sábado, 25 de octubre de 2008
COMER DESPUÉS DE LEER
Esa cosa que ven sobre estas letras es mi primera experiencia mi propia pasta fresca.
Soy un amante de la pasta. Amante obsesionado. Si la pasta fuera una mujer, probablemente la llamaría a las cinco de la mañana, escucharía su voz y colgaría. La espiaría con unos prismáticos a través de la ventana, y robaría su ropa interior para olerla mientras...
Bueno, basta.
Intentaba decir que adoro la pasta. Adoro comerla y cocinarla. Podría pasarme una semana entera almorzando y cenando pasta, y la sé hacer de tantas formas distintas que a lo largo de esa semana no repetiría una receta. Si no lo hago, es por cuestiones de salud, sentido común, o que la pasta ya ha conseguido que el juez firme una orden de alejamiento que me impide acercarme a ella más de tres o cuatro veces a la semana.
Uno de esos sueños de andar por casa que tenía era el de hacer mi propia pasta fresca. Hacer mi propia masa, y darle la forma con mis propias manos. Nunca me había animado a intentarlo, pero el otro día mi amigo Josep me convenció, contándome cómo lo había hecho él, y lo fácil que le había resultado. La pasión de Josep por la comida es (como buen tauro) del mismo tamaño que la mía (como mal piscis que soy).
Pues bien, ayer por fin tuve tiempo suficiente para hacer un primer intento. Huevo, harina, aceita, sal, un poco de agua y un mucho de paciencia.
No he tenido precisamente la suerte del principiante. Con mi manía de calcular las cantidades a ojímetro, la primera vez nunca es perfecta. Mi intuición me dijo que a aquella masa le faltaba harina, y era cierto. Así que añadí más harina y, obviamente, al final me pasé con la harina.
A pesar de ello, el resultado era comestible, incluso grato. Y si tenemos en cuenta que durante la experiencia decubrí que esta cocina no tiene rodillo de amasar y tuve que sustituirlo por un cuchillo, no puedo quejarme.
Seguiré practicando, hasta que mi pasta fresca sea la mejor pasta fresca en veinte metros a la redonda. No sé cuándo podré seguir con ello, porque la semana que viene me mandan tres semanas a vivir en una puta pensión. Alguien en nuestra productora debe pensar que la estabilidad y la calidad de vida son nocivas para la creatividad de los guionistas.
Para olvidarme de toda esa mierda, me fui (por fin) a ver la última peli de los Coen (Quemar después de leer).
Está tan bien rodada como siempre, llena de momentazos, fotografía curradísima, como siempre (en los créditos finales descubrí que era del puto Lubetzki) interpretaciones lo suficientemente grotescas para conquistarme... A pesar de todo, no sé si la peli me ha gustado o no. Si incluso hay cosas concretas en la peli que me encantan y me aburren a partes iguales... Es un poco como mezclar Fargo con Crueldad Intolerable, amasar durante un rato, descubrir que hay poca harina para tanto huevo, echar más harina, pasarte con la harina, pero luego resulta que a pesar de todo está rico, y tiene personalidad, y encima te lo comes y te gusta.
Recomiendo ir a verla. Además, la última secuencia de la peli es de las cosas más desternillantes, anticlimáticas y Coen que he visto en muchos meses (encima con J.P Simmons, aka señor Jameson). Creo que yo era el único que se reía en la sala, pero me importa un bledo.
Y antes de que termine el fin de semana tengo intenciones de ir a ver Transiberian y de tener mi cita ineludible con Vicky, con Cristina, con Barcelona y con Woody Allen, que aunque la gente esté poniendo a parir bastante la peli, es muuuuy difícil que Woody Allen me defraude del todo.
También me he empezado la tercera temporada de 24, cortesía de mi amigo Íñigo, y no he podido evitar acordarme de aquella brillante parodia que hizo en su día el señor Vigalondo para los Chanantes:
A mí "Quemar después de leer" me gustó bastante... Durante la última escena Marta y yo casi nos caemos de la butaca de la risa (bastante generalizadas en la sala)... No es la mejor peli de los Coen, pero es bastante mejor que "O brother" o "Crueldad Intolerable"... por no hablar de "Ladykillers" (¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRGGGG!!!).
ResponderEliminarSaludos.
ResponderEliminarCoincido contigo, aún estoy deliverando sobre si me ha gustado, pero si me ha encantado JP Simmons y, también, Brad Pitt.
Yo es que adoro "Crueldad intolerable", y "O`Brother" me conquista de pleno en cuando llegan al pueblo donde está la mujer de Clooney, y descubres por qué hace su personaje todo lo que hace.
ResponderEliminarQué cojones, si incluso me lo pasé bien viendo "Ladykillers" que (lo reconozco) es la peli Coen que menos me ha gustado hasta el momento.
Tomás: Brad Pitt esta tremendo. En realidad creo que están tremendos TODOS en esa peli.
ResponderEliminarIncluso ése señor que estuve todo el rato pensando "¿en qué serie he visto yo a este tío haciendo un papel emblemático?" para finalmente descubrir que era el padre de "A dos metros bajo tierra".
Pues yo aun no he podido verla, tambien estoy viendo la tercera de 24, al mismo tiempo que veo la segunda de Dexter y la quinta de Buffy. Me encanta la pasta y te doy un consegito... si no tienes rodillo, usa una botella de cristal, lo mas lisa posible, la forras de plastico trasparente de ese que hay en las cocinas y a amasar como si se fuera a acabar el mundo.
ResponderEliminar¡Ey! ¡Qué buen consejo el de la botella! Le hace a uno sentirse gilipollas por no haberlo pensado...
ResponderEliminarA mí la segunda de Dexter me gustó, pero me pareció más floja y dispersa que la primera.
¿Y habiéndote gustado todas esas, aún tienes dudas con "Quemar..."? ¡Fiu! Vas a ser todavía más raro de lo que creía ;)
ResponderEliminarEl Chache se está convirtiendo en un cocinero de tomo y lomo... Desde que la Thermomix entró en esa casa, la realidad no ha vuelto ser la misma (y eso que él quería comprar la Playstation 3).
El caso es que "Quemar..." me gusta. Es casi imposible que no me guste algo de los Coen.
ResponderEliminarPero es de esas pelis que me gustan más cuando las pienso "a posteriori" que mientras las estoy viendo.
Algo me impedía entrar en la peli. Quizá el problema estaba más en mí que en la película.
Hay pelis que gustan de verdad la segunda vez. Eso es así. Deberías regresar a la sala de proyección y disfrutar de nuevo del filme. Quizás así tengas una idea más clara de si te mola de verdad o no.
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