que bebemos. Pero de momento no nos hace nada. Simplemente aguarda, latente, agazapado.

Porque la Naturaleza ha diseñado ese virus para atacar a las personas sólo cuando el número de éstas en el planeta rebase la cifra de los ocho mil millones de individuos. Ésa es la tregua que nos concede la Madre Naturaleza antes de borrarnos a todos del planeta.

Para entonces la Ciencia ha progresado muchísimo. Los microscopios humanos consiguen detectar el virus; las predicciones más precisas advierten lo que está a punto de sucedernos.

Y resulta que ya quedan muy pocos nacimientos para rebasar esos ocho mil millones de personas. Controlar la natalidad no es una opción. Nuestra civilización se ha encargado de generar un Tercer Mundo inabarcable, ingobernable.

¿Entonces qué? ¿Aniquilar a millones de personas por el bien de la Humanidad? ¿Arrojar bombas atómicas sobre Asia, o sobre África? ¿Podría vivir el género humano con ese sentimiento de culpa colectivo?

A alguien se le ocurre otra solución:

Como os decía, la Ciencia ha avanzado una barbaridad. Ahora los viajes en el tiempo son posibles.

Pero tienen sus limitaciones.

Para empezar, sólo es posible viajar hacia el futuro. Un avance con sentido de segundero acelerado. Es imposible viajar hacia el pasado. A esas alturas, las fórmulas de los físicos lo han demostrarlo.

Y hay otra cosa: Por alguna extraña razón, la gente de los grupos sanguíneos "0" y "A" pueden viajar en el tiempo sin problemas, pero la gente de los grupos "B" y "AB" siempre muere en el intento. Hay algo en el factor "B" que no aguanta el viaje. La gente de esos grupos tan "recientes" llega al futuro con toda la sangre coagulada y, por lo tanto, muerta.

Por eso la solución propuesta va a ocasionar bastantes lágrimas:

Que la mitad de la población apta para viajar en el tiempo se marche hacia el futuro cercano, justo después de que la Humanidad haya sido aniquilada por completo a causa del virus. De ese modo, llegarán a un planeta Tierra en el que ya no viven personas. Ellos serán los únicos. Una mini-población humana reducida a la mitad. El virus no tendría razones para molestarles.

Los otros, los de los grupos "B" y "AB" se quedarán en el presente, también a salvo del virus.

Significaría deconstruir a la población. Fragmentarla en dos momentos temporales distintos. Dividirla de una manera cruel que no atiende a nacionalidades, ni a culturas, ni a vínculos afectivos, sino a un capricho biológico, genético.

Al principio se desecha la idea. Las autoridades se esfuerzan por buscar una solución un poco menos drástica. Pero ya se acerca ese momento en que (la Ciencia hace sus cálculos y lo anuncia) al día siguiente nacerá la persona número 8.000.000.001

No ha tiempo para pensarlo demasiado. La Humanidad se pone en marcha como una manada de antílopes descarriados. Los grupos sanguíneos que toleran la excursión son enviados hacia un futuro que aguarda a un día de distancia, justo cuando es de suponer que ya no queden humanos vivos en el mundo.

A partir de ese momento, esas dos mitades de la Humanidad vivirán en tiempos distintos. Una cremallera invisible abrirá la existencia en dos, separando a padres de hijos, a novios de novias, a amigos de amigos.

Mucha gente no podrá volver a ver a las personas más importantes de su vida por culpa de un rasgo microscópico en la sangre.

La gente de los grupos "0" y "A" intentará dejar rastros tras su paso. Huellas. Los más crédulos quizá escriban mensajes a sus compañeros del pasado. Quizá los dejen en ciertos sitios, con la esperanza de que el tiempo avance y la gente del pasado los encuentre.

La gente de los grupos "B" y "AB" también mirará hacia el futuro con hambre de noticias, buscando esas huellas, esos vestigios de los seres queridos.

Pero la rabia de los unos al no encontrar señales será sólo comparable con la rabia de los otros, que verá cómo todos sus mensajes, todas sus huellas, continúan visibles para ellos, avanzando también hacia delante en la cinta transportadora del tiempo, sin detenerse a esperar a los rezagados.

Vivir a un solo día de distancia, pero un día insalvable, infranqueable. Un día que fragmenta la realidad en dos. Porque es el día en que se produjo lo evitado. El día de la encrucijada paradójica. El sumidero a través del cuál se precipitan a la nada las miradas de los unos hacia el futuro y las miradas de los otros hacia el pasado.

Aunque algunos afirman que si cierran los ojos y se concentran, si permiten a sus latidos resonar en la dirección apropiada... pueden casi atravesar con sus mentes la paradoja de ese día que sucedió y no sucedió a la vez. Cuando eso pasa, los unos escuchan un eco imperceptible de los otros, y los otros escuchan un eco imperceptible de los unos.

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El dibujo del principio me parece en sí mismo un concepto tan hermoso que no he podido evitar robárselo a http://www.wallpaperfx.com/3d/fantasy/broken-hourglass-wallpaper-2317.htm

6 comentarios:

Cata dijo...

me ha encantado!
muchísimo!
gran potencial a este "concepto nada absurdo"

Juanjo Ramírez dijo...

Gracias, Catusky! :)

César del Álamo dijo...

Mejor hacer soilent green con los más viejos...

Francisco Bravo (Bulldozzzer) dijo...

Hay algo que no termino de comprener. Si mandamos al futuro inmediato del día siguiente (pongamos a las 12 del medio día) a la mitad de la población desaparecerán de este momento presente, pero mañana cuando llegue esa hora a la que fueron aparecerán de pronto siguiendo nosotros aquí, con lo que se desataría de nuevo la contingencia vírica. ¿No?

Juanjo Ramírez dijo...

Yo creo que no, Bulldozzzer! Por lo que decía de la brecha que se abre! La paradoja! Les separa un día que para los unos es el pasado, y que para los otros no llegó a suceder. El día de ayer de los unos y el día de mañana de los otros no son el mismo día!

(o eso creo. Esto de las paradojas temporales siempre es un lío!)

Francisco Bravo (Bulldozzzer) dijo...

Entiendo pues que ese sería el punto absurdo del asunto, ya que en nuestra realidad la cosa sucedería como yo decía, y en cambio en tu planteamiento es como si el viaje hacia el futuro fuera en una línea temporal diferente, o como si en realidad ese día se sumara eternamente, con lo que asumiríamos que el tiempo no es lineal, si no que obedece a otro tipo de sucesión diferente... por decirlo de alguna forma XD.