viernes, 17 de agosto de 2012

LO SOBRENATURAL


El último guión que terminé, ése que escribí con - y para - César del Álamo, va de "terror sobrenatural".

Durante todo el proceso, tuvimos muy en cuenta un concepto que defienden los narradores orientales (ésos que hacen cosas como The Ring o Kairo)  y algunos europeos (como Lucio Fulci). Dicho concepto podría sintetizarse así:

"Los sobrenatural, por definición, está por encima de lo que puede asimilar nuestra naturaleza humana y, a causa de ello, no debemos poder comprenderlo del todo."

En mi opinión, todas esas "historias de fantasmas" que te regalan un desenlace-dossier con todo bien atado, explicado y masticado... son obras sobrenaturales "postizas". Totalmente legítimas, por supuesto. Pero en el fondo no versan sobre "lo sobrenatural". Más bien se disfrazan con "lo sobrenatural" y lo utilizan para hablar de otras cosas.

Y esto último - ojo - no sólo me parece legítimo, sino totalmente necesario. Los géneros cinematográficos más exquisitos siempre han jugado a eso: el fantástico, el terror, la ciencia ficción...

No obstante, creo que existe otro subgénero (u otro "meta-género") que se centra en lo sobrenatural como tal: En mirar al Más Allá cara a cara y fracasar en el intento.

Y estas otras películas, si son coherentes consigo mismas, no podrán ser coherentes con ninguna otra cosa.

Siempre habrá cabos sueltos; siempre quedarán bastantes cosas sin explicación.

Y lo peor de todo: Lo que más nos asusta, lo que más nos aterra... lo que más nos desestabiliza... Al no haber reglas que pueda asimilar un intelecto humano, no hay manera de justificar lo que ha sucedido ni hay manera de predecir lo que podría suceder.

No hay lugar al que agarrarse.

La historias que (a su humana y torpe manera) intentan reproducir lo sobrenatural, lo numinoso... desatienden la lógica, o incluso la pervierten: como Morgoth y Sauron pervertían a los elfos para convertirlos en orcos.

En historias de este tipo, a veces las cosas suceden "porque sí". Es una manera de desarmar al espectador, de recordarle que no todo lo que existe en el cielo y en la tierra está bajo su control.

Creo que una de las religiones más duraderas y consoladoras que hemos inventado es la narrativa.

La narrativa...

Ella es la base de todo lo demás. A través de ella elaboramos un filtro para maquillar el horror, para codificar el caos y fingir que podemos ordenarlo de algún modo, que podemos dotarlo de sentido, de significado "en términos humanos".

Causas y efectos. Motivos y consecuencias.

Es una religión.

Cada vez que vemos una peli, cada vez que leemos una novela, cada vez que nos cuentan un cuento... estamos yendo a misa. Estamos celebrando el ritual que nos ayuda a dar la espalda al sinsentido, a la negrura inescrutable que amenaza con apagar la luz de esa cerilla insignificante que llamamos "Edad de la Razón".

Sin embargo, existen también las "misas negras". Historias malditas, que no comulgan con el protocolo de seguridad, que quieren follarse a los espectadores sin condón, que intentan abrir las ventanas de nuestro castillo de cristal para que el caos reconquiste lo que le pertenece por derecho.

No me malinterpretéis (aunque sé que lo haréis) yo ADORO la narrativa tradicional, y nunca le daré del todo la espalda. En ese sentido soy un tipo bastante religioso, y todos los domingos voy a "misa".

Pero de vez en cuando agradezco que la poesía (entendida hasta sus últimas consecuencias) se infiltre en una historia y haga de ella un engendro incomprensible, incómodo.

Estoy hablando de películas en las que lo divino se mezcla con lo onírico, ya que al asomarnos a ciertos abismos, lo sobrenatural se fusiona con nuestro inconsciente más profundo, como si fuesen los dos extremos de un círculo.

Me pongo junguiano una vez más. Los sueños y el más allá son primos hermanos, y a la misma fiesta están invitadas las pelis de Fulci y las de David Lynch, los cabos sueltos de Donnie Darko y las Fuentes de la vida de Aranofky.

Lovecraft y Poe presidirán la mesa.


2 comentarios:

Alba Messa dijo...

En este mundo se peca constantemente de "si no lo entiendo, si no le puedo dar una explicación o un razonamiento lógico, es malo". Y no, nuestra naturaleza se basa, por encima de todo, en que no sabemos nada. Y el cine es vida, por lo tanto...
Vamos, que sabes que estoy enamorada del guión jajaja
Un abrazo.

Juanjo Ramírez dijo...

Totalmente de acuerdo, Alba! Gracias! Un abrazo