domingo, 26 de febrero de 2012

EL DÍA QUE ME JUZGARON POR ROBO


JUEZ: Juan José César Casimiro Fernando Ramírez Mascaró, se le acusa de haberse descargado pelis, series y libros de internet, ¿cómo se declara?

JUANJO: Me declaro amante del cine y del arte de contar historias en general, señoría. En cuanto a si soy culpable o inocente, es complicado.

FISCAL: ¡Protesto!

JUEZ: Usted has visto demasiadas películas, ¿verdad, señor fiscal? ¡Deje que el acuado se explique!

JUANJO: Gracias, señoría. Intentaré empezar por el principio, si se me permite la redundancia. Verá... Yo compraba pelis en los tiempos aquéllos del VHS. Ya sabe: El formato aquél que se iba pudriendo poco a poco como un frutero... El caso es que cuando apareció eso del "DVD" en mi casa se mostraron escépticos y reacios...

JUEZ: Ajá...

JUANJO: Vamos, que no tenía reproductor de DVD... y eso me hizo entrar en una dinámica rara. No compraba pelis de VHS poque sabía que (afortunadamente) estaban en peligro de extinción, pero tampoco compraba pelis en DVD, porque no podía verlas en casa.

FISCAL: ¿¡No tenéis reproductor de DVD!? ¿Vivís en la Costa de los Mosquitos o qué?

JUANJO: ¡No, hombre! A estas alturas sí que hay dvd en casa de mis padres, pero antes de que eso sucediera... yo ya me había ido a vivir fuera. Ya saben: Primero a estudiar, trabajar... esas cosas que se hacían antes de la generación "nini".

JUEZ: No veo a dónde quiere llegar.

JUANJO: Me ahorraré los detalles, señoría. La cosa es que por unas razones u otras he vivido en más de diez casas distintas en los últimos cinco o seis años, siempre con esa sensación de precariedad, como de... mañana mismo tendrás que volver a empaquetar tus cosas y mudarte.

FISCAL: Ya... Ese engorro de tener que meter en cajas los libros, los dvds...

JUANJO: ¡Exacto! Y no exagero si les digo que durante cierta época me obligaban a cambiarme de piso cada dos o tres meses, así, de repente. A veces me avisaban con un día de antelación.

JUEZ: Ciertamente, eso es una putada...

JUANJO: Si yo le contara... El caso es que al final acabas concibiendo las posesiones materiales como si fuera lastres. Incluso empecé a dejar de comprar libros, señoría. Y seguí sin comprar dvds.

FISCAL: ¿¡Lleva todos estos años sin comprar un puto dvd!?

JUANJO: Alguno que otro he comprado, claro, pero para regalárselo a alguien. Y los pocos dvds que tengo es porque otros me los han regalado a mí (la mayoría los tengo en casas ajenas) Bueno... el otro día vi en un quiosco un dvd de "El gran Lebowski" a 3 euros, era muy finito, de ésos que te dan con el periódico. Me dije a mí mismo: Adoro esta peli, y este dvd está barato y apenas abultaría en un equipaje, así que lo compré.

JUEZ: No me extraña. ¡El Gran Lebowski es un peliculón!

FISCAL: ¡En efecto, un peliculón! ¡Que conste en acta!

JUANJO: Así que ya pueden imaginar mi cabreo cuando meto el dvd en el reproductor y... resulta que la peli está mutilada, con la imagen recortada, ahí, a 4/3...

(Murmullo general, caos, perros y gatos cohabitando, gritos de histeria, señoras que vuelcan bancos en el juzgado)

JUEZ: ¡¡Orden en la sala!! (toc, toc) ¡¡Orden en la sala!!

JUANJO: ¡Ay, qué martillo más bonito, señor juez!

JUEZ (ligeramente ruborizado): ¿Le gusta? Gracias... Es muy socorrido. También lo uso para hacer chapuzas en casa. Clavar escarpias y eso...

JUANJO: En fin, prosigo... Pues eso, que cuando se desarrolló toda esta tecnología que nos permite tener cientos de películas dentro de un disco duro sin ocupar espacio físico... que nos permite llevar miles de libros en el bolsillo gracias al e-book... Yo vi la solución a mis problemas ahí, señoría.

JUEZ: Ya, el rollo éste de poder llevar tu hogar a cuestas, como los caracoles...

FISCAL: Ya veo por donde van los tiros. ¡Pero eso no justifica la descarga ilegal! Si quiere tener esas obras en su disco duro, debe pagar por ellas.

JUANJO: Estoy de acuerdo pero, ¿dónde?

FISCAL: Ahí tiene Filmin, por ejemplo.

JUANJO: No se ofenda, señor fiscal pero... ¿pagar por ver cine independiente europeo? Casi sería capaz de pagar por no tener que verlo.

FISCAL: Pues es lo que hay. Ya lo dijo el otro día el presidente de la Academia de cine, el González Macho. Que eso de hacer negocio en internet, a lo mejor en un futuro lejano y tal, pero hoy por hoy hay que seguir haciendo las cosas como se han hecho hasta ahora.

JUANJO: Ya pero, si no me equivoco, el González Macho ése es dueño de una distribuidora y de unas cuantas salas de cine. Si usted tuviese un restaurante, ¿iría por ahí diciendo que lo mejor es quedarse a comer en casa?

FISCAL: Eh... errrr... Qué buena es el Gran Lebowski, ¿eh? Qué personaje El Nota...

JUEZ: ¿Y qué nos dice de los ebook? ¿Los compra o también se los descarga ilegalmente?

JUANJO: Es difícil encontrar ebooks en español, señoría. Y por otra parte... El otro día, por ejemplo: Quería leer un libro que es ya casi un clásico. Escrito en los años 70, no le digo más. Vi que estaba disponible en ebook, así que quise comprarlo y ser legal y todo eso... Pero cuando vi el precio... ¡¡Ese libro en ebook costaba 13 euros!!

FISCAL: Pues claro. Las cosas tienen un precio.

JUANJO: Un precio, sí. ¡Pero un precio razonable, coño! Un libro electrónico no puede costar casi lo mismo que su versión impresa. Se están ahorrando el precio del papel, y la tinta, y el encuadernado, y el transporte hasta el punto de venta. Si pagase 13 euros por eso me sentiría estúpido.

FISCAL: Eehh... Err... El Gran Lebowski, sí... Peliculón... La performance del casero era desternillante... ¿se acuerdan?

JUEZ: Intenta usted justificarse. Si algo está mal, está mal. Y punto.

JUANJO: Vivimos tiempos inciertos, señoría. Ahora mismo la red es como el Lejano Oeste. Todavía se están definiendo las reglas... Mientras todo se coloca en su sitio, hay que ser un poco flexibles. Por ejemplo: nosotros hicimos una peli y resulta que es bastante fácil encontrarla en internet. O al menos lo era antes del cierre de Megaupload y tal. Ahora no sé si seguirá estando localizable o si la habrán borrao del mapa.

JUEZ: Tráiganle al acusado un portátil con internet. Que lo compruebe.

FISCAL: Pues sí, parece que se puede bajar por Torrent y esas cosas.

JUEZ: Ah, coño, la de los cacahuetes. A esa peli le sobraban 20 minutos.

FISCAL: Y le faltaban 20.000 eurillos por lo menos...

JUANJO: Señoría... ¿por qué todos los jueces son negros?

JUEZ: Porque somos más baratos. Y porque desgravamos en Hacienda, claro...

JUANJO: Entiendo...

JUEZ: Yo lo que no entiendo es su actitud. Este problema de la piratería le afecta directamente. Está perdiendo dinero por culpa de toda esa gentuza que se baja su trabajo de la red.

JUANJO: Pues qué quiere que le diga, señoría... Los contratos de distribución son injustos y abusivos. Casi todo se lo llevan las distribuidoras. A los que de verdad hemos hecho la peli no nos llega casi nada de ese dinero. Además, ahora mismo nuestra peli está descatalogada y... bueno... nos habría gustado ganar pasta con ella, pero nuestra prioridad era que la peli se viese.

FISCAL: O sea, que prefiere que le roben...

JUANJO: Al menos la gente que se descarga la peli nos está robando con cierto cariño. Los que nos hacen firmar ciertos contratos... es como si nos robasen sin cariño, ni vergüenza, ni pudor. No es robo en sentido estricto, es legal lo que hacen... pero usted ya me entiende.

JUEZ: Que no conste en acta.

JUANJO: A mí me gustaría poder exigir a la gente que pague por ver nuestra peli, en serio. Pero para eso hay que ofrecerles dicha alternativa legal.

JUEZ: ¿Y no la hay?

JUANJO: Hombre... "Haberla haila". Fuimos la primera peli española que se estrenó en descarga legal al mismo tiempo que en salas. De hecho, creo que podéis pagar por verla AQUÍ. Aunque al parecer es complicado. Según me dijeron, los pocos que lo intentaron enloquecieron "a lo Lovecraft". Y encima no puedes sacar el archivo de tu ordenador... Y al menos antes, si tenías Mac no te funcionaba (supongo que ya lo habrán arreglado)

JUEZ: ¡Que conste en acta! El acusado está ofreciendo a la gente una alternativa legal en internet. Pueden pagarle por su obra y solucionarle la vida a este infeliz.

JUANJO: Si le soy sincero, creo que hasta la fecha no me ha llegado ni un céntimo de esas descargas legales...

FISCAL: Joder, es que usted no se conforma con nada.

JUANJO: Discúlpenme si soy ambicioso, pero sueño con un mundo en el que obtener las pelis en internet de manera legal sea más fácil que obtenerlas de manera ilegal. Y sueño con un mundo en el que podamos pagar por descargarnos las pelis que de verdad nos apetece ver. Y si encima pudiésemos hacerlo a un precio razonable... eso ya sería la hostia.

JUEZ: ¡Modere su lenguaje, señor acusado!

JUANJO: Oiga, ¿por qué las salas de los juzgados tienen siempre estas lamparitas verdes, como las de las bibliotecas?

JUEZ: Es que nos patrocina Heineken. ¿Tiene más preguntas el fiscal?

FISCAL: No, señoría. Y le ruego que termine rápido con todo esto, que me han entrado ganas de volver a ver El gran Lebowski.

JUEZ: Está bien. Me voy a consultar la jurisprudencia.

JUANJO: Ah, ¿es que ya han celebrado juicios parecidos a éste?

JUEZ: ¡Qué coño! Me voy a ver pelis de juicios, que son menos coñazo que la legislación real. "Algunos hombres buenos", "JFK", "Mientras nieva sobre los cedros"... ¡Esas cosas!

JUANJO: ¿Tiene todas esas pelis, señoría?

JUEZ: No, pero me he puesto a bajarlas en el Torrent. ¿Por qué habrán tenido que cargarse Megaupload? Iba mucho más rápido...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial relato, Juanjo. Expones todo "el tema" de una forma muy clara y divertida. Un abrazo.

David. Ex-cabina Cines Verdi.

Rubentxo dijo...

Al final, como casi siempre, la culpa es de esa avaricia desmedida de algunos.
Gracias por las risas que me he echado leyéndolo.
Que pases buena semana.

Juanjo Ramírez dijo...

Hombre, David! Gracias!
Y gracias a ti, Rubentxo!
Me alegro de que sirva para echar risas. Algo muy necesario en los tiempos que corren.
Un abrazo!