lunes, 4 de junio de 2012

ABORTOS


Lo he comentado en otras ocasiones: Es tremendamente fácil engañar a un guionista.

Se supone que nuestro trabajo como contadores de historias consiste en engañar a otros. Pero aquí estamos: Casa de herrero, cuchillo de palo. Porque es a nosotros - estúpidos guionistas - a quienes suelen engañar de mala manera.

A veces nos estafan prometiéndonos dinero a cambio de escribir. Un dinero que "se cobrará si la cosa funciona". Dinero que nunca llega, y nos da un poco igual. Casi nunca lo hacemos por dinero en esos casos.

Otras veces - la mayoría - ni nos garantizan el dinero ni puta falta que nos hace. En esas ocasiones nos engatusan simplemente asegurándonos que la peli, o corto, o serie, o lo que sea... SE HARÁ. O que, como mínimo, se intentará sacar adelante, ahí, a tope, con ilusión y toa esa mierda.

Hoy, por culpa de una estúpida asociación de ideas, he acabado haciendo un recuendo de todos los guiones que he escrito GRATIS para OTROS y que jamás se hicieron.

Creo que no he conseguido acordarme de todos esos abortos, pero aquí dejo, a modo de curiosidad, una lista de los que he podido recordar. Guiones que están escritos... para gente que me los "encargó"... pero que nunca se hicieron:

- OCHO guiones de largometraje para otros directores y/o productores.

- TRES guiones de cortometraje para otros directores y/o productores.

- UN guión de mediometraje para otro director.

- TREINTA guiones de distintas teleseries para productores.

- DOS reescrituras de guiones inicialmente concebidos para dirigirlos yo, pero que más adelante tuve que adaptar para que los dirigiese un director distinto.

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Seguro que se me están quedando un montón de proyectos en el tintero (y estoy obviando - por otra parte - la gran cantidad de ideas que tampoco llegaron a buen puerto en trabajos remunerados)

¿Por qué naufragaron todos esos proyectos?

En algunas ocasiones se trataba de colaboraciones con gente honesta que realmente deseaba sacarlos adelante, pero que no tuvo suerte. En otras ocasiones se trataba de gente igual de honesta, pero que se "desinfló" a medio camino. Y en otros casos se trató de auténticos hijos de puta a los que escupiría en vez de saludar si me los encontrase por la calle (afortunadamente, este último grupo es el más reducido)

Por otra parte, a todo esto hay que sumar otra gran cantidad de cosas que he escrito "para mí", con la intención de dirigirlas o moverlas yo... y que también se han quedado "a medio camino", por culpísima mía. Y especifico esto último para dejar claro que no escribo con intención de reprocharle nada a nadie.

Lo único que me apetece comentar en este post es aquello que decía William Goldman en sus aventuras del guionista en Hollywood: Que no hay nada más frágil que un proyecto.

Y, por ello mismo, la profesión de guionista debería ser el mejor entrenamiendo para desapegarse de las creaciones propias.

Estamos condenados a parir abortos.

Gran parte de lo que engendremos, jamás verá la luz.

Nos dedicamos a componer mandalas en medio de una tempestad.

Si no aprendemos a disfrutar durante el proceso, al margen de a dónde llegue o deje de llegar la mierda que escribimos... más nos vale estar muertos, o cambiar de oficio.


1 comentario:

R.P. Sephiroth dijo...

Hola, Juanjo. Hacía tiempo que no te visitaba. ¿Qué tal todo?

Yo también he tenido algunos abortos, y también tengo una gestación en pausa (sé que eso es médicamente imposible, pero no creativamente), así que te entiendo bastante bien.

Aunque créeme, duele mucho más ver cómo tu criatura sale deforme. A mí me pasó que tras escribir gratuitamente el guión para un lagrometraje, lo reescribieron con la exucusa de adaptarlo para rodar una serie online y al final el resultado no tenía casi nada que ver. Eso sí, me mencionaban a mí en los títulos de créditos como autor de la idea original.

Lo sé, estas cosas me pasan por tonto. Pero de todo se aprende. Un saludo.