domingo, 23 de enero de 2011
LOS RIESGOS DE UNA RELACIÓN INVERTIDA
El concepto absurdo de hoy es bastante estúpido, y trata sobre las relaciones homosexuales.
¡No quiero decir con eso que las relaciones homosexuales me parezcan estúpidas! ¡Dios me libre! No os enfadéis, gays del mundo, que yo os respeto y todo eso.
Pero... convendréis conmigo en que las relaciones gays entrañan un riesgo importante.
No me refiero a la chorrada ésa del sida, sino a algo realmente inquietante:
Si lo haces con gente de tu mismo sexo, puede darse el caso de que... ¡Tu pareja se llame igual que tú!
¿No se os hace raro? Imaginad que os llamáis, por ejemplo, Pedro. Y de repente os sentís atraídos por un tío que también se llama Pedro. ¿No sería sórdido? Me refiero a eso de estar en plena faena: "¡Oh, sí Pedro, me gusta como me lo haces, oh, Pedro, dale caña!"
¡Debe llegar un momento en que no sabes si se lo estás diciendo a tu pareja o a ti mismo! ¡Y si tú no lo tienes claro, imagínate el otro Pedro! Te escucharía y no sabría si le estás halagando a él o si estás usando tus palabras para reafirmarte como persona.
¡Y los sms! Imaginad a Pedro recibiendo mensajitos de amor de parte de Pedro. ¡Acabaría volviéndose loco! "¡No recuerdo haberme mandado un mensaje!" Enseguida interpretaría los acontecimientos de la manera lógica, pero antes de eso habría una décima de segundo de verdadero horror metafísico.
Y ése, amigos gays, es un riesgo que no existe en el mundo de las relaciones heterosexuales, salvo que seas la actriz Jose Toledo.
Si Jose Toledo lee este blog (cosa que considero bastante probable) la invito a compartir sus experiencias sexuales con tipos que se llamen "Jose".
Y esto me lleva a una última pregunta: ¿Cómo se sentiría la actriz Jose Toledo... si se follase a un Seat Toledo?
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