Tengo esto tan abandonado que probablemente nadie se entere de mi regreso.
Últimamente he dejado caer por aquí algún vídeo, algún relato... pero nada que anuncie de manera oficial que retomo el asunto.
Soy como ese fugitivo de la Justicia que, tras un par de semanas en paradero desconocido, regresa a su antigua vivienda para recoger un par de cosas sin que nadie se dé cuenta. Tras tanto tiempo de ausencia los polis que vigilan frente a la puerta principal se han aletargado. Se dedian a comer donuts en el coche patrulla y a chuparse las pollas mientras yo entro de puntillas a recuperar el reloj de Butch.
Quizá sea mejor así. Una comunicación más íntima entre los pocos que quedéis por aquí y un servidor. (esto último es mentira, porque probablemente, en cuanto cuelgue esta entrada, avisaré de ello en el Facebook, para que todo el mundo sepa que he actualizado)
¿Qué hay de nuevo en mi vida? Pues muchísimo o poquísimo, según lo mucho o poco que hayáis estado en contacto conmigo durante este último mes.
He dejado Vaya Semanita. Los dos años y medio que he alquilado mis neuronas a ese programa han sido una experiencia desgastadora, pero maravillosa.
Me llevo de esas tierras norteñas decenas de recuerdos de ésos que, debido a su intensidad y su relevancia, merecerían aparecer en una biografía. Me llevo también la sensación de haber hecho allí amigos de los que se escriben con mayúsculas. Me llevo todo un diccionario de guiños cómplices y enfoques humorísticos de ésos que no pueden entenderse fuera de la burbuja de compenetración de cierto equipo; de ésos que si cayesen en manos de cualquier juez mínimamente sensato, nos harían ingresar a todos en la cárcel por la puerta grande.
Me hace sentir raro eso de experimentar cariño hacia un ex-trabajo remunerado. Pero una parte de mí todavía está allí, haciéndome sentir algo similar al síndrome del miembro amputado. Hace ya casi un mes que no trabajo en Semanita y a pesar de ello cada vez que veo a Patxi López diciendo algo en las noticias, una parte de mí salta instintivamente, pensando en cómo enfocar ese regalito (¡¡ayer hizo unas declaraciones en la tele y llamó a Euskadi "País Vasco"!! ¡¡eso habría sido un jugoso tentempié hace un mes!! Veo un partido de la Selección Española y cuando sacan al roji-blanco Javi Martínez descubro que una parte de mi corazón se ha quedado en Euskadi y en sus leones del Athletic. Me comentan tal cosa sobre tal tema de actualidad e intento reprimirme para no decir: "¡Pues sobre eso hicimos un sketch en el que bla, bla, bla!" y como normalmente no logro reprimirlo, acabo diciéndolo y dando la brasa a quienes tengo cerca.
Pero por mucha nostalgia que me produzca Semanita, miro hacia el futuro con ilusión, porque mi motivo para dejar el programa es un motivo de peso:
¡MADRID!
Necesito vivir en la capital del reino. Un elevadísimo porcentaje de mis vísceras está en esa ciudad. Madrid. "Donde confluyen todos los caminos", que diría Sabina. Y razón no le falta, porque incluso la mayoría de la gente que he conocido fuera de las fronteras de esa ciudad, acaba residiendo en ella por entrañables caprichos del Destino, o por pura, dura y afilada lógica.
Soy consciente de hasta qué punto lo que he hecho roza la locura. Mi actitud es una actitud kamikaze. He dejado un trabajo interesante en "el peor momento", en plena crisis. Sin tener una red bajo el trapecio. Todo motivado por un impulso irracional; por una necesidad irreprimible de volverle a hacer el amor a una ciudad.
Supongo que lo prudente habría sido mantenerme en i anterior trabajo mientras buscaba otras alternativas. Largarme sólo cuando tuviese asegurada la red bajo el trapecio. Pero yo no sé maniobrar de esa manera. No he sido programado para eso. Estoy tarado en ese sentido. Defectuoso.
A pesar de ello soy optimista. Irracionalmente optimista.
Creo que los impulsos más irracionales están motivados por designios de una parte de nosotros, visceral, inconsciente... Una parte que suele ser bastante más sabia que el resto de lo que somos.
De momento no me agobio con lo de buscar otro trabajo, porque he decidido tomarme estos dos meses de verano (en los que se paraliza casi todo) para disfrutar de unas más que necesarias vacaciones)
El problema es que mi cabeza tampoco fue programada para disfrutar de las vacaciones al 100%. Tyrell Corporation no me configuró para aceptar que "x" semanas o "x" meses puedan estar destinados a algo que no sea productivo.
Por eso he regresado a mi isla con la intención de dedicar estos dos meses a la escritura de proyectos personales.
No deja de ser curioso que entré en Vaya Semanita poco después de escribir mi último guión de largometraje que ha sido rodado y que el mes que viene, justo el mes siguiente a dejar el programa, el resultado de se guión salga a la venta.
Y ahora tengo un proyecto entre manos. Algo que incluso me gustaría convertir en mi segunda (o tercera, si somos realistas) película como director. Un guión de largometraje que conseguí escribir en mi último mes "semanitero" sacrificando un par de pares de fines de semana. Así que me he venido a la isla con una primera, titubeante y chapucera versión que (a pesar de todo) me satisface bastante como germen.
Aunque se trata, al mismo tiempo, de un proyecto que probablemente tendré que post-poner. Porque a pesar de haber intentado escribir algo baratito, la cosa se me ha salido de madre y se a convertido en algo demasiado difícil de mover para los tiempos que corren.
Mi reacción inmediata ha sido buscar otra premisa. Algo que también me motive, pero se pueda hacer con menos medios, o con medios más fáciles de conseguir dadas mis circunstancias personales. He encontrado una premisa que me parece adecuada en ese sentido, pero todo parece indicar que mi hambre de "complicaciones" acabará convirtiéndolo en otro proyecto inasequible para simples mortales como yo y para los cómplices que tengo cerca (a los que, dicho sea de paso, ni siquiera sé cómo motivar en estos tiempos oscuros)
La nueva premisa que estoy barajando amenaza con no incluir monstruos ni ninjas, ni zombies, ni robots, ni dinosaurios.
Se me antoja como una premisa jugosa. Pero es la clase de guión que escribiría alguien que ha madurado. Y no estoy muy seguro de que me apetezca "madurar". Cuando una fruta madura demasiado, acaba pudriéndose. Últimamente me siento rodeado por un montón de fruteros podridos, y no me gusta el olor.
Me despido con un par de fotos de mi colección de dinosaurios, distribuidos entre los cinco estantes que de momento ocupan. Intento no discriminarles ni disociarles. En cada uno de los estantes comparten estantes piezas elaboradísimas y caras con piezas entrañables, baratas, compradas en los chinos y rebosantes de personalidad.
Podría haber recolocado a los dinosaurios para que saliesen mejor compuestos desde la perspectiva en que ha sido tomada la foto. Podría haber enchufado alguna fuente suplementaria de luz. Podría haber conseguido un photoshop para reencuadrar las imágenes.
Pero en ese caso no sería cutre, y no sería este blog.
Mucho animo. Espero que lo que te propongas te lleve a buenos destinos.
ResponderEliminarNéstor Bolaños
Juanjo querido,
ResponderEliminarno te hagas el interesante que a mi me avisa google de que has actualizado.
O que pensabas que iba a ser tan pardilluqui de creerme que cerrarías el blog definitivamente? :p
Y lo mas de lo mas es esa actitud pseudopositiva que en ti, si te soy sincera... me da como hasta miedito, pero me mola mogollon!:p
pd-gracias por no poner mas fotos de tus putas vistas, que ya te vale, majo!
No termino de entender por qué mi actitud es pseudo-positiva, ni por qué mola y da mierdio a la vez. ¡Pero gracias... supongo! ;P
ResponderEliminar-Con los ojos llenos de espirales de colores-
ResponderEliminarSabia que volverías, nadie puede abandonar su propio blog, todos terminan regresando, ¡TODOS!.
"La nueva premisa que estoy barajando amenaza con no incluir monstruos, ni ninjas, ni zombies, ni robots, ni dinosaurios."
¡Te han cogido!
Espera, espera...
¿Madurado? ¿y después cuelgas, ehhm, fotos patológicas con 200 dinosaurios? venga ya! Cuando maduras, te sale una corbata y terminas en globomedia o bocaboca aguantando gritos de pijo...
¿que es eso de madurar? ¡lo que hay que hacer es volverse aún mas niño!
Obligado, ponte tu propia película... RIGHT NOW!
Como termines rodando cine de gordos que lloran en caferias por el amor perdido y escriben poesia...
Te apoyare ¿eh? pero si me preguntan, yo no te conozco :P
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
ResponderEliminar¡Gracias, Jack!
En realidad son menos de 200 dinosaurios. Son ciento y pico ;P
No te preocupes, que mi amenaza de "madurez" no llega a esos extremos. Como mucho, será algo así como pasar de Joe Dante o John Carpenter a... Tony Scott o John Mc Tiernan... o eso espero.
Y siempre, claro está, salvando las distancias :P
Hola!!! Yo no tengo facebook (lo he desterrado de mi vida aún arriesgandome a que en el trabajo se piensen que tengo una vida oculta muuuuy oscura y que por eso lo he cancelado) así que, no se si actualizas ;D pero bueno, ahora ya se que vives en Madrid y que tienes proyectos. Parecen interesantes. Muuuuucha suerte.
ResponderEliminarPodrias hacer un dibujo de los dinosaurios en las "nuevas" torres de Pz Castilla o poniendo rectas las torres Kio no?? ya que estás por aquí....BESAZOS
La fruta madura no se pudre si se come a tiempo... Y está jugosa y dulce.
ResponderEliminarYa quisiera yo estar viviendo en Madrid, Natalia! Estoy en Fuerteventura, pero mi intención es estar de vuelta en Madrid lo antes posible!
ResponderEliminarCésar: Para comer la fruta a tiempo hay que ser un poco dueño del tiempo! Y eso últimamente parece tan complicado...
¿Me lo dices o me lo cuentas?... Pero que el miedo a que se pudra la fruta no te detenga.
ResponderEliminarSi la fruta se pasa un poco, puedes hacer compota o mermelada con ella.
Mega alegrón de viernes! A mí también me avisa Google pero he andado fatal de tiempo, así que me entero tarde de las cosas.
ResponderEliminarEn cualquier caso, ¡chupi tenerte por aquí! Un abrazo y nos vemos (o nos leemos, que pasará antes)
Creo recordar (y tengo MUY BUENA memoria) que no me habías contado cierto detalle...
ResponderEliminarEh pegado un grito en la oficina de tres pares de cojones.
Entonces... ya no te mano el té que te compré a tu isla, no? mejor te espero y nos lo tomamos juntos.
No sabes lo feliz que me has hecho hoy. Y eso que sé que nos veremos de pascuas a ramos, pero estarás aquí :-)
Patch: ¡A ver cuánto duro de vuelta, que estoy muy disperso últimamente! Nos leemos! Abrazooos!
ResponderEliminarIntrusa: Nos tomamos junto ese té! :D No sé cuánto tardaré en poder volver a Madrid, pero mi intención es que seo pronto. Besazos! Te llamo esta tarde! :)
Tú???? hablar por teléfono???? pero tú sabes coger el teléfono??
ResponderEliminarDéjalo ya es costumbre eso de sólo oírnos en directo, además romperías la magia!!
Voy poniendo el agua a hervir.