domingo, 12 de agosto de 2012

SOLUCIONES "LOW COST" PARA TIEMPOS JODIDOS


El otro día tuve una - breve y amistosa - discusión en Facebook acerca de si era o no pertinente defender una peli usando como baza "los pocos euros que dicha peli había costado".

La persona con la que conversaba defendía que si una peli no puede defenderse a sí misma con más argumentos que "lo barata que ha salido", no merece ningún crédito.

Y en parte estoy de acuerdo.

En los tiempos que corren, hacer largometrajes a precios irrisorios es una proeza, algo loable... un camino que en ocasiones no nos quedan más cojones que seguir... pero de nada sirve si el engendro resultante NO INTERESA A NADIE.

El caso es que si de algo puedo presumir aunque sea un poquito, es de haberme visto envuelto en varios proyectos que, habiéndose hecho con cuatro duros, han cosechado buenas críticas aquí y allá, han interesado a espectadores en distintos idiomas... Proyectos que, en definitiva, y a su humilde manera, han resultado útiles para el mundo.

Por eso, retomando la controversia del principio: Me he dado cuenta de que lo útil en tiempos como éstos no es tanto ensalzar lo barato, sino intentar indagar en las claves para lograr que lo barato salga bueno.

Con este post intentaré (en la medida de lo posible) proponer algunos truquitos: Artimañas que no pretenden ir a misa, pero que pueden resultar útiles para lograr que esos proyectos que abordamos - a pesar de contar con poquísimos medios - sean decentes y merezcan la pena.

Me basaré en mis experiencias personales (pido perdón de antemano si cito demasiados ejemplos de proyectos en los que yo mismo me he visto inmerso) porque ya son muchos los que han disertado sobre cómo hacer las cosas con poco presupuesto, y quizá lo único "original" que pueda yo aportar (si es que lo hay) surja de mis propias vivencias, y no de mis razonamientos abstractos.

Y no nos engañemos: La "rebeldía" también está sujeta a señales de tráfico. Somos tan rebeldes como nos permiten ser. Los "rebeldes" también formamos parte del sistema. Sin nosotros, el sistema se desmoronaría.

Intentaré darle a esto una forma de lista coherente y ordenada (y probablemente fracase en el intento, como siempre)

- Elige bien tu proyecto.

En esto no quiero demorarme demasiado, porque es uno de los consejos más difundidos, y eso lo convierte, a su vez, en uno de los consejos más baratos.

¡Puro sentido común!

Aun así, sería pecado pasarlo por alto. Sería como hablar de alta cocina y no mencionar los huevos rotos con chorizo.

Una de las cosas que (incluso a día de hoy) más me siguen preguntando en entrevistas es: "¿Por qué decidiste hacer una peli con cacahuetes?" Y casi siempre respondo lo mismo, con total sinceridad: Alby Ojeda y yo queríamos hacer una película con los porquísimos medios que teníamos en nuestra isla de Fuerteventura. De todas las ideas que habíamos acumulado en el cajón, Gritos era la única que, debido a su naturaleza, podíamos permitirnos sacar adelante. Aunque en el peor de los casos tuviésemos que rodarla entre Alby y yo solos (cosa que - no me canso de repetirlo - ocurrió de hecho durante el 70% del rodaje)

Recuerdo también cuando Norberto Ramos del Val desarrolló con Javier Sánchez Donate su largometraje "El último fin de semana". Lo primero que hicieron fue pensar en qué elementos tenían a mano: Una cámara digital, un trípode, séis actores, una casa en la playa... y muy poquito más.

Y en base a eso decidieron qué historia contar y se aseguraron de que podían contarla adecuadamente con lo poco que tenían.

Algo similar nos sucedió a César del Álamo y a mí cuando desarrollamos lo que terminó convirtiéndose en el largometraje "" (aunque de ello hablaré con más detalle - y en otro sentido - un poco más adelante)

Esa historia sometida a "lo que tienes" depende de cada caso. Habrá quien pueda tener gratis una grúa pero le cueste horrores conseguir una mansión para rodar. Habrá quien tenga posibilidad de rodar en la mansión por la cara, pero no pueda costearse la grúa. Elige - o enfoca - tu historia según lo que te puedas permitir.

Y nada de caprichitos.

Si eres caprichoso o no te apetece ser flexible, déjate de bajos presupuestos e intenta producir tu peli con pasta. Es igual de legítimo, y simplemente estarás cambiando unos quebraderos de cabeza por otros.




- Optimiza. 

El siguiente paso, en mi opinión, es saber sacarle el máximo rendimiento a lo poco que tienes. Exprimirlo bien.

Y en ese sentido, yo creo que la palabra mágica es: Precisión.

Déjate de chorradas. Y déjate de indecisiones.

Creo que gran parte del presupuesto de una peli se despilfarra en malas decisiones, en tanteos erráticos, en directores que juegan en pleno rodaje a "frío, frío - caliente, caliente" para averiguar lo que demonios quieren.

Es difícil - y acaso escalofriante - calcular la cantidad de euros y de tiempo que pueden perderse en un proyecto cuando el director y su equipo no han hecho los deberes.

Y euros = tiempo. Tiempo = euros.

Puede parecer muy obvio, pero quizá es una de las cosas que, gota a gota, van horadando el presupuesto de un proyecto.

Hablo de ese director que te hace construir cuatro paredes de un decorado porque no se ha parado a pensar en que, para lo que necesitaba en esa secuencia, habría bastado y sobrado con construir una sola pared, un solo paño.

Hablo de ese director que tarda tres horas en rodar algo que podría solucionarse en treinta minutos. Y la tardanza no se debe a que el resultado final vaya estar más cuidado, no... Se debe a que el probre diablo, en realidad, no sabe lo que quiere, o no se ha parado a pensar si lo que tiene en su cabeza es compatible con la localización de que dispone, los objetivos de cámara con los que cuenta, etc.

Hablo de ese director que hace repetir una toma quince veces porque los actores no le dan lo que él quiere y, al mismo tiempo, él no sabe explicar lo que busca en los actores.

Creo que esas cosas hay que traerlas solucionadas de casa. Al menos en su mayor medida.

Un rodaje es como dar un golpe para robar en una casa. Minuto que pierdas, minuto que arriesgas. Hay que entrar en la casa sabiendo cuáles son los accesos más rápidos, sabiendo ya dónde están escondidas las joyas. Llegar, hacer el trabajito y desaparecer antes de que la alarma alerte a la Policía.

¿Os imagináis al jefe de los ladrones parado en medio del salón, mientras suena la alarma? Los demás suplicándole instrucciones... y él murmurando: "Es que no sé si robar los diamantes o los cuadros..."

Creo que hay que robar la casa sabiéndote el plano de memoria y teniendo muy claro qué es exactamente lo que has venido a llevarte.

A algunos les funcionará hacer un storyboard muy preciso: Luego se busca o se construye lo que aparece en el story Y NADA MÁS. Os aseguro que se ahorra muchísimo dinero y muchísimo tiempo respetando eso.

Otros preferirán no dejarse constreñir por un storyboard: tener las cosas muy claritas en su cabeza y, una vez en el set, ser flexibles, dejarse llevar. Es otra opción muy válida, siempre y cuando el director en cuestión, a la hora de la verdad, sea REALMENTE flexible.

Si adoptas la vía de improvisar sobre una base sólida, sé consecuente con ello, fluye con lo inesperado, acepta lo que te llegue en cada momento y manipúlalo de manera orgánica, espontánea.

Creo que si la base es realmente sólida, estarás relajado y podrás fluir. De lo contrario, serás ese gilipollas que se queda en medio del salón, al son de la alarma, preguntándose qué coño hay que robar.

Hablo casi siempre del "director", supongo que por deformación y por inercia. Pero creo que esta actitud debería imperar también en el resto de los miembros del equipo: producción, dirección de fotografía, dirección de arte...

Por supuesto que Woody Allen puede rodar las secuencias, revisarlas, decidir que no le gustan, volverlas a rodar... Por supuesto que Spielberg dirigió La Terminal teniendo en un rincón del set, al mismo tiempo, una dolly, una steady, una cabeza caliente... decidiendo sobre la marcha qué cacharro quería utilizar en cada plano, como quien elige un palo de golf. Pero es que ellos están en otra liga. Ellos pueden robar la casa a placer, sin prisas, porque las alarmas no suenan para ellos. Porque saben que pueden pasearse por la mansión durante todo el día, sin que venga la Policía a detenerles (y aun así, Spielberg suele terminar sus películas por debajo del presupuesto)

- Supera tus escrúpulos.

Deja atrás los remilgos. Esto no es una guerra de almohadas. Hay que pelear en el barro.

Cuando te dijeron que las cosas tenían que respetar unas ciertas reglas para ser "profesionales" y estar "bien hechas" no te estaban preparando para esta clase de guerra, sino para entornos deportivos un poco más civilizados.

Ahora hay que arremangarse las manos y dejar entrar en la fiesta a invitados que llevan botas sucias en lugar de mocasines.

Y eso no es nuevo en absoluto.

Ya lo hacían los enfant terribles de la Nouvelle Vague, ya lo hacía Sam Raimi cuando usaba una carretilla como travelling en Posesión Infernal. Ya lo hacía Robert Rodríguez cuando usaba de la misma manera una silla de ruedas.

Nosotros, cuando construimos los decorados para Gritos en el Pasillo, obtuvimos muchos de los materiales escarbando literalmente en la basura. Íbamos a los contenedores, a los descampados, a nuestros propios trasteros.

Reciclaje.

Y cuando teníamos que comprar maderas, telas, materiales de cualquier tipo... íbamos a lo más cutre, a lo más endeble. En definitiva: A lo más barato. ¡Qué remedio!

Porque en el cine, si nos ponemos drásticos, las cosas no tienen por qué ser demasiado sólidas. No tienen por qué durar. El cine es espejismo. Aunque suene a Perogrullo, no hace falta que construyas el castillo con materiales de castillo. Basta con que parezca un castillo bajo la perspectiva y la iluminación adecuadas. Y sólo necesita aguantar en pie el tiempo que tardes en inmortalizarlo.

Nos dedicamos a construir castillos de naipes. Naipes que se desmoronarían con un soplo de viento, pero que gracias al hechizo de la cámara se convierten en algo tan sólido y duradero como un tanque.

James Cameron puede permitirse reconstruír el Titanic pieza por pieza. Bien por él. Pero si no tienes sus medios, igual puedes conseguir un trastlántico convincente con un ojo de buey, un par de focos bien colocados y un par de efectos de sonido bien puestos.

Estoy seguro de que Roger Corman habría rodado Waterworld igual de de efectiva (o más) que la original, pero gastándose cien veces menos (o mil veces menos) pasta.

En mi segundo intento de dirigir un largo de animación, a uno de los productores le entró en la cabeza que siguiésemos a rajatabla los métodos de Pixar. Era desesperante. Porque nosotros teníamos que tener cerrada toda la post-producción en un mes, mientras que en Pixar, normalmente, tienen un año entero nada más que para desarrollar un beatboard (un esqueleto de la trama, hablando mal y pronto) antes de decidir si dan o no luz verde a la escritura del guión. Evidentemente, no puedes trabajar del mismo modo que ellos. Es un deporte distinto, con reglas distintas.
 


- Coherencia interna.

Sé que suena muy trillado eso de: "Convierte tus limitaciones en ventajas, en marcas de estilo."

Lo que no estoy tan acostumbrado a leer por ahí es: ¿Cómo cojones se hace eso? ¿Cuál es la fórmula para convertir una carencia en virtud?

No creo que haya fórmulas exactas, por supuesto, pero existe un factor que, al menos a mí, me parece muy útil en ese sentido: La coherencia interna.

Eso es, a mi parecer, lo que diferencia una peli cutre rodada "cámara en mano" con un artefacto doméstico de una obra cuya frecura nos impacta a todos.

Eso es lo que diferencia una peli cutre sin pasta para movimientos de cámara de una obra arriesgada y personal sobre la que se pueden escribir ensayos.

En el fondo es algo tan fácil y tan obvio como que al aspecto formal de tu peli le conviene estar sujeto a un criterio. Ha de estar en íntima conversación con la clase de historia que estás contando, con el tono de dicha historia, con el resto de ingredientes...

Os guste o no Lars Von Triers, tendréis que reconocer que cuando ese tío hacía "dogma" había ahí algo más que un loco con una handycam. Cada decisión había sido meditada (o se adaptaba intuitivamente a un concepto y un tono que habían sido meditados previamente)

Que sí, que todos estamos acostumbrados a ver cómo un centenar de payasos graban de esa manera sin criterio, sin coherencia interna, mareándonos con el tembleque de sus cámaras, desenfocando la imagen y saltándose ejes de manera indiscriminada...

... pero NO tiene por qué ser así.

¿Que recurres a esa forma de "cámara en mano"? Pues que sea porque a tu historia le viene bien que generes una sensación de inestabilidad, de agobio... O porque has decidido que interesa darle un aire de documental o reportaje. Etc, etc, etc.

¿Que no puedes mover bien la cámara porque tienes un trípode de mierda y poco más? Pues piensa si alguna de las historias que tienes en la recámara puede beneficiarse de una realización estática. Piensa, por ejemplo, en bodegones, en composiciones muy geométricas, en jugar inteligentemente con el fuera de campo. ¡Yo qué sé!

Os guste o no Michael Haneke, él ha demostrado que se puede hacer algo interesante realizando así. Kubrick, por ejemplo, podría haber hecho una peli maravillosa de ese modo. Estoy seguro.

El hecho de que una manera de filmar sea heterodoxa no significa necesariamente que sea errónea. Funcionará en tanto en cuanto rime con los demás elementos expresivos y narrativos de la peli.


Me siento como si estuviese contando algo demasiado evidente, pero es que echo taaaanto de menos este tipo de coherencia interna en la mayoría de las "pelis baratitas" que veo...

Y, por cierto: Cada vez tenemos mejores cámaras, cada vez es más sencillo obtener un sonido decente, cada vez son más asequibles los equipos de post-producción con los que realizar un buen apaño. Cada vez tenemos más capacidad de decisión sobre el aspecto que queremos darle a nuestra peli, sin dejarnos condicionar por el presupuesto.


- Dos más dos no siempre son igual a cuatro.


Es peligroso tomar las cosas al pie de la letra.

Por ejemplo: Está extendida la creencia de que para hacer una peli fácilmente producible la mejor opción es buscar una historia que requiera sólo de un par de personajes y que transcurra en una única localización.

Es lógico pensar así.

De hecho, César del Álamo y yo decidimos desarrollar "" precisamente por eso: Necesitábamos algo que fuese asequible de producir sin pasta. De hecho, la peli transcurre toda ella dentro de un apartamento y el 90% del metraje está interpretado por una única actriz.

Salió bien. Los astros se alinearon y de manera milagrosa se logró que un equipo reducido - pero suficiente - de personas estuviese disponible durante 11 días seguidos (y, por otra parte, el buenazo del hermano del director y la buenaza de su mujer cedieron su propio piso para rodar en él durante todos esos días)

Tras la buena experiencia de , César intentó dirigir otro guión mío que, al menos en apariencia, era igual de fácil de producir sin dinero: Una comedia romántica que transcurría íntegramente en una sala de estar con un único actor y una única actriz.

Pues bien: En ese caso no hubo manera de cuadrar fechas. En los días en que podía el actor, no podía la actriz. En los días en que podía la actriz, no encontraban ninguna casa disponible. Y así todo el rato.

¿Qué hizo César? Rodar otro guión suyo que tenía por ahí, y que se basaba exactamente en lo contrario: Muchos personajes y muchas localizaciones.

De esa manera tuvo que comprometer a mucha más gente en el proyecto, pero a cada uno de ellos durante menos tiempo y con menos nivel de compromiso. Así nació Buenas noches, dijo la señorita pájaro.

A veces es más fácil liar a veinte personas durante dos días que liar a dos personas durante veinte días.

Y tampoco podemos tomar al pie de la letra ni sumar "dos más dos igual a cuatro" a la hora de definir qué peli es de bajo presupuesto y cuál no lo es. Creo que intervienen un montón de factores. No podemos ignorar las circunstancias concretas de cada proyecto, ni podemos obviar su contexto.

No olvidemos que la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson, según los estándares hollywoodienses, se considera "bajo presupuesto". Aunque cualquiera de nosotros, simples mortales, palidezca de vértigo viendo cualquier making of de cualquiera de esas pelis.

No olvidemos que durante un tiempo el director más rentable del mundo fue Eric Rohmmer, que hacía pelis intimistas, muy pausadas, que no atraían a todo el mundo. Pero las rodaba MUY baratas y gustaban a un número de personas que, aunque minoritario, resultaba más que suficiente. Sus pelis, proporcionalmente, teniendo en cuenta lo que se había gastado en hacerlas, resultaban más rentables que las de James Cameron.

Pongo esos dos ejemplos para dejar constancia de lo relativo que es todo. De lo volubles que pueden llegar a ser los marcos de referencia.



- No seas rompedor. Sé honesto.

Creo que es otro de los grandes mitos del cine ultra-independiente: "Si quieres triunfar sin presupuesto, tienes que ser rompedor. Dar con una idea tan original, tan novedosa que bla, bla, bla, bla, bla..."

Oye, que si de pronto tienes esa gran idea y te nace sacarla adelante, ¡genial! ¡Bien por ti! A mí me encantan Memento y Saw y más bla, bla, bla, bla.

Pero creo que ni todos podemos ser siempre rompedores, ni a todos nos nace serlo. Y sobre todo: Se puede tener éxito sin ser rompedor. Basta con ser honesto.

El otro día me acordé de esto leyendo el punto tres de este anti-decálogo para guionistas. Es posiblemente el único sitio en el que he leído algo que concuerda con mi opinión al respecto:

El ser humano no está ávido únicamente de cosas originales. En ocasiones también nos gusta que nos cuenten la misma historia, una y otra vez. Es como ir a misa. La mente zambulléndose en su propia piscina de arquetipos, os mismos mitos, los mismos dramas, las mismas tragedias, los mismos rituales...

Somos como los niños, pidiendo una y otra vez a nuestros padres que nos cuenten el mismo cuento, aunque nos lo sepamos de memoria. Pidiéndoles que nos pongan una y otra vez la misma peli de dibujos animados.

Basta vernos en un bar, con los amigos. ¿Cuántas veces hemos tenido con ellos una conversación por décima vez, aun a sabiendas de que ya la hemos tenido, casi idéntica, con la misma gente, con los mismos argumentos? Nos da igual. Necesitamos volver a participar de nuevo de ese ritual.

Somos criaturas religiosas.

Os guste o no entrar en las iglesias, todos necesitamos "ir a misa", cada uno a su manera.

Creo que si revisáramos todo el catálago de pelis low-cost ultra-independientes que han tenido éxito nos daríamos cuenta de que más de la mitad no deben ese éxito a una idea rompedora, sino a una manera honesta de contar las cosas.

Ser honestos con la historia y ser honestos con la manera en que a nosotros nos nace contar dicha historia. Y ahí lo que para algunos es honesto, para otros será una farsa. Para unos lo honesto es contar una historia de denuncia social, para otros lo honesto es ser gamberros, o divertir al público, o provocar al espectador para librarlo de su anestesia habitual, u otras mil cosas.

Mirad la ópera prima de Raimi. Mirad la ópera prima de los Coen. Mirad la ópera prima del propio Orson Welles. No se cimientan en "ideas rompedoras". No cuentan nada que no nos hayan contado veinte veces antes. Lo que hace especiales a esas pelis es la visión de sus autores. Porque fueron honestos.



- Distribución, comercialización.

Esto podríamos considerarlo un epílogo. Creo que, del mismo modo que hay que "cambiarse un poco el chip" para hacer bien una peli "low-cost", también deberíamos cambiar un poco el chip a la hora de distribuir y comercializar esta clase de obras.

Ahora, con la revolución del digital y el internet, se nos abren muchas posibilidades en ese sentido.

Yo podría esbozar teorías sobre el tema, pero lo de mover y comercializar es un campo en el que, de momento, no he tenido demasiadas experiencias.

Pero me encantaría leer divagaciones similares ésta, pero centradas en cómo mover de manera efectiva pelis ultra-independientes.

De hecho, sería genial que los que centramos nuestra atención en intentar hacer pelis "que funcionen" con lo que tenemos a mano, pudiésemos asociarnos con quienes hayan centrado su atención en eso otro: en aprender la maneras de colocar y promocionar la cosas alternativas... de manera alternativa.
8

4 comentarios:

  1. Mu bonico, si señor. Me gustaría decir que estoy de acuerdo en todo pero eso violaría el punto de "ser honesto" por que yo, en realidad, no tengo ni puta idea del tema.

    ResponderEliminar
  2. Joe... tu si que tienes amigas qeu molan... Pero no tengo paciencia ¿está en paro? bueno, a lo que iba... para mi que no tengo ni idea de cine, proyectos cinematográficos y estas cosas... vamos, como espectadora he de decirte que valoro más si una peli me mola mucho que me digan "¿sabes que la hizo con la cámara del Cinexin que le trajeron los reyes en el 84? a que es alucinante..." a escuchar que James Cameron le ha patrocinado... ´talmente de acuerdo con que se puede hacer buen cine con poco dinero... o no.
    ;D

    ResponderEliminar
  3. Joe... tu si que tienes amigas qeu molan... Pero no tengo paciencia ¿está en paro? bueno, a lo que iba... para mi que no tengo ni idea de cine, proyectos cinematográficos y estas cosas... vamos, como espectadora he de decirte que valoro más si una peli me mola mucho que me digan "¿sabes que la hizo con la cámara del Cinexin que le trajeron los reyes en el 84? a que es alucinante..." a escuchar que James Cameron le ha patrocinado... ´talmente de acuerdo con que se puede hacer buen cine con poco dinero... o no.
    ;D

    ResponderEliminar
  4. Buena disertación, señor Juanjo. Un fuerte abrazo.

    Saludetes.
    (Luis ("Man in black"))

    ResponderEliminar