martes, 25 de enero de 2011

DO DE COÑO


El concepto absurdo de hoy:

Divas de la ópera. Mujeres prodigiosas capaces de alcanzar con su voz registros nunca antes imaginados. Olvidaros de la ópera mediocre que estáis acostumbrados a escuchar. Lo que hacen estas cantantes es el triple de bonito y el triple de potente.

Pero todo ello condicionado por una peculiaridad fisiológica:

Estas mujeres sólo pueden cantar con esa hermosura sobrenatural cuando llegan al orgasmo.

No hay otra manera.

Imaginaros los palcos de la ópera, repletos de espectadores distinguidos, con sus abanicos y sus monóculos, asistiendo al espectáculo, murmurando "braaavoooo, braaavooo" con mucha afectación, mientras alguien se folla a la cantante en el escenario.

La ejecución de la pieza musical ya no sería solamente mérito de la cantante. También dependerá del talento sexual del "follador de divas" (podríamos denominarle así) Un esfuerzo coordinado. Un dechado de compenetración, en el más literal de los sentidos.

El trabajo de los críticos musicales sería más complejo. No sólo tendrían que valorar las dotes vocales de la cantante. También tedrían que juzgar las habilidades amatorias del "follador de divas".

¡Y no basta con hacerla llegar al orgasmo! Hay que ir conduciéndola hasta el clímax sexual con el ritmo adecuado y a la velocidad adecuada. Ir aumentando el nivel de excitación según las necesidades del libreto. ¡De nada sirve que la diva se ponga a gemir sus espectaculares notas musicales antes o después de lo previsto! ¡La ópera cuenta historias! ¡Exige una secuencia narrativa! ¡Es, así mismo, un trabajo en equipo! Hay que respetar cierta armonía con los instrumentos de música, con el resto de los personajes...

Las obras de Verdi y de Puccini se empezarían a clasificar según sus exigencias sexuales. Según exijan coito o cunnilingus, por ejemplo.

¡Si hay alguna feminista leyendo esto, que no se ofenda, por favor! ¡Ante todo, igualdad! También existirán tenores masculinos con las mismas peculiaridades fisiológicas. Sólo necesitarán una buena mamada.

1 comentario:

Rubentxo dijo...

Sin duda alguna, la gente iría mucho más a la ópera.