Tengo tantas cosas en la cabeza que no sé cómo ordenarlas para escribir este post. Ha sido un fin de semana de emociones intensas en un par de salas de cine. De intensas alegrías y de intensas decepciones.
Este fin de semana he visto dos películas. Curiosamente, en el primer caso tuve la impresión de estar viendo algo que han vendido como peli para adultos y se parece más a una película infantil, mientras que en el segundo caso me he metido a ver algo que venden como peli infantil aunque sería más apropiado enfocarla como una peli para adultos.
Y ahora llega el momento de tratar de explicar este berenjenal en el que me estoy metiendo.
Intentaré que esto no se convierta en la enésima crítica negativa a Avatar de la blogosfera, pero no puedo ocultar que a una parte de mí le ha dolido lo que se ha encontrado en la nueva peli de James Cameron.
Os aseguro que me metí en la sala sin demasiadas expectativas. Sabía que no iba a ver la mejor peli de la historia. Después de ver los trailers, ni siquiera contaba con que Avatar fuera a cambiar nada en la Historia del Cine. Después de ver los diseños (y de olisquear el tufillo new age que envolvía a todo el asunto) tampoco esperaba que la película conectase conmigo de forma especial.
Pero tratándose de James Cameron, creía tener una garantía de que, como mínimo, me encontraría con un guión sólido, elegante... Con unos personajes definidos y entrañables. Con conceptos narrativos que se alejasen de lo habitual. Y todo esto es precisamente lo que he echado de menos en las dos horazas y media de Cameron. Encontré alguna que otra idea original en el guión, algún que otro concepto interesante. Pero me parecieron ingredientes desaprovechados, y asfixiados por un exceso de lugares comunes, de frases e incidentes y conflictos que uno ya ha visto en otras cien películas.
No quiero ensañarme aquí con eso. En todo caso, mencionar que las cosas que más temía, me han disgustado menos de los esperado. Incluso los diseños de los bichos y escenarios (sin llegar a entusiasmarme) llegaron a parecerme simpáticos. Con un coloridos demasiado tuneado, quizás, pero lo suficientemente antropocéntricos para oler un pelín a entrañable serie B.
Tampoco negaré que a la peli no le falta espectacularidad. De hecho, creo que en ocasiones le sobra. En serio. A veces tanta espectacularidad satura. Y el rollo este del 3D impresiona al principio (ha sido mi primera proyección 3D) pero conforme pasan los minutos, se convierte más en una distracción que te impide entrar en la película que en una ayuda para hacerlo. Me ha dado la impresión de que estamos aún ante una tecnología en pañales, con buenas intenciones, pero incapaz de evitar que se le noten las costuras.
Y en esta secuencia vamos a meter la frase "Larguémonos de aquí", que eso es algo que nadie ha utilizado jamás en una peli.
Vamos, que Avatar me ha dejado bastante frío y un pelín desengañado. Aun así, no se le pueden discutir las buenas intenciones a esta peli. De hecho, ahora llega el momento en que intento dejar a un lado mis rencillas subjetivas y os aseguro que junto a mí, en aquella sala de cine, estaba sentada la prueba de que, a pesar de todos mis reparos, Avatar funciona.
¿Por qué digo esto?
Porque justo a mi derecha se sentó un grupo de niños de unos siete años de edad, y viendo cómo reaccionaban ante todo lo que ocurría (cada giro de trama, cada plano efectista, cada escena de acción) te dabas cuenta de que Cameron los estaba manejando exactamente como él quería. Esos críos salieron de la peli tan flipados que no había más remedio que reconocer que Avatar, al menos con ellos, había cumplido su objetivo.
No sé si Cameron lo pretendía, pero ha hecho una efectiva peli para niños, o para espectadores que no exigen ciertos refinamientos.
Algo muy distinto sucede con esa otra peli que he visto hoy.
DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS.
Si uno no está bien informado, puede corre el riesgo de llevarse un chasco. Porque la peli de Spike Jonze es, en mi opinión, una historia para adultos disfrazada de cuento infantil.
Si en el caso de Avatar los niños coreaban, reían y emitían gritos de impresión, en la proyección de Donde viven los monstruos escuchabas cómo los pobres críos, desorientados, acribillaban a sus padres a preguntas. Cosas del tipo: “¿Y ahora porqué está triste?” o “¿Por qué le ha hecho esa broma?”
Y entiendo perfectamente a esos niños, porque Donde viven los monstruos es una de esas películas que parecen diseñadas para traumatizarte de pequeño y luego enamorarte cuando ya has crecido y las revisitas comprendiendo ciertas cosas de la vida (o siendo consciente de que no hay quien comprenda ciertas otras)
Que no os engañen esos diseños tan maravillosos, entrañables e inocentones de las criaturas. Ese espejismo estético (que ya venía bastante definido en el libro infantil de Maurice Sendak y que tan bien ha adaptado la factoría Henson) encubre una historia de retrogusto bastante turbio, siniestro y retorcido. Toda esa oscuridad sabiamente combinada con la dosis apropiada de ternura y buen-rollismo.
Y es que Where Wild Things Are es una película tan madura que asusta. Los personajes encierran una complejidad preciosa tras sus pellejos de peluche. Sus maneras de reaccionar son tan imprevisibles como creíbles. Sus emociones tan reconocibles que… ¡Joder, son tan humanos!
Ya sé que suena a tópico eso de que es una peli dirigida a ese niño que algunos llevamos dentro, y que nos ayuda a querer a esos monstruos que todos albergamos en nuestro interior. Pero es que en este caso es cierto…
Donde viven los monstruos es una peli mágica y bellísima, con muchísima capacidad para remover los sentimientos, como si las fauces de una excavadora bulldozer atravesasen tus costillas y removiesen toda la mierda que encierras en el pecho.
Con esta película se me han saltado lagrimillas de emoción. Con esta película he sentido escalofríos de auténtico mal rollo. En esta película he encontrado una poesía visual a medio camino entre lo decadente y lo cosquilleante; un tejido simbólico tan de la vieja escuela, tan de no necesitar entender para entenderlo; un colorido otoñal, casi monocromático; una guinda de magia con la que coronar un fin de semana extraño, indefinible, como el sabor que te deja esta peli de Spike Jonze.
Cuando salía de la sala, vi como un padre le decía a su hijo: "He salido un poco así... un poco raro..." Creo que en ese momento concluí que estábamos ante una peli que posiblemente no tendrá éxito comercial, pero acabará convirtiéndose en peli de culto.
¿Cuál de las dos películas es mejor? ¿Avatar o Where Wild Things Are?
Supongo que cada una se adecua a un tipo de público distinto.
Con el tiempo, me he vuelto bastante utilitarista con esto del cine. Ese rollo de que el Arte debe huir de lo pragmático me parece una auténtica chorrada.
El Arte es comunicación, y como tal, es lógico pensar que nace con una función social, ya sea ésta la de ayudar al autor a follarse a alguien, o la de convertir este mundo en un lugar mejor.
Cada vez estoy más convencido de que las pelis no son necesariamente buenas o malas. En todo caso, son adecuadas o no.
Si una peli es útil en este mundo, ya tiene una buena razón para existir.
Siempre que pienso en estos asuntos me viene a la memoria aquel capítulo de Cómo conocí a vuestra madre en el que Lilly quería cumplir su sueño de dedicarse a la pintura. Pero (al menos aparentemente) no tenía talento para ello. Sus cuadros no gustaban. Y de repente, aparece un filón. Porque, sin ella pretenderlo, resulta que sus cuadros encantan… a los perros. Y se convierte en una pintora de éxito… ¡para perros! Me parece un ejemplo precioso de cómo uno siempre puede encontrar la manera de que lo que le nace expresar termine siendo útil para alguien.
Incluso puedo tomar mi propio trabajo como ejemplo. De vez en cuando me mandan críticas sobre Gritos (o sobre otras cosas que he hecho) con alabanzas que, a pesar de ser entusiastas, no son necesariamente objetivas, ni ciertas. Pero, ¿qué más da? Ya estamos aquí mis detractores y yo para intentar ser honestos e intentar hacer en próximas creaciones lo que honestamente yo (personalmente) considero un buen trabajo. Esa lucha por “hacerlo mejor” no es incompatible con el hecho de alegrarse de que tu trabajo, de repente, resulte ser útil y beneficioso para alguien.
Este fin de semana ha sido cinematográficamente mágico, porque James Cameron ha despertado la magia en el corazón de unos chavales de siete años, y Spike Jonze la ha despertado en el mío.
7 comentarios:
Sabes lo que pienso de "Avatar". Y bueno, no sé, me da la sensación de que es un poco una tomadura de pelo, aun dirigéndola a los chavalines.
Respecto a la de Spike Jonze... pues iba con muchas ilusiones y he salido un poco triste, la verdad. Es buena peli (buenísima) pero nada fiel al espíritu del cuento original. El cuento es una fiesta constante, carece de moraleja e inspira la imaginación de los niños. La película es muy oscura y deprimente. No hay una sola escena en la que no se perciba INQUIETUD o SUFRIMIENTO. Creí que tendría mucho más humor y no tanto conflicto irresoluble.
Por tora parte creo que sí existen películas buenas y películas malas. Pero eso no significa que el arte tenga que huir de convenciones. De hecho, sólo existen 12 tipos de tramas posibles. La gracia está en saber combinarlas entre sí y vestirlas para que aporten algo nuevo.
No he visto Avatar pero su estética me recuerda mucho a Le Cycle de Cyann, un comic de Bourgeon. Obviamente, el comic es mucho más imaginativo, pero los colorines estan ahí y en el segundo tomo van a un planeta similar al de los gatos azules con síntomas de ictericia ocular.
http://boutique.momiefolie.com/uploads/66/G_pim_44_1222790806.jpg
http://zone.wallpaper.free.fr/picture.php?/7500/category/479
Los trajes también tienen unos colores similares a los que llevan los gatos.
http://s2.e-monsite.com/2009/11/08/09/resize_550_550//cyann-ae4878.jpg
En fin, seguramente sea casualidad, pero no sería la primera vez que Hollywood se fija en comic europeo.
Ya sabes Juanjo que yo fui un mega-fan de "Titanic", viéndola en todos los cines de Madrid (Cuando había cines) y quizás ese sea el problema: Cameron se ha puesto el listón muy alto de por vida.
No me hacía mucha ilusión el concepto de la peli (Al contrario que en Titanic, que ya apetecia verla desde el trailer). Quizás ese sea el problema y la peli guste mucho a otra gente que busca otras cosas.
Pero lo que es un timo es lo de revolución porque yo no he visto nada nuevo; todo recordaba a algo ya visto (Ewoks, wookies, Ferngully, thundercats...) y los efectos que habrán costado mucho tiempo no me han asombrado especialmente.
Lo del 3-D lo tienen que perfeccionar porque por ahora parece de Disneylandia y no realmente útil para contar una trama.
Kike: Creo que las cosas que a ti no te gustan de Where the wild things are son precisamente las que mas me gustan a mí ;P
Laia! Sí que había leído cosas sobre cómo el comic europeo ha podido influir en Avatar. ¡¡La que tienes que ver es Donde viven los monstruos! Creo que a ti te puede enternecer.
Rafa: Muy de acuerdo con lo que dices. Y ya me jode que sea así... Pero lo dicho, creo que la peli de Cameron es útil para gente que no somos nosotros.
Donde viven los monstruos me tuvo con la lagrimilla aguantada desde el principio hasta el final... claro que se oían llantos por todos lados a mí alrededor... y no necesariamente en los momentos que alguien puede considerar tristes precisamente. Ese es el merito de la película.
Saludines
Hola primo! Creo que la peli es inquietante en todo momento, y al mismo tiempo enternecedora. Consigue equilibrios emocionales muy difíciles (e inestables)
De lo mejor que he visto este año, sin duda! (al menos en lo que a conexión personal se refiere)
Coincido totalmente. Es una película que escapa de muchos clichés ultra repetidos... que sí debe tener avatar (aunque no la he visto aun).
Un saludo!
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