Hace poco estuve en Qatar, una ciudad a la que no tengo intención de volver a menos que me obliguen a punta de pistola. Evidentemente, cada vez que alguien se entera de ello, me hace la pregunta inevitable:
“¿Y por qué demonios te has ido a Qatar?”
Yo siempre respondo la verdad:
“A mi chica le ha tocado un viaje gratis en un sorteo,
así que nos hemos ido para allá.”
La reacción inmediata de casi todos los interlocutores es la
misma: “¿Sí? ¿Eso pasa?” “¿De verdad? ¿Esas cosas funcionan?” “Yo pensé que
eran timos.” Etc, etc.
Ahora, por experiencia y con conocimiento de causa, os puedo
asegurar que:
SÍ. ESO
PASA.
En realidad sólo le pasa al 1% de los mortales... porque el
99% restante no se molesta en inscribirse en esos concursos. Ni siquiera se
molesta en plantearse la posibilidad de que esos sorteos de verdad estén
diseñados para tocarle a alguien.
Mi chica tenía claro que quería ganar un viaje para dos
personas a algún sitio, y decidió creer que tal cosa era posible. Invirtió
parte de su tiempo y de su esfuerzo en localizar todos los concursos sobre el
tema, apuntarse a ellos, rellenar formularios, idear comentarios ingeniosos con
los que competir aquí y allá... ¿El resultado? Que unas cuantas semanas más
tarde era la ganadora de un viaje para dos personas, en business class, para visitar un universo alternativo situado a
miles de kilómetros de distancia.
Me apetecía hablar del tema porque en el “mundillo” en el
que suelo moverme (guionistas, escritores, directores) prolifera una actitud
muy similar a ésta de “no te apuntes a sorteos, que nunca tocan”. Se trata de una actitud que aparece disfrazada de
distintas maneras. Algunos ejemplos:
- No te presentes a esa subvención. Esas ayudas ya están
dadas de antemano.
- No pierdas el tiempo presentando tu novela a ese concurso.
Ahí hay tongo, fijo.
- ¿Que vas a mandar tu guión a esa productora? ¡Pero si
nunca se los leen!
- No te molestes en enviar tu currículum a las empresas: los
mandan directamente a la papelera.
- ¿Vivir de escribir literatura? ¡Ni lo sueñes! De eso sólo
viven Pérez Reverte y cuatro más.
- Si envías tu proyecto de serie a una cadena de televisión
estás perdiendo el tiempo. Sólo salen adelante las series que surgen dentro de
las propias cadenas.
- ¿Que quieres rodar tu peli sin contar con las televisiones
y las distribuidoras desde el principio? ¡Pues olvídate! ¡Te la vas a comer con
patatas!
La gente que pronuncia esa clase de frases nunca ganará un
viaje a Qatar. Porque si quieres ganar ese viaje a Qatar, lo primero que tienes
que hacer es creer en la posibilidad del viaje a Qatar. Al menos creer en ello
lo suficiente como para apuntarte al puto sorteo.
¿Por qué hay tantas personas esforzándose en desanimarte, en hacerte
desistir de tus metas e ilusiones? Si invirtiésemos en algo productivo la
cantidad de energía que dilapidan los seres humanos en intentar convencerte
para que no emprendas nada, ya habríamos descubierto la cura del cáncer lo
menos veinte veces.
Yo a veces tengo la sensación de que algunos de esos
“cenizos” intentan desinflarte para apartar a un posible competidor del
camino. Se empeñan en hacerte desistir porque un aspirante menos implica una
menor probabilidad de que alguien les gane la partida y les arrebate el
caramelito.
Pero creo que en la mayoría de los casos la explicación es
mucho más sencilla y, al mismo tiempo, bastante más retorcida: Hay gente que
intenta convencerte de que no emprendas iniciativas porque está muy a gusto en
su reducto de desidia. Se han mentido a sí mismos, convenciéndose de que cierta
meta es imposible de alcanzar, de que recorrer cierto sendero no merece la
pena... Porque con eso justifican su actitud derrotista y su quedarse tumbados en
el sofá de casa, viendo series. Lo último que desean es que otra persona
siga lo pasos que ellos no se atreven a dar y... ¡les vaya bien! Eso les pondría en evidencia. Les dejaría sin excusas para no mover el culo e
intentarlo ellos también.
Yo, por el contrario, creo que si uno adopta una actitud
humilde y receptiva, acaba dándose cuenta de que gran parte de la gente que
consigue llegar a donde quiere, lo hace porque no se ha rendido, porque ha
trabajado duro para conseguirlo y porque no ha perdido la fe en que tal cosa
era posible.
Me viene a la cabeza el ejemplo de los premios Goya. Si te
dedicas a esto, siempre resonarán a tu alrededor unas voces agoreras como las
de las estatuas de piedra de “Dentro del laberinto”.
- No te esfuerceeeeees... esos premios están
dadoooooooos...
- Si no tienes enchufe no te nominan ni de coñaaaaa...
- Los candidatos los decide el profesor Moriartyyyyy...
Yo, del mismo modo en que conozco casos de primera mano de
personas que ganan viajes en un concurso... Del mismo modo en que conozco a una
persona que realmente ha tenido audímetro... También conozco de primera mano (cada vez
más) casos de gente que llega a las nominaciones de los Goya sin tirar de
contactos turbios, sin enchufes raros, sin chupar pollas en ninguna fiesta
sórdida...
Mientras tecleo esto me viene a la cabeza el caso de dos personas
bastante cercanas que han estado nominadas este año. Presentaron su obra a
última hora, recorriéndose media España con
su propio coche, llegando con por los pelos para entregarla personalmente (a ver si
colaba) el mismo día en que espiraba el plazo. No hicieron ninguna campaña de promoción, no contaban con
ningún agente de prensa. De hecho, recuerdo que cuando me enteré de que estaban
nominados les escribí para felicitarles. Me respondieron con algo parecido a: “¿¡En
serio!? ¿¡No es una broma!? ¡Es que hemos llegado tarde y no hemos podido
escuchar el comunicado entero!” Y,
conociéndoles, estoy seguro de que llegaron tarde porque estaban ocupados
trabajando cualquier otro proyecto loco.
¿A qué viene todo esto? Pues a que puedo aseguraros DE
PRIMERA MANO que:
- Es posible apuntarse a sorteos y ganar viajes para dos
personas.
- Es posible estar nominado al Goya sin dinero, sin
contactos y sin campañas de prensa.
- Es posible hacer una peli sin contar con las
distribuidoras ni las teles y acabar distribuyéndola, aunque sea de maneras muy
sui generis.
Y por esa regla de tres, estoy casi convencido de que:
- Es posible que te concedan una subvención aunque no
conozcas a nadie en el ICAA ni en el jurado.
- Es posible ganar el premio Planeta aunque no seas Ana Rosa
Quintana (o al menos quedar finalista, o ganar el de la Comunidad de Murcia, o
que a alguien del jurado le haya molado tu trabajo y te recomiende, o se ponga
en contacto contigo)
- Es posible que una productora se lea tu guión, e incluso
que decida comprártelo.
- Es posible que en alguna empresa se lean tu currículum y
decidan hacerte una entrevista o una prueba (incluso conozco a alguien que -
¡milagro! – ha conseguido curros de gente que no conocía gracias a su perfil de
LinkedIn)
- Es posible que después de algunos años dedicándote a lo
que te gusta, de repente, descubras que (no sabes cómo) estás viviendo de la
Literatura.
- Es posible que una cadena de televisión se interese por tu
serie, o incluso que te compre una serie que has rodado tú mismo, por tucuenta y riesgo.
Y aún voy más allá:
Estoy casi seguro de que ahora mismo hay un tío paseándose entre nosotros con
un pene de más de cincuenta centímetros. Hace unos meses era un pichacorta,
pero ahora tiene un rabo descomunal. Fue el único espabilao en toda España que
recibió en su bandeja de entrada un mail sobre “cómo agrandar su pene”... y
decidió leérselo.
5 comentarios:
A mí lo que me sorprende no es lo de Qatar, sino que tengas novia ;-)
Un abrazo, Juanjo!
Jajajaja qué cabrón el anónimo!!!!
Pues sí tiene.. sí (aunque parezca mentira) Y es muy guapa!! Doy por sentado que además es maja, porque nos le aguanta ;-)
Estoy totalmente de acuerdo.
A mi mujer le ha tocado un par de sorteos (comida para gatos y zapatos).
Envié un guión a una productora y me produjo la película. (Y juro que no los conocía).
Tengo amigos que han estado nominado a los Goya y no tienen enchufes. Ni si quiera van por Madrid.
:)
pero qué paso en Qatar?
Buenísimo. Esta actitud es la que mueve el mundo. De hecho, creo que todos los que hemos conseguido finalmente dedicarnos a esto y vivir de escribir guiones (por ejemplo) es porque en algún momento nos creímos el cuento. Yo mismo empecé en esto sin conocer A NADIE. Me presenté a una subvención sin conocer A NADIE. Mandé un guion a una productora sin conocer A NADIE.
A veces pasa. En realidad, pasa constantemente.
Como dice un amigo mío, la lotería toca todas las semanas. El problema es que para que te toque, hay que comprar.
Abrazos
P.D: Y yo que creía que habías ido a Qatar a buscar financiación para algo. Ya no me creo que la gente viaje por placer.
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