lunes, 25 de agosto de 2014

ESCRIBIENDO MI PRIMER GUIÓN DE VIDEOJUEGO


Llevo unos días trabajando en mi primer guión de videojuego.

¿Para quién lo escribo? Para mí mismo. Nadie me lo ha encargado, nadie me lo ha pedido.

¿Por qué? Porque necesito hacer cosas nuevas, aprender cosas nuevas, abrir las ventanas del cerebro para que se ventile un poco. Me gano el (poco) pan escribiendo para la tele y tengo escritos más largometrajes de los que alcanzo a mover. Quiero oxígeno.

Me embarco en esta nueva aventura motivado también por las experiencias de mi amigo Alby Ojeda, que lleva años abriéndose camino en este mundillo y es el creador de SKIP INTRO, uno de los pocos blogs en español que podréis encontrar sobre guión de videojuegos.

¿Qué sé yo sobre escribir videojuegos? Prácticamente nada. No tengo ni puta idea. Pero también empecé en su día a escribir novelas sin tener ni idea de cómo se escribía una novela, y empecé a escribir largometrajes sin saber cómo coño se escribía un largometraje. De momento sigo vivo, y mi manera favorita de aprender a hacer las cosas es haciéndolas (y cometiendo errores)

Lo que tengo entre manos es el guión de una aventura gráfica (bastante retorcida). No sé si conseguiré terminarlo, ni sé qué demonios haré luego con él.

Hay algo en los videojuegos que me seduce muchísimo: Cuando alguien juega está activando códigos de programación... y esos códigos son lenguaje matemático... y las matemáticas son números... son algo así como los átomos de la mente... los códecs a través de los cuáles percibimos y conformamos el mundo... puro Pitágoras... pura cosmogonía taoísta... a lo mejor cuando jugamos a un videojuego realizamos sin saberlo un ritual que va más allá de la propia experiencia lúdica... como si tocáramos un piano con una partitura capaz de despertar cosas más allá de lo visible.

Me encantaría crear un videojuego que al ser jugado abriese las puertas del Infierno. Eso sería interesante.

Mientras comento esto último recuerdo que hace años Alby y yo empezamos a desarrollar un guión de largometraje basado en este mismo concepto. Ira Celtíbera se iba a titular. Éramos jóvenes.

Tranquilos: Nunca fui bueno en Matemáticas. Si consigo abrir las puertas del Infierno será por pura intuición, o por un golpe de suerte.

Y a golpes de suerte y golpes de machete me voy introduciendo en una selva extraña. No llevo brújula... y eso me la pone dura.

Aprovecho para volver a compartir el post sobre videojuegos que escribí en su día para SKIP INTRO.



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