domingo, 25 de octubre de 2009

UN PAR DE COSAS ACERCA DE LOS CHINOS Y UN PAR DE COSAS SOBRE TERRY GILLIAM

Interrumpo mi (por otra parte) injustificado mutismo para contar un par de anécdotas (por otra parte) intrascendentes sobre esos seres que (por otra parte) son el culmen de la obra de Dios (con el permiso de Batman y de Christina Ricci)

Me refiero, evidentemente, a LOS CHINOS.

Esos seres pequeñitos de ojos almendrados que sólo saben ser, o bien excesivamente amables, o bien excesivamente uraños.

He aquí mis dos hallazgos de la semana en lo que a chinos se refiere:

1- PRENSA "AMARILLA".

Para poder colorear mi dibujosaurios sin manchar la mesa uso (a modo de "salvamanteles") la hoja de periódico en que los chinos de "la tienda de al lado" me envolvieron el cuenco que compré para mojar el pincel. Y dicha hoja tamaño tabloide pertenece a un periódico chino.

Lo de dibujar sobre una hoja repleta de ideogramas orientales es ya de por sí bastante cool y entrañable. Pero es que el otro día me dio por fijarme en las fotos del periódico en cuestión... me dio por leer las partes que no estaban en kanji y...

... me encontré con esto:



¡Fotos de Zapatero y de políticos del PP!

¡Qué putos amos los chinos! ¡Tienen periódicos chinos, escritos en chino, que les informan sobre las noticias de AQUÍ!

2- EL EXTRAÑO CASO DEL ARROZ CHA SAO.

Cuando estoy en Madrid acostumbro a ir a comer con mis amigos al mi restaurante chino favorito: La Buenaventura.

Es uno de esos restaurantes en los que sirven comida china DE VERDAD. No ese sucedáneo que se han inventado para satisfacer al occidental endogámico incapaz de de ir más allá del rollito de primavera y el puto pollo con almendras.

Uno de esos sitios que cumplen la condición si ne qua non para determinar que un restaurante chino es realmente genuino: Que haya más chinos que occidentales comiendo en el. (bueno... eso era antes, en los buenos tiempos, los viejos tiempos, los tiempos del todo o nada. Ahora se está empezando a poner de moda entre los modernitos y entre los otakus que vienen de hacer la ronda por las tiendas de comics de las calles Luna y Estrella para comprarse el último número de Naruto, o el primer número de la puta madre que los parió)

El caso es que uno de nuestros platos favoritos en La Buenaventura es el "arroz Cha Sao".

Se trata de un tipo de arroz delicioso (bueno, según a quién le preguntes... a mi ex le daba grima, porque creía que estaba hecho con sangre) que no figura en la carta del restaurante, o al menos no figura con ese nombre.

Nosotros lo conocíamos porque en cierta ocasión una de las camareras nos lo recomendó como especialidad al margen de la carta. Lo pedimos, nos encantó... y a partir de ese momento se convirtió en un clásico para nosotros. Pero siempre lo pedíamos "de oídas", sin saber siquiera cómo se escribía.

- ¡Arroz Chasao! - decíamos, y la camarera nos entendía a la perfección y nos traía esa maravilla culinaria.

Pero con el tiempo, mi amigo Gonzalo Navas llegó a una escalofriante y bajonera conclusión: Aquella primera vez en que la camarera nos recomendó "arroz Cha Sao", en realidad intentaba decir, en su torpe español... "arroz con cerdo asao".

Y lo peor es que la hipótesis no carecía de lógica. El arroz en cuestión estaba aderezado con trocitos de cerdo asado y de hecho (me duele incluso recordarlo) había un plato en la carta titulado "arroz con cerdo asado".

Adiós a todas nuestras ilusiones. Adiós a esa sensación de estar pidiendo un plato exótico que ni siquiera figuraba en la carta que entregaban a los demás mortales.

Pero el otro día, mi compañera de piso descubrió un restaurante chino muy cerca de nuestra casa, aquí en Donosti. Y trajo a casa un folleto del chino en cuestión, para pedir comida a domicilio. ¡Y cuán grande fueron mi júbilo y mi sorpresa al encontrame con esto!


¿No se han dado cuenta? Retrocedan. Vuelvan a leer el primer renglón de la sección "CERDO". ¡Cerdo estilo chino en forma Cha-Shao! ¡¡Existe!! ¡No era una ilusión! ¡Después de esto, Peter Berlitz podría haber encontrado, al fin, la Atlántida! ¡Después de esto Jimmy Hendricks podría estar realmente vivo en algún lugar de África, compartiendo piso con Elvis y Jim Morrison y Robert Johnson y el recientemente fallecido Luis Aguilé! ¡Después de esto puede que incluso Terry Gilliam pueda terminar algún día su "Hombre que mató a don Quijote"!

Y hablando de Terry Gilliam... ¡Qué peli más fallida! ¡Qué peli más impresionante! ¡Qué peli más caprichosa e incorrecta! ¡Qué peli más mágica y portentosa! ¡Qué ganas de abofetear a Terry Gilliam, y qué ganas de arrodillarse a sus pies y suplicarle más, más, más, más, más!


Terry nunca me decepciona, ni siquiera cuando (como es el caso) me decepciona un poco. Mi conexión con él es a prueba de bombas. Como ya he dicho infinidad de veces, fue ver una peli suya lo que me animó a dedicarme a esta mierda a la que me dedico.

Y otro de los principales alicientes de "El imaginario del Doctor Parnasus" es descubrir a una nueva nínfula llamada Lily Cole. La apunto en mi lista de "chicas con las que me casaré cuando sean adultas" junto a Emily Browning y Emma Watson y (por qué no decirlo) Nerea Camacho.


Muchos veneramos la capacidad de Tim Burton de descubrir chicas adorables, pero lo cierto es que Gilliam, habiendo descubierto a Lily y a (gracias, gracias, gracias) las Uma Thurman y Sarah Polley del barón Munchausen, también se merece un rinconazo en ese podio.

Y para los más frikientos, la peli de Gilliam tiene un aliciente especial. Y no me refiero a la notable imagineria visual de la peli, ni a los conmovedores conceptos narrativos tan de "cuento de hadas contemporaneo", ni a ese tremendo Heath Ledger, ni a ese acojonante cameo de Johnny Depp, ni al éxtasis de ver a Tom Waits haciendo del mismísimo diablo, ni a tener la sensación de estar viendo una mezcla/despropósito de Miedo y asco en las vegas y Las aventuras del barón Munchausen...

Me refiero al hecho de que el profesor Parnasus está doblado por el mítico señor Mediavilla, también conocido entre mis compañeros de trabajo como el locutor épico.

¡Ah! Y que... hay un par de dibujos nuevos en DIBUJOSAURIOS, como casi todos los fines de semana.

viernes, 16 de octubre de 2009

COSAS QUE ME DICE EL ALBYNUBIO



Mi amigo (y cómplice de gamberradas) Alby Ojeda está adentrándose en el terreno de los videojuegos. Se ha unido con otra gente la mar de talentosa y junto a esa gente ha creado:

FINAL BOSS STUDIO

Os recomiendo encarecidamente que visitéis http://finalbossstudio.blogspot.com/
. Os encontraréis con una iniciativa la mar de interesante.

Final Boss está compuesto por guionistas, ilustradores, animadores, productores, asesores y gentuza en general. El nombre hace alusión a los "jefes finales" o malos de fin de fase de los videojuegos clásicos. Esos malos que son, según palabras textuales de la web, "lo que hace que valga la pena darle una paliza a todos esos punkies que han secuestrado a tu novia, cruzar la galaxia matando marcianitos clónicos, o hacerle un "Perfect" a M. Bison en el nivel ocho."

Por si fuera poco, esta gentuza se propone desarrollar videojuegos en los que el guión tenga el peso específico que merece. Y no van a empezar haciendo la enésima versión del Arkanoid o el Pang para móviles, ¡NO! Están desarrollando una aventura gráfica basada en el clásico de Lovecraft, El color que cayó del cielo.

Ansioso estoy ya por jugarlo. Mientras tanto, os recomiendo probar el pastelito que, a modo de tentempié, nos ofrecen para ir calentando motores: CALL OF CTHULU 24. Un crossover entre la serie 24 y la mitología de Lovecraft. El juego es una sencilla pero hilarante aventura gráfica en la que manejaréis a Jack Bauer para enfrentaros a... Sí... lo habéis adivinado... ¡A Cthulu! Os recomiendo que lo juguéis varias veces. Es cortito, y según las elecciones que vayáis haciendo, la historia va por unos derroteros u otros.

En otro orden de cosas, Alby me ha informado también de que si escribes en el buscador de imágenes de google las palabras "factoría Corman", la quinta imagen que aparece es ésta:


¡Sí señor! La encantadora Secretaria Impasible que los lectores más antiguos aún recordaréis de aquellos tiempos de Juanjo y el productor impasible. ¡Me ha hecho gracia verlo!

Por último, avisaros de que he subido un nuevo dibujosaurio al cyberespacio. E intentaré hacer uno o dos más a lo largo del fin de semana.

¡Abrazos para todos!

domingo, 11 de octubre de 2009

NO ESTAMOS SOLOS


En el último capítulo de la tercera temporada de Battlestar Galáctica ocurren un par de cosas que me tocan la fibra.

No mencionaré aquí nada sobre dicho capítulo por aquello de no spoilear. Pero se trata del mismo concepto que me hace amar hasta la médula de los huesos pelis como Encuentros en la Tercera Fase o Exploradores.

Encuentros en la tercera fase: Sueñas con una montaña. Te obsesionas con ella. Empiezas a dibujarla en servilletas, papeles, cartulinas, caballetes. Piensas que te estás volviendo loco. Piensas que eres el único. Y luego... te das cuenta de que no. Te encuentras con gente que ha tenido esa misma visión interior, que ha soñado con esa misma montaña. Gente que la ha pintado igual que tú, o que la ha esculpido en una maqueta, o en un puré de papas, o en una espuma de afeitar. Gente que te hace descubrir que no estás solo, que no estás loco, que estás acompañado un grupo de personas en ese laberinto de extrañezas que lucha por separarte del resto de la Humanidad.

Exploradores: Tienes un sueño. Un sueño en el que te ves a ti mismo junto a tus amigos en una situación descabellada. La clase de situación que, una vez más, te hace pensar que te estás volviendo loco. Pero luego despiertas, hablas con tus amigos y te das cuenta de que todos habéis tenido el mismo sueño. De que cuando hablabas con tus colegas al soñar, eran ellos los que te escuchaban y te respondían, y no una proyección subconsciente de tu mente.

Son cosas que me conmueven de un modo casi irracional.

Es como cuando llevas días pensando que una persona que acabas de conocer se parece a algún actor famoso, y piensas que eres el único que acusa dicho parecido. Y entonces comentas con tus amigos: "Fulanito me recuerda a..." Y ellos completan la frase diciendo: "¡¡¡... a Menganito!!! ¡Lo llevo pensando desde el primer día en que le vi!"

Y es entonces cuando sentimos ese calor reconfortante en las entrañas, esa confirmación de que, aunque nuestro cerebro esté encerrado en en el interior de un cráneo inexpugnable, hermético, abriéndose paso entre tinieblas que parecen existir para separarnos y distinguirnos del resto de la especie humana, aunque navegemos alrededor del núcleo de nuestra propia oscuridad... de vez en cuando nos encontramos con otros viajeros que comparten nuestro mismo abismo, que suspiran por la misma luz.

Descubrimos que nuestros cráneos tienen puertas y ventanas con vistas a otros cientos, miles o millones de cráneos.

Y de algún extraño modo nos damos cuenta de que

no estamos solos.

.

viernes, 9 de octubre de 2009

¡GRACIAS, PALEOFREAK!

El señor Paleofreak ha tenido la amabilidad de hacer un post sobre los Dibujosaurios en su excelente web (que pueden encontrar en los enlaces de la derecha).

¡Muchísimas paleogracias!

Este fin de semana pretendo colgar algunos dibujosaurios nuevos, si mi adicción a Battlestar Galáctica me lo permite.

Actualización: Me acaba de informar Marta de que, gracias al Paleofreak, los dibujosaurios están enlazados también en Microsiervos. ¡Gracias también a Microsiervos!

miércoles, 7 de octubre de 2009

ENTREVISTA EN HANKOVER

Actualización rápida para enlazar aquí la entrevista que, muy amablemente, me ha hecho Vicente Muñoz Álvarez en Hankover (resaca).

PUEDEN LEER LA ENTREVISTA AQUÍ.

¡Muchísimas gracias, Vicente! Ésta también es tu casa.

domingo, 4 de octubre de 2009

TALADROS, INSOMNIOS Y LO MISMO DE SIEMPRE


El jodido vecino del taladro. Cada fin de semana. A eso de las nueve de la mañana.

Mi vida se debe estar convirtiendo en un cliché barato. Porque eso de no poder dormir por culpa de los ruidos del vecino, a estas alturas, es un tópico de "todo a cien".

Qué hijo de puta...

En el fondo sé que a veces las obras son necesarias en las casas; que (hoy por hoy) es imposible taladrar y martillear sin hacer ruido. Sé que el vecino tiene derecho a que todos soportemos su necesidad de adecentar el piso. Pero eso no impide que a una parte de mí le entren ganas de salir de mi edificio, meterme en el portal del edificio de al lado, localizar la casa de ese cabrón con el que lindo pared con pared y... estrangularle con mis propias manos. O quizá taladrarle las rodillas. "La próxima vez ponle un silenciador al taladro, hijo de puta. O usa una almohada, como en las pelis..."

A juzgar por el ritmo del taladro y los martillazos, yo apostaría a que la obra consiste en forrar la pared con un machihembrado de madera.

Y así estoy, que no hay viernes ni sábado ni domingo que pueda tener los ojos cerrados hasta más tarde de las nueve o nueve y pico. Si al menos luego la noche me sorprendiera somnoliento y con ganas de meterme en el sobre... Pero ya veis que no. Son casi las dos de la mañana, y aquí sigo, sin ganas de aterrizar en la almohada.

Quizá se deba a que llevo todo el día encerrado en casa y eso te deja con la sensación de que el día no puede acabarse todavía; de que te queda algo por hacer.

El caso es que he decidido quedarme aquí en casita, en plan ermitaño, precisamente para descansar un poco. Llevo dos o tres fines de semana de excesos improvisados, y luego uno lo nota durante el resto de la semana. Que ya no tengo veinte añitos precisamente, y las juergas empiezan a dejar su huella.

Podría aprovechar estos tiempos muertos de insomnio para trabajar en ese guión escurridizo que sólo se me insinúa por el rabillo del ojo, cuando bajo la guardia, con esa impresición de las fotos borrosas que se intentan hacer pasar por ovnis o monstruos del Lago Ness. Podría aprovechar para continuar ese par de novelas que tengo eternamente a medias porque saben a dónde quieren ir pero no tienen gasolina suficiente para llegar.

Creo que el problema está en mi falta de paciencia. Me da una pereza enorme ponerme con algo si sé que no voy a verlo terminado ese mismo día, o al día siguiente.

Quizá debería retomar la escritura de relatos. Últimamente es lo que más se adapta a mis circunstancias. Tener una idea y poder hacerla realidad en una tarde, o un par de tardes a lo sumo, o en seis o siete pedazitos de seis o siete tardes.

No sé si se debe a mis traumas cinematográficos del pasado, o si trabajar en la tele me ha contagiado esa filosofía del "aquí y ahora", del "lo piensas, se te ocurre, lo escribes y ves el resultado". Pero cada vez me dan más pereza las inversiones creativas a largo plazo, y luego la pereza se convierte en desidia, la desidia en parálisis...

... y siempre acabo aquí, saciando el mono de la escritura en este blog, contando una y otra vez la misma mierda. Porque soy consciente de que ya he tratado este tema una decena de veces, de que empiezo a parecer pesado, de que la crónica de ciertos callejones sin salida en mi laberinto personal comienzan a sonar a leit motiv, a cansino y monótono estribillo.

Sí... Creo que el relato corto (por mucho que le dé la espalda últimamente) es lo que más se adapta a mis necesidades actuales. Además, lo bueno del relato corto es que no es un formato comercial. Es muy difícil de vender. Y creo que eso es bueno. Porque sabes que al final tendrás que coger tu puto relato y metértelo por el culo, y eso te hace limarlo y moldearlo con mucho más cariño, porque si te tienes que meter algo en el culo, mejor asegurarse de que, al menos, sea algo especial.

El principal problema que tengo con los relatos breves es el siguiente: Que soy piscis, joder. Y no puedes pedirle a alguien tan indisciplinado e inconstante que se pase toda la semana comiendo el mismo menú. Normalmente, cuando leo un recopilatorio de relatos de un autor, me canso cuando llevo más de cuatro o cinco relatos suyos seguidos; aunque sea el mejor de los autores; aunque sea el mismísimo Clive Barker; aunque sea el mismísimo Ray Bradbury. En el caso de una novela (en el caso - últimamente improbable - de que me atrape) la continuidad del hechizo logra hipnotizarme y conducirme hacia el final de manera fluída, casi lúbrica. En los recopilatorios de relatos, sin embargo, el hechizo no tiene esa vocación de continuidad. Son coitus interruptus. Son tener que empezar desde cero una y otra vez.

Y si eso me pasa a mí con los más grandes, he de suponer que a los demás les pasaría lo mismo conmigo y con mi prosa barata.

No obstante, creo que las nuevas circunstancias tecnológicas están haciendo que (al menos en ciertos ámbitos) el relato se imponga, de forma natural, como el vehículo de expresión ideal. El libro electrónico, el fenómeno blog e internet en general... Todo eso me llena de esperanzas. Me hace pensar que eso de tener que arreuntar una quincena de relatos en un recopilatorio... se va a ababar. Cada relato podrá salir del nido por sí solo y volar directamente hacia quien le apetezca leerlo. Sin necesidad de ir incluido en lotes hormonados, con rellenos innobles. Algo similar a lo que (espero) sucederá con la música.

Mierda... Vengo aquí con la intención de hablar de vecinos y taladros... y termino contando todo esto...

Me voy a la cama, antes de que el taladro del vecino vuelva a sonar.

viernes, 2 de octubre de 2009

EL NUEVO WESTERN DE ETB2

Sí... Ya sé que últimamente estoy un poco pesado colgando cosas de Vaya Semanita, pero es que este sketch en cuestión lo hemos hecho con cariño y con intenciones de probar algo un pelín diferente. Y (qué cojones) toca la fribra de mi corazoncito cinéfilo.

HASTA QUE LLEGÓ LA OTA


Para los que no estén familiarizados con las idiosincracias vascas, en Euskadi la OTA es el servicio de los putos parquímetros.



César: Creo que a ti (por razones obvias) te puede gustar o disgustar especialmente.

Y ya sí que prometo no seguir dando la brasa con Vaya Semanita.

Bueno... sólo el Jonan del programa de ayer... ¡¡Es que Andoni está muy gracioso haciendo de hermano Heavy del Jonan!! ¡Y que el Jonan y el Txori y la vieja del Jonan son los putos amos!