domingo, 25 de abril de 2010

MIS ÚLTIMOS DINOSAURIOS DE PLÁSTICO

Llevo siglos sin fotografiar mis adquisiciones para la colección de dinosaurios de plástico.

Las razones son muy sencillas:

1- Mi cámara de fotos es una cutre herramienta de guiri, no demasiado agradecida a la hora de retratar cosas pequeñas con bajas condiciones de luz sin que el flash y el foco dejen de dar por saco.

2- Vivo en una ciudad muy poco luminosa, constantemente barnizada por una melancólica y deprimente pátina de nubosidad y lluvia.

3- Soy demasiado perezoso para intentar fotografiar algo utilizando fuentes suplementarias de luz más complejas que el astro rey o las bombillas del techo (incluso arrimar un flexo se me antoja una aventura innecesaria)

¿Que por qué alguien que ha dirigido una peli protagonizada por personajes de tres centímetros de longitud no se las arregla para retratar en condiciones a sus dinosaurios de plástico? Pues porque en aquella peli tenía a un talentoso Alby Ojeda dirigiendo la fotografía, una Canon XL1 y unos focos de verbena de segunda manos de 500 e incluso mil vatios.

A pesar de todo eso, hoy hace un día tan apacible y luminoso en Donosti que me he animado a fotografiar mis últimos hallazgos en el mundo de los saurios de plástico. El resultado es tan cutre y lamentable como las veces anteriores. Las buenas condiciones de luz resultaron ser un espejismo.

A pesar de ello, aquí os dejo mis tres últimos hijos adoptivos.

A) La adquisición más "pulp", directamente importada del bazar chino de al lado de casa, es este estiracosaurio de ojos azules que una vez más (¡¡oh, exquisita creatividad!!) tiene unos dientes que podrían pertenecer a un caimán.



Los otros dos los compré a la vez. Se trata de un impulso consumista que me ayudó a olvidar mi trauma con el Alicia de Tim Burton:

B) Este fantástico e hiperdetallista estegosaurio que, por primera o segunda vez en la historia de los estegosaurios de plástico, no tiene cara de gilipollas (a pesar de que se sabe que este bicho tenía un cerebro del tamaño de una nuez)



(tendréis que confiar en mi palabra, ya que en la foto no se aprecia bien su cara)

C) Mi favorito. Uno de los mejores velocirraptores que tengo en mi colección, si no el mejor. Además, como me prometió el dependiente de la tienda, tiene una mandíbula móvil que te permite retratarlo con la boca abierta:



Y con la boca cerrada:



En otro orden de dino-cosas: Voy retomando poco a poco los dibujosaurios. Si lleváis más de dos semanas sin parar por ellí, encontraréis un par de dibujos nuevos.

4 comentarios:

Kike dijo...

El velociraptor lo tengo.

Me encanta el sticosaurio dentudo... me recuerda a unos cuantos monstruitos antediluvianos que tenía de crio.

Unknown dijo...

Mucha envidia! Y nada sana!
Sobre todo por el velocirraptor.

Ya he visto, allí en Madrid, los carteles de 'Caminando entre dinosaurios'
¡Hay que ir! Los dinosaurios son una estupenda mezcla entre realista y jim henson

Soy Mar, con otra identidad.

Juanjo Ramírez dijo...

Kike: Los monstruos poco ortodoxos son, al final, los más mágicos.

Mar: Ese velocirraptor sólo me costó 11 euros. No es tanto! Puedes tener uno con mucha facilidad! Lo único complicado es tomar la decisión de comprarlo. Yo pasaba ante ese escapatate día tras día pensando: Algún día lo compraré. Finalmente lo hice!

Anónimo dijo...

Oye creo que ese no es un velociraptor, parece mas un deynnichus por la forma del craneo,