martes, 11 de septiembre de 2012

SAQUEADORES DE IDENTIDAD



Corrió el rumor de que Andrés Iniesta iba a donar su premio futbolístico de la Eurocopa para ayudar a las víctimas de los incendios de Valencia. Era mentira.

Se dijo en un periódico que Penélope Cruz iba a producir dos películas al año en España, para dar trabajo a los españoles. Era mentira.

Figuras mediáticas o referentes culturales como Forges y Pérez Reverte se convierten en autores de artículos de opinión que no han escrito. Otros ponen en sus bocas opiniones que ellos no han emitido. Es tan sencillo como colgar un texto contundente de alguien desconocido y cambiar el nombre del autor. Nadie hace preguntas.

En otros tiempos - o en otros contextos - cuando las cosas se ponían feas llegaban los saqueos. Los hambrientos entraban por la fuerza en casas, tiendas... se apoderaban de alimentos y de objetos que no les pertenecían. Se consideraban con ese derecho. Era la ley de la selva.

Nuestro país está en crisis, sí, pero las cosas no han llegado a tal extremo, por mucho que se esfuercen los fans de Gordillo en convencernos de lo contrario.

Porque la mayor parte de la gente de este país, aún no está pasando hambre física.

No obstante, creo que sí estamos pasando otro tipo de hambre.

Estamos hambrientos de esperanza.

Por eso en lugar de saquear lugares físicos, saqueamos las identidades de nuestros ídolos.

Por eso en lugar de robar objetos físicos, robamos respuestas que nadie nos ha querido dar, o promesas que nadie está dispuesto a hacernos.

Puede que el hambre física nos llegue también, tarde o temprano. Mientras tanto, nuestro auténtico drama es de índole espiritual, incluso metafísica. De momento lo más duro es el aparente sinsentido de todo, la pesadilla kafkiana en la que vivimos inmersos.

Por eso comienzan los saqueos. Rompemos las ventanas de Iniesta a ver qué encontramos en su interior, nos colamos a través del escote de Pe a ver si robamos un poco de luz en esa oscuridad, forzamos la cerradura de Reverte.

Hay una especie de demanda implícita en ese acto de vandalismo. "Nosotros os hemos hecho famosos a base de adoraros. Os hemos convertido en símbolos. Ahora nos vais a devolver el favor. Vais a dejar que tomemos prestadas vuestras identidades. Hablaremos con vuestras bocas, como si vosotros fuéseis peleles y nosotros vuestros ventrílocuos. Diremos por vosotros - y a través de vosotros - todo lo que necesitamos que digáis."

Creo que hay algo muy poético en todo eso.

Creo que hay algo incluso mitológico.

1 comentario:

R.P. Sephiroth dijo...

Presiento que no voy a ser el único en darte toda la razón en este artículo.

Te recomiendo un par de documentales: "Zeitgeist" (y si quieres profundizar más en materia, su secuela "Zeitgeist: Addendum") y "Esoteric Agenda). Los puedes encontrar subtitulados en Google Video. No es para tragarse todo lo que digan, pero te puede dar alguna idea del porqué de todo este sinsentido, de por qué los poíticos parecen estar ayudando cada vez más a que la mierda nos llegue hasta el cuello.

Un saludo.