martes, 9 de abril de 2013

EL RUN-RUN DE LOS GENIOS



No sé si estaréis de acuerdo conmigo, pero yo creo que la genialidad siempe se repite.

Pensemos en Literatura:

Ray Bradbury, Stephen King, Roald Dahl, Paul Auster, Lovecraft, Poe, Franz Kafka.

Pensemos en directores de cine:

Orson Welles, Scorsese, Leone, Tim Burton, Woody Allen, De Palma, Almodóvar, Álex de la Iglesia, Tarantino.

Pensemos en música: 

Elfman, Williams, Joaquín Sabina, Alberto Iglesias, Yan Tiersen o Tchaikovsky.

Se repiten más que el ajo. Siempre cuentan la misma historia o perpetúan los mismos planos, los mismos ritmos, la misma estética, la misma melodía.

Es algo que normalmente consideramos peyorativo. Miramos por encima del hombro a todos esos "genios" porque siempre nos vienen con la misma cantinela. ¿Es que no saben hacer otra cosa? ¿Ya se les ha agotado la inventiva?

Yo estoy cada vez más convencido de que si los genios no hacen cosas distintas no es porque no sepan, sino porque no pueden.

Como ya comenté en su día (en el post que os enlazo en la frase anterior) el "genio", tal y como yo lo entiendo, no es una entidad libre capaz de llevar a cabo lo que le venga en gana en cada momento.

Cuando estudio a esa gente que la mayoría considera "genios" me doy cuenta de que casi todos ellos están dominados por su propio estilo. Creemos que ellos tienen un estilo, pero es dicho estilo el que les posee a ellos. Son como embarcaciones a merced de un huracán. Tienen - en todo caso - el honor de haber sido elegidos por esa tempestad devastadora, y tienen - en todo caso - la oportunidad de manejar el timón como buenamente puedan para no chocar con ningún escollo antes de tiempo, o para dirigirse a toda velocidad hacia el escollo adecuado.

Quizá sea una chorrada lo que os estoy contando, pero me gusta esa imagen de los genios, o los autores, o como queráis llamarlos (tal vez "genio" y "autor" no sean la misma cosa y el Diablo inventó las palabras para separarnos).

Encuentro muy coherente esta interpretación de los autores y/o genios como gente que ha sido elegida como recipiente, como transistor... por un determinado tema, una obsesión determinada, una determinada melodía...

Lo de adaptarse a cualquier cosa, a cualquier visión... Lo de cambiar de género, de tema, de tono, de registro según las circunstancias... Eso nos toca a todos los demás: es tan necesario o más que el tren descarriado de los genios. Y oye: ¡Que hay artesanos tan buenos, tan sabios y tan implicados que su trabajo nada tiene nada que envidiar al de esos "genios"! ¡Vease Clint Eastwood, vease Sidney Lumet, vease "decenas de casos cada año"!

Vaya trabajo ingrato, el de los genios: Los veneramos por retransmitirnos esa visión inédita que están abocados a ofrecernos; los exprimimos... y cuando nos cansamos de su esencia... los criticamos, los apartamos como un tropezón en el plato, los ridiculizamos.

Algunos afirman que los genios se reinventan, y que precisamente es eso lo que los define. ¡Bullshit! Yo creo que los genios más versátiles pueden aspirar a reinvertarse - como máximo - tres o cuatro veces. Y eso sólo le pasa a gente como Spielberg, Morricone, Picasso, Jerry Goldsmith.

Yo, por mi parte, intentaré mantener intacto mi respeto hacia esos transistores de lo sublime y lo divino, aunque a veces - las cosas como son - me cueste horrores.