martes, 4 de noviembre de 2008

R.I.P (Resfriado Increíblemente Persistente)


Eso que ven en la foto es un hombre que tiene en su interior más mocos que espíritu. Un hombre que en un solo día ha deforestado tres cuartas partes de Amazonas consumiendo cleenex. Un hombre con la nariz dolorida, enrojecida, hasta los huevos-ida. Un hombre que a estas alturas ya ni es hombre ni es ná... y mira con desconfianza todos esos remedios en los que alguna vez creyó... que si el té, que si el tomillo, que si el puto própolis y la jodida equinácea...

La jarra que llevo en la mano se ha convertido en una especie de amuleto para mí. ¿Recuerdan la mochila de la suerte que llevaba Vincen Vaughn en Parque Jurásico 2? Pues... si recuerdan algo así, están realmente enfermos, como una puta cabra, y les ruego que dejen de visitar mi blog, olviden mi mail y no se acerquen a menos de cien metros de mí.

Si los ruegos del párrafo anterior no han surtido efecto y siguen ustedes aquí, pues... eso, que esta jarra es para mí como la mochila del Mundo Perdido. Le tengo un especial cariño, porque la compré en una feria de la cerveza a la que asistí con Josep, Teresa, Jon y Bernat. Fue una buena época, y desde entonces esa jarra es una de las pocas cosas que llevo conmigo de un lado a otro cuando me obligan a mudarme de piso, para que pueda plantar chinchetas en toda la geografía de Donosti.

Pero en realidad no pretendía hablaros de nada de eso. Lo único que quería decir con todas las letras anteriores, es que estoy malito, y que eso implica que mis palabras no tendrá demasiado sentido.

Aunque, por otra parte, creo que he conseguido expresarlo, porque si alguno de vosotros relee lo que llevo escrito hasta ahora y le atribuye algún sentido, le felicitaré, e incluso le regalaré algo.

Le regalaré este puto catarro, por ejemplo.

Empecemos con la semana de terror de Donosti. ¿Qué me pareció? Pues, sinceramente... me olvidé de que era la semana de terror de Donosti, así que no he visto ninguna peli, ningun corto, ni ningún tipo raro por la calle.

Dediqué el fin de semana a ver series, ver pelis, responder mails, cocinar, comer, deprimirme un poquito, incubar esta mierda de resfriado...

¿Qué? ¿Que si hice algo productivo? ¿Que si he escrito algún cuento? ¿Que si he avanzado en la novela?

Amigos míos... miembros y miembras... ¿ustedes creen que si hubiese escrito, estaría enfermo ahora?

¡No señor!

Mientras uno se mantenga escribiendo y encarcelando sueños en letras de tinta, es inmortal.

La enfermedad y la muerte sólo llegan cuando uno se detiene a recobrar el aliento, y luego le da pereza volver a ponerse en marcha, y se echa una siestecita en los laureles.

Lo peor de todo, es que sé por qué me cuesta tanto avanzar en mi novela. Una simple cuestión de oscuridad. Me está saliendo algo tan perverso, tan jodido, que no me resulta agradable escribirlo.

Cuando uno escribe algo mínimamente auténtico, se zambulle en el mundo que esta creando a golpe de teclado. Si dicho mundo es desagradable y sórdido, cada jornada de trabajo es un picnic por los más embajonantes suburbios del Infierno.

De alguna manera, el tono de lo que escribes termina contagiándo tu vida cotidiana. Me pasó algo similar con mi anterior mini-novela (La mierda). Era tan retorcida, que una parte de mí no deseaba escribirla... pero otra parte de mí me apuntaba con un reloj de arena en la cabeza, y me obligaba a terminarla.

Recuerdo el día en que la terminé. Entonces vivía con mi "ex". No hacía ni 24 horas que había puesto punto final a "La mierda", cuando mi querida Ariadna me dijo que notaba cómo me había cambiado el humor por el simple hecho de terminarla.

Espeluznante, pero cierto.

Al día siguiente de terminar La mierda, empecé otra. Mucho más luminosa. Un cuentecito pseudo-infantil al pseudo-estilo Roal Dahl. Disfruté mucho durante cincuenta y pico páginas, y luego... me quedé sin fuerzas para continuarlo, y regresó de nuevo la necesidad imperiosa de escribir algo destinado a traumatizar a las almas más sensibles.

No disfruto con ello, pero es lo que hay... Y quizá sea algo que debo intentar cambiar. Porque si algo me quedó claro hace tiempo, cuando era más sabio que ahora, es que si no disfrutas escribiendo, es porque algo no funciona bien en el proceso.

Quizá deba plantearme ponerme a escribir otra cosa, o enfocar la nueva novela desde una perspectiva que me haga verla como algo disfrutable, en lugar de abordarla con esa agonía que debe sentir un vampiro cuando busca víctimas a las que chupar la sangre.

El caso es que de momento estoy contento con el resultado. Pero nunca había sido tan lento escribiendo una novela.

Y es que últimamente, cada vez que me siento a escribir "en serio", me da por cuidar la musicalidad de la prosa de una manera enfermiza, hasta que llega un punto en que me siento como si, en lugar de prosa, estuviese escribiendo una novela en verso blanco.

Siempre me he considerado un músico frustrado, y quizá ese intento de encajar las palabras y los signos de puntuación con precisión de orfebre sea una torpe tentativa de diseñar partituras sin aprender solfeo, de desgranar melodías inaudibles, para olvidar que nunca fui capaz de arrancarle una nota musical decente a un instrumento.

Lo peor de todo, es que probablemente ningún lector notará el resultado, y mis tribulaciones con la prosa travestida en verso no dejarán de ser un yo mismo intentando contentarme a mí mismo sin que a nadie le importe. Seré una especie de versión de juguete de Stanley Kubrick, tardando dos años en rodar una historia, porque se empeña en repetir doscientas veces cada plano, hasta conseguir matices que nadie más aprecia.

Hace poco leí que Marcel Proust, en ocasiones, tardaba un día entero en encontrar una sola frase que le convenciese. Y Proust no es un referente al que me quiera parecer. Me sentía más contento conmigo mismo cuando mis dedos tamborileaban sobre el teclado como si la dama de la guadaña los persiguiese para reclamar alguna deuda pendiente.

Y sin embargo, parte del problema está también ahí: Cuando releo mis novelas del pasado, el estilo de escritura me parece tan torpe, que intento frenarme a mí mismo en las novelas presentes, escribir más despacio, negándome a mí mismo la posibilidad de escribir un capítulo en una sola tarde, y fumigar así la deliciosa tentación de escribir sin pensar en lo que escribo.

De esa manera, el proceso de escritura se convierte en algo muerto, petrificado incluso. Deja de ser un plantar árboles indómitos que crecen y escapan a tu control y te llevan a ninguna parte o a todas las partes a la vez... y se convierte en un encajar vértebras, un hacer puzzles con piezas de esqueletos, un construir una escalera hacia la oscuridad, sin empezar a colocar ningún peldaño hasta que el anterior esté convenientemente apuntalado.

De un modo u otro, el resultado, como ya he dicho, me tiene muy contento.

Pero es muy probable que el Juanjo de dentro de cinco años lo relea, y le horrorice.

Así que de momento, lo único enteramente cierto es que tengo un catarro de tres pares de cojones.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un gran post para estar enfermo...
No obstante:
Zumo de limón caliente con miel + aspirina+ un chupito de coñac
también esto:
http://www.youtube.com/watch?v=Moq90QsYSyI&feature=related
(que creo que tu hoy también lo necesitas)
y que escribas lo que te salga de los cojones, que no le des muchas vueltas, que dejes que tus dedos escriban, que no lo releas para no avergonzarte y que nos lo dejes leer a nosotros!!!
Creo que a veces no hay que dejarse hasta convertirse en negro (color)... esa frase es un asco, pero creo que se entiende... hay que pararse y ver que hay cien mil motivos para no dejarse llevar por esta especie de desgana que ultimamente parece que está de moda.

Y bueno...tranquilo en realidad las almas sensibles no somos tan fácilmente impresionables como pensais...
Mejorate!!!!

Juanjo Ramírez dijo...

¡Ey! ¡Es la segunda vez que me envían este videoclip para animarme! Me ha traído recuerdos de otros tiempos volverlo a ver :)

Gracias porlos consejos. Son todos muy acertados, pero si tengo que elegir, me quedo con el del chupito de coñac ;)

Jack Shadow dijo...

Pues no se como sera la novela pero el post es grandioso, acabas de aprovechar bien un catarro, escribir bien es una montaña rusa, y requiere combustible, meter tu vida y tus sueños en un papel no es gratis, hay que pagar el precio, y es alto de cojones.

Eso me recuerda algo...
En una ocasión, Sófocles llego muy cansado porque se había tirado los últimos tres días escribiendo y solo había conseguido 3 frases, un joven escritor llamado Alcesto que lo había escuchado, se acerco y se rió de él, dijo que en esos 3 días, él había escrito mas de 300 frases, entonces sófocles le miro y dijo: Es cierto, Tu has escrito 300 frases en 3 días, y en no mas de esos tres días, serán olvidadas, mientras que mis 3 frases, serán eternas.

Supongo que nadie ha leído nada de Alcesto, pero a Sófocles si que lo conocemos todos ¿verdad?

Recuerdo haber leído que cuando William Goldman termino "La princesa prometida" Lo ingresaron en un hospital 2 meses por agotamiento, no se por qué ridícula razón eso me anima, me recuerda lo barato que es darle forma a un sueño.

Juanjo Ramírez dijo...

Gracias, Jack!

Supongo que existe el estilo Sófocles, y luego también el estilo Bradbury, de escribir a toda leche, de forma casi automática, para después releerlo y revisarlo una y mil veces.

Lo que ocurre es que me da tanta pereza eso de las revisiones... Es como quedarse estancado en algo que pertenecía al pasado...

¡Qué grande La Princesa Prometida! No sabía que ingresaron a Goldman.

Juanjo Ramírez dijo...

Espera, un momento... Lo de la mochila de la suerte, ¿no era en Parque Jurásico 3?

Es que me acaba de venir a la mente la imagen del tipo metiendo los huevos de velocirraptor en ella...

Kike dijo...

¡Tioooo! ¡No me saques la basura de JP 2 y JP 3 en la conversación, que acabo de desayunar! Si quieres hablamos de la garra de velociraptor del Dr. Grant o el mosquito en ámbar de Hammond.

Pero bueno, a lo que vamos: estar resfriado es una puta mierda. A veces resulta menos deprimente tener rotos todos los huesos del cuerpo que estar resfriado. Pero bueno, este es el primer paso de la RECUPERACIÓN, amigo. Que tampoco es tan grave. Y a ver si regresas al cine que nos tienes a todos en ascuas.

¡¡Y a ver si me pasas ese cuento en cuanto lo termines!!

Anónimo dijo...

Era en la dos, pero era la mochila de Juliane Moore, no la de Norman Bates... Lo malo de tu jarra es que no le veo mucha utilidad en caso del ataque de un velociraptor, salvo golpearle con ella o llevártelo de cañas.

Tengo que hablar contigo para que me eches una mano con un guión que estoy escribiendo (tratando de escribir, más bien), pero voy a esperar a que la fiebre no te haga escribir cosas como "Mientras uno se mantenga escribiendo y encarcelando sueños en letras de tinta, es inmortal" ;)

Ánimo con la novela, piensa que, en el peor de los casos, al menos yo quiero leerla... Y que podrías ser tan lento como yo con mi puta novela (que sólo tiene 2 páginas a pesar que llevo casi un año con ella).

Laia dijo...

El capullo de la mochila salía en la película en la que NO salía Sam Neill.

El chache dijo...

Pues si que te tiene ttraumatizado la novela que estas escribiendo. Y si eso lo juntamos con el catarrazo que tienes, bomba.
Metete en la cama y no salgas de ella en un par de dias, ponte doscientas mantas, tomate mil vasos de leche caliente con miel, bebe doscientos chupitos de coñac... realiza el ancestral ritual anticatarro de los indios perepe... o tomate un frenadol, que en la tele dicen que funciona, y la tele nunca miente, je je je

Tay dijo...

Era en PJ 3, al tío se lo comían los pterosaurios poco después, si os sirve de consuelo jejejje

Por cierto, Juanjo, hay algo que me tiene intrigado...

¿Que viste en el interior de esa taza para mirarla de esa forma?

¿Estornudaste dentro?

Juanjo Ramírez dijo...

Kike: Parque Jurásico 2 y 3 molan un huevo, y en el fondo lo sabes, aunque te dé vergüenza reconocerlo. La 1 también es la leche. Con respecto al resfriado, cada persona me aconseja remedios distintos, y en muchos casos unos remedios contradicen a otros. ¡Toma leche! ¡Ni se te ocurra tomar leche! Etc, etc.

César: La idea de llevarme a un velocirraptor de cañas me parece cojonuda! Sobre todo cuando uno llega a las fases de cantos regionales, y exaltación de la amistad. Yo también querré leer tu novela cuando la termines. Con respecto al guión, ya sabes que el 99% de las veces consigues motivarme y liarme, así que si puedo ayudarte a encarcelar sueños en su tinta... ;P

Laia: En ese caso, estaba en lo cierto. Es Parque Jurásico 2. Y sí era un poco capullo, sí... Que una cosa es llevarse un velocirraptor de cañas, y otra muy distinta adoptar un bebé de tiranosaurio y llevarlo a tu caravana. Con la lata que deben de dar por la noche...

Chache: "o tomate un frenadol, que en la tele dicen que funciona". Pues tendré que tomármelo, porque si en la tele funciona, y yo trabajo en la tele... me funcionará :P (Aunque también dicen que está prohibido en algunos países, porque al parecer jode más cosas de las que arregla)

Tay: Yo también empiezo a pensar que era en la 3. Es que hay, en efecto, dos capullos, y dos mochilas.

Y en esa jarra... he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto té verde brillar en la oscuridad, gotas de propóleo y equinácea brillando más allá de la jarra de Tanhäusser. Todos esos remedios se perderán, como mocos bajo mi napia. Es hora de... aaaachíiissss!!!!

Kike dijo...

Leche caliente y sopa, hombre. Solución universal.

Y no, no me da vergüenza. Simplemente odio ambas películas. De hecho, con Parque Jurásico 2, era MUY perqueño y aun así la odié. He intentado volver a verla y la he odiado aun más. Puedo decir, sin miedo a error, que es la primera película que no me gustó (cuando uno tiene cierta edad le gusta todo). La 3 simplemente es un engendro.

Kike dijo...

¡¡HA FALLECIDO MICHAEL CRICTON!!

Juanjo Ramírez dijo...

Joder!! Pues me da bastante pena, Kike...

Eso es porque le han llegado las malas vibraciones de tus opiniones acerca de esos dos peliculones que son JP2 y JP3

El chache dijo...

¿Que es lo que hace el frenadol en algunos paises para que lo prohiban? Aparte de su nauseabundo sabor, sobre todo el puto hot lemon de los huevecillos. Sinceramente prefiero estar costipado a meterme uno de esos en la boca.
A mi JP2 me gusta, y ademas bastante. La 3 ya no me gusta casi nada.
Jamas me llevaria a un velociraptor de copas. Tiene que ser una puta esponja ese bicho, y ademas seguro que no tiene dinero... se comeria al camarero y tendriamos problemas.

Anónimo dijo...

Es cierto... Los velociraptores seguro que no tienen dinero... ¿Alguien se ha fijado si llevan bolsillos por algún sitio?

PD: ¿Alguien más se ha fijado que "la palabra de veficación" del Blogger no es meramente un conjunto sin sentido de letras, sino que forma palabras perfectamente legible (y muy graciosas)? La de ahora mismo es "firoxore".

Anónimo dijo...

Gran post.
Mejorate pronto... o no... xD
Saludos.