lunes, 17 de agosto de 2009

EL ARTE DE OBLIGAR A UN ESPAÑOL A HABLAR COMO LOS ESPAÑOLES OBLIGAN A HABLAR A LOS YANKIES


Los guionistas españoles que intentamos escribir cine tenemos un problema. Al menos los de mi generación:

Estamos tan acostumbrados a ver pelis norteamericanas dobladas al español que cuando redactamos nuestros diálogos tendemos inconscientemente a imitar el tempo, el acento e incluso la construcción gramatical de esos actores estadounidenses que nos hablan con una voz prestada.

Luego pasa lo que tiene que pasar: Dejas tu guión en manos de actores patrios, ruedas a esos machos ibéricos pronunciando tus ingenuas frases y...

Queda como el culo.

En parte porque la mayoría de los actores españoles no saben procesar interiormente ese estilo de diálogo, ni saben (por consiguiente) pronunciarlo de forma natural.

Y en parte porque nadie se va a creer en la pantalla a un Resines o a un Bardem diciendo: "Ey, Paco, larguémonos de aquí." Porque la gente en España no habla así, y el guionista que redacte de esa forma para una peli española, o bien lo hace con intención paródica, o bien se está meando, sin saberlo, sobre su propia película.

Bien es cierto que hoy día tenemos más oportunidades para ver las cosas en versión original, y eso ayuda a aclarar los conceptos. Bien es cierto que las series de máxima audiencia de nuestra televisión sueler ser ya casi todas en el idioma de Cervantes... Pero la adorable y perniciosa influencia de toda una infancia y toda una adolescencia escuchando a los mejores dobladores del mundo... deja huella.

Cualquiera que lea mis primeros guiones de largo (todos esos que, por vergüenza, ya no suelo dejar que nadie lea) se dará cuenta de que yo he cometido ese error hasta la saciedad.

En este nuevo guión intento evitar eso. Y no es fácil.

Creo que el más de año y medio que llevo en Vaya Semanita me ha ayudado en eso; me ha acostumbrado a escribir más "a la española". Pero no deja de ser un programa humorístico, caricaturesco... Y aún me siento "en pañales" como "dialoguista realista inscrito en la idiosincrasia española".

Creo que tendré que revisitar las pelis de Berlanga, y también las de Álex de la Iglesia.

Sí... Creo que De la Iglesia y Guerricaechevarría son los mejores a la hora de combinar la precisión de los diálogos yankies con la consistencia del hablar "made in Spain".

Intento ser consciente de que lo de pulir los diálogos ya llegará en posteriores versiones del guión, pero no hay manera de que yo mismo me haga entrar en razón. Si un diálogo (aunque sea provisional) no me parece mínimamente decente, ¡me cuesta continuar!

Soy gilipollas.

13 comentarios:

Pal dijo...

No eres gilipollas, eres don perfecto y así no hay manera de escribir de forma fluida. Tú relájate que ya llegarán las versiones mejoradas.

Odio a resines desde los Serrano, lo siento, y eso que no vi el estupendo final ;P

Juanjo Ramírez dijo...

Don Perfecto... Gilipollas... La diferencia es mínima :P

Un abrazo Intrusa!

Patch dijo...

¡Maldita sea, Juanjo! Tienes que intentarlo :) Hazlo para poder ir con la cabeza bien alta al baile de graduación!

la tumba sin nombre dijo...

Como director, lo que hago es darle a los actores la opción de alterar sus frases para que las sientan suyas. Les permito y les animo a que, sin cambiar el contenido, digan los diálogos tal y cómo ellos creen que los personajes deben decirlos...

Suele ser un infierno en el montaje, porque, muchas veces, las frases cambian de toma en toma, pero le da a las interpretaciones un aire muy natural, ligeramente alejado del efecto doblaje que comentas, así que compensa.

Todo esto nació porque estaba harto de oírles decir, cuando leían mis guiones, que nadie hablaba así y que no eran capaces de repetir esas frases con comodidad. De modo que, dejándolos cambiar las líneas (dentro de un orden), mato tres pájaros de un tiro: les doy comodidad e implicación a los actores; gano naturalidad en las interpretaciones; y me preocupo menos a la hora de escribir (con el consabido ahorro de tiempo y tensión mental), porque, aunque no me mole demasiado alguna línea, pienso: "no pasa nada, ya la arreglará el actor".

Aunque, claro: que no me mole demasiado no quiere decir que escriba caca y piense que van a sacar oro... Hay que respetar unos mínimos ;)

Jack Shadow dijo...

por eso yo dejo los diálogos para lo ultimo, solo escribo No-dis* para no olvidar lo que quería decir, el tempo varia mucho de un actor a otro, es muy practico organizar lecturas de diálogos entre los amigos (menos en comedia que supongo que tienen que ser profesionales) de todos modos al final cuando escoges los actores tienes que terminar cambiando diálogos, que te voy a contar a tí,
yo tengo como norma no escribir escenas de gente en pie mirándose y hablando, siempre meto un fondo, la gente hablando, aun diciendo lo mas interesante que has escuchado, aburre a los 10 segundos.
Fíjate las técnicas que se usan en magia tradicional para dirigir la atención, llevan años de ventaja a la gran mayoría de cineastas.
Revisa algún dialogo de tamariz por ejemplo y veras lo que quiero decir :P

*No digas eso! era solo un apunte.

Juanjo Ramírez dijo...

Patch: En ello estoy. Pero lo malo del baile de graduación es que no sé bailar. Seré como Carrie... o como Bruce Willis al final de "El último boy scoutt" :P

César: Yo también soy amigo de que los actores modifiquen un poco el diálogo para adaptarlo a ellos, pero en los ensayos. Y que luego lo que se haya modificado en los ensayos quede por escrito. Precisamente para evitar esos desbarajustes en montaje, y también para poder analizar las improvisaciones con calma y asegurarme de que al cambiar una coma no se ha perdido información esencial para la trama :P Pero por otro lado ya conoces mis neurosis: Aunque sepa que puede cambiar luego, me pone nervioso verlo con los cordones desatados :P

Jack: Lo que has dicho de la magia es genial. Lo de "gente que habla" es algo que, después de la experiencia de Gritos trato de evitar (o minimizar) a toda costa.

Algún día me gustaría llegar a lo que decía Hitchcock: Que el diálogo sea prácticamente un "ruido de fondo". Aunque de momento sí que hay bastantes cosas que me apetece decir con palabras.

Laia dijo...

A mi algo que no me gusta del cine español es que el castellano de muchos actores "cae" al hablar. Es monótono y sin vida y a veces ni siquiera vocalizan y eso hay que compensarlo. No creo que los doblajes engañen tanto. Hay actores ingleses que emplean trucos cuando actúan (al mismo estilo que los dobladores), los hay que parece que estén en un teatro y no en un estudio, pero te quedas embobada escuchándolos y te los crees, parece natural porque en el fondo el cine lo que se busca es atraer y fascinar. Si no fuera así, no habría aplausos una vez Vittorio Gassman o Montgomery Clift finalizaban alguna escena especialmente fuerte. Hay que dar de sí a los actores, que se lo curren. Si uno escribe algo que realmente merece la pena, no creo que el actor deba acomodarlo a sus capacidades. El doblador hace un trabajo que muchos actores españoles no hacen, pero si te miras una película inglesa (preferentemente de época) vas a ver actores dando de sí el idioma todo lo que quieras y disfrutas escuchándoles.

Creo que deberíamos probar ese "larguémonos de aquí", ya es hora que el castellano en cuestiones de cine haga un poco de ejercicio, que el castellano que veo últimamente en las películas españolas parece que esté hervido.

Y también creo que hay que seguir aprendiendo de Berlanga. Los cincuenta fueron una buena época para el cine español, prometedora, con gente con ganas, hasta que después de las Conversaciones de Salamanca se dictó que el camino a seguir tenía que ser el fácil, el de "lolailo y amén" y se fue todo a la m... para asegurar que todo el cine fuera así, se mando cerrar también la industria cinematográfica barcelonesa, que hacía thrillers y películas de cine negro y ponía música moderna.

Este es el punto de vista de una espectadora profana en temas audiovisuales pero con mucha fe en los nuevos directores, que estoy muy quemada de España y el poco talento que tienen los "artistas" de turno (si, estoy en otra de mis fases de "quiero largarme de aquí).

Laia dijo...

y como puedes comprobar, soy española y me ha quedado muy bien el "Quiero largarme de aquí" :-)

Juanjo Ramírez dijo...

Hola Laia!

Creo que lo que ocurre es que casi todos los que intentamos hacer cine en España somos loros.

Y no sólo pronunciando frases. Es en todo. Es como si las cosas no nos saliesen de dentro...

rafa aw dijo...

Se dice (Hitchcock, Azcona) que la peli debe entenderse sin los diálogos, solo mediante la narración visual.

Un buen método si ves que no funcionan los diálogos es buscar a posteriori un buen "dialoguista" que te los pula o te meta frases buenas. Las mejores frases de Star Wars fueron gracias a una reescritura del matrimonio colega Huyck-Katz. En las de James Bond también hacen lo mismo: primero la estructura, escenas de acción, mcguffin etc y después te viene el Paul Haggis a meterte frases tipo "¿Usted quiere que sea medio monje medio asesino?" que se supone que profundizan en la caracterización del personaje.

Kachupey dijo...

Joder tío, acabas de revelarme el misterio de la Trinidad. Llevo años preguntándome porqué leches las pelis españolas suenan muchas veces irreales y rarunas.

Gracias.

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con Laia... El problema no es de los diálogos (depende de cuales) ni tampoco es problema de que intentemos hacer clones de lo que ya hayamos visto (si a Brannagh le funciona a veces hacer la misma peli una y otra vez a nosotros también)... El problema está en los actores y sus escuelas de la interpretación realista (me refiero a esas de madres de actores y eso)... Cuando tú ves a Alfredo Landa en los Santos Inocentes, o a Sacristán en la Vaquilla, a Poncela en Martín (Hache), o a Juan Diego en pelotas hablando de la revolución rusa en París Tombuctú no te pasan esas cosas de que te suena a falso.

Tú me dirás que claro que tres de esas películas las escribe Azcona, las dirigen Berlanga, Aristarain, Camus... Yo creo que lo que pasa es que la adecuacíón texto, interpretación, planificación es el idóneo.

Tú puedes rodar una peli con Ramón Langa, Juan Diego, Luis Tosar y Oscar Ladoire que seguro que por muy enrevesados y americanistas que sean los diálogos vas al Pryca y cuela, y vas al Champion y también cuela.

Anónimo dijo...

P.D:

Sancho Gracia

"Cheyene, aquí no te queremos"

"Deme 800 balas por favor"

"A mi ni los geos ni su puta madre coño"

... pos eso.