domingo, 22 de agosto de 2010

LA CORRECCIÓN DE LOS INSECTOS



El otro día cerré una etapa. Terminé esa micro-novelita-corta que lleva por título "La emperatriz de los insectos".

Es muy breve. 27.000 y pico palabras. 96 páginas a espacio y medio. Creo que es más novela por su estructura que por su extensión. El caso es que, independientemente de su mucha o poca calidad, esa cosita tan pequeña lleva un barreno de dinamita en su interior. Creo que es lo más excesivo, retorcido y desconsiderado que he escrito en mi vida.

Lo he pasado un poco mal escribiéndola. Como ya me ocurrió con mi anterior mini-novela (La mierda) no disfruté demasiado en el proceso de escritura. Evidentemente, hay partes concretas en las que sí lo pasé bien, pero hablando en términos globales, mi tecleo ha estado más motivado por la necesidad de vomitar esa historia y quitármela de la cabeza que por cualquier tipo de ilusión. Ni siquiera me alentaban esas ansias tan pueriles de compartir la obra con amigos y conocidos. No en esta ocasión. "La emperatriz de los insectos" cuenta cosas que sé que sólo "apreciarán" dos o tres personas de mentalidad abierta y resistente. En general me da más vergüenza que orgullo compartir esta novela (y a pesar de ello la intento compartir, porque si un escritor se niega a compartir lo que sale de su mente, se está cerrando puertas a sí mismo).

No sé por qué brotan en mi cabeza este tipo de historias. Así a simple vista ni siquiera tienen tintes autobiográficos de ningún tipo. No sé de dónde llegan las cabronas. Simplemente, un día de lluvia llaman a mi puerta y me dicen: "Hola, Juanjo. Tú no me conoces, pero yo sí te conozco bien a ti. No me preguntes de qué lugar provengo. Es un sitio demasiado oscuro pa dibujarte un mapa. Tú simplemente escríbeme. De lo contrario me pudriré dentro de ti y contaminaré toda tu vida."

Por eso decido que la única manera de salir medianamente airoso a la hora de plasmar en el papel algo tan pornográfico y sádico es... intentarlo redactar maravillosamente. Cuidar el estilo de tal manera que esa belleza estilística equilibre el horror del contenido.

Y claro, ésa es la mejor manera de cagarla. Basta que te empeñes mucho en algo para joderlo. Es como regar en exceso una planta.

Te fuerzas a ti mismo a dilatar la escritura en el tiempo para no precipitarte. Nunca escribir más de un capítulo por día, intentar descansar los fines de semana. ¿Qué consigues con eso? Perder la perspectiva. El otro día leí por primera vez la novelita entera del tirón y me di cuenta de que había abusado de ciertos recursos, ciertos vocablos, ciertos conceptos, repitiéndolos hasta la saciedad. Dilaté tanto en el tiempo la puñetera escritura que me olvidé de haber utilizado todo eso y lo volvía a usar, generando redundancias nocivas. Es importante cuidar ese equilibrio, ese término medio entre la redundancia torpe y el grado de repetición necesario para generar un ritmo conceptual, una coherencia...

También he pervertido la gramática para intentar hallar la musicalidad adecuada. Frases cortas. Repeticiones innecesarias desde un punto informativo que se me antojaban convenientes desde un punto de vista musical. Comas haciendo la función de puntos. Puntos haciendo la función de diques. Luego te distancias, lees la novela del tirón y te das cuenta de que en algunas ocasiones esa artificiosidad equivale a pretenciosidad. Y siempre, siempre, SIEMPRE he odiado parecer pretencioso.

Y aquí estoy, corregiéndole el estilo a la emperatriz de los insectos, muy poco a poco, a capítulo por día (a veces ni eso), consciente de que cuando termine de hacerlo habré cerrado de verdad un etapa, con el miedo que ello implica. El miedo al "¿y ahora qué?" ¿Intentar mover esa aberración que - estoy seguro - va a asquear y disgustar al 90% de la gente? ¿Empezar otra novela, otro guión? ¿Empezar a buscar trabajo en Madrid de forma más activa y exhaustiva, sabiendo a priori que probablemente me tocará currar en algún sitio en el que la sensación de estar prostituyéndote será aún más intensa que en mi trabajo previo?

El sentimiento imperante ni siquiera es miedo. Es algo aún menos glamouroso: Pereza.

Pero hay que hacerlo. Hay que avanzar. Hay que abrirse paso por la jungla a golpe de machete.

13 comentarios:

César del Álamo dijo...

Yo tenía la sensación de que sus imperfecciones eran producto del apresuramiento, de la viscerabilidad, de la diarrea mental... Me pearece curioso que sean producto de "un exceso de trabajo" (por decirlo de alguna manera).

Creo que este tipo de cosas deben salir lo más rápido posible, sin preocuparse mucho de cómo quedan... Si alguien muestra interés en ellas, pues ya se busca un editor que corrija. No sé cómo has sido capaz de tenerlo por ahí pululando un par de años.

Estoy de acuerdo contigo con que es lo más oscuro que has escrito (más que La Mierda, que ya era...). Ya te dije que me afectó leerlo. Y, por la noche, tuve pesadillas (en mi habitación había un mosquito... que realmente no estaba ahí).

Pero mejor fuera que dentro ;)

Ya está escrita: el proceso de reescribir ya no precisa de tanta implicación como para que duela hacerlo... Ahora me puedes ayudar a escribir alguno de los muchos guiones que hemos abandonado el último año (o con el que estoy ahota ;P).

Juanjo Ramírez dijo...

Pues ya ves! Lo que parece producto del apresuramiento es producto de alargar el tormento. Tenía que haberla escrito de un tirón. Probablemente habría salido igual de imperfecta (o imperfecta en otros sentidos) pero me la habría quitado de encima mucho antes. Es, salvando las distancias, lo que yo opino de Kubrik y el Resplandor: Probablemente le habría salido igual de bien si la hubiese rodado en un mes. ;P

Tengo que quitarme de encima un par de compromisos y reubicar mi vida, pero tú ve enviándome tus ideas insanas y te iré respondiendo e implicándome en la medida de lo posible! ;)

Álvaro Loman dijo...

Ahora me estoy leyendo algo de Palahniuk y tengo esas sensaciones cuando lo leo... A lo mejor eres el Palahniuk español :-D

¿Has pensado en publicar estas novelas con el modelo "Ransom"?

Ya sabes, secuestras la novela y pides un rescate: Que la gente pague lo que crea conveniente por la obra, y cuando llegue a un total X dfe dinero, regalas la obra en pdf a quien la quiera y le entregas un ejemplar en papel a cada persona que haya pagado.

Puedes ganar algo de pelas y no necesitas convencer a un editor ¡Dos por uno!

Juanjo Ramírez dijo...

Creo que en cierta ocasión compararon algo mío (algún relato) con Palahniuk. Nunca le he leído nada, pero me muero de ganas. Una vez leí la primera página de una novela suya (una que empezaba con un accidente de avión) y me quedé con ganas de más.

Eso del modelo Ransom me da vértigo! Lo que no descarto es la autopubliación tipo lulu.es. No sé... tendré que investigar. Desde luego, en estos tiempos de e-books y libros relegados a barrios virtuales marginales, hay que buscar nuevas vías, aunque no sean enconómicamente rentables!

Álvaro Loman dijo...

Toma, un relato corto de Palahniuk:
http://www4.loscuentos.net/cuentos/link/121/121609/

A mí personalmente no me gusta la autopublicación online, a menos que quieras darte un capricho o quieras distribuir tu obra fuera de España. Pero bueno, son repulsiones personales, hay mucha gente que utiliza Bubok o Lulú y consigue sacarse unos cuartos.

A mí es que el Ransom (o el Crowdfunding, ya que estamos) me encanta, pero implica una labor de promoción a la que a lo mejor no estás dispuesto.

Yo que tú lo intentaría. No pierdes nada y a lo mejor te llevas una alegría.

Taluego!

Juanjo Ramírez dijo...

Cielos, Álvaro! Ese relato es magnífico!!!

César del Álamo dijo...

Palahniuk mola.

Kike dijo...

Si escribes otra historia más igual de repulsiva puedes aprovechar para juntar tus tres obras en una gran antología de cosas grotescas. Seguro que en Gilgamesh te lo publican.

Anónimo dijo...

Juanjo, qué curiosidad me has despertado. Ya me dirás dónde hay que comprarla cuando la publiques.

Piticli

Juanjo Ramírez dijo...

Kike: Si me viene a la cabeza algo tan horrible como para completar la trilogía, probablemente me volveré loco.

Piticli: No sé yo si ese engendro es publicable. Le estoy corrigiendo un poco el estilo. Si quieres te la envío al mail cuando termine de retocarla.

Anónimo dijo...

Encantado de leerla, será un placer y un honor. Hoy te hemos echado de menos (joder, qué gay ha quedao eso)

Piticli.

Anónimo dijo...

Que desidia macho!!! da penita leerte, asi no vendes un churro, te lo digo yo. Tienes que hacer como Jose Luis Moreno y venderte mejor... No puede ser tan retorcido y pretencioso... y si lo es ¡¡¡mejor!!! carnaza es lo que le gusta leer a la gente... leido como lo pones parece que va a ser una novela... no se...de SANCHEZ DRAGÓ o algo así.
Bueno, no se si desearte animo o no porque dicen que las mejores creaciones salen así, depre.
Por cierto, esa sensación de que alguien me dice al oido lo que tengo que escribir me suena... ¡¡¡es mi jefe dictandome un comunicado!!! nada puede ser peor... tú por lo menos oyes a una emperatriz.
Y lo de Madrid... dejalo para septiembre que hace un calor... pfff
Besazos

Juanjo Ramírez dijo...

Es que hace tiempo que me cansé de intentar vender! Siempre se me ha dado mal hacerlo.

Pero bueno, ya la tengo retocada casi entera y me va gustando un poco más el resultado.

Besos!