Como ya anticipé en entregas anteriores, no suelo ser de los que se salen del cine. Dejar una proyección a medias es algo que suele atentar contra mis principios. Me he tragado pelis que harían vomitar a una cabra, más allá de la puerta de Tanhausser. He sobrevivido a sesiones de tortura capaces de hacer llorar a Jack Bauer como un niño de dos años.
Pero todos somos humanos, y en ciertas ocasiones (seis en total) he demostrado cuán vulnerables y quebradizos son esos principios míos.
Así pues, citaré a continuación esas únicas seis ocasiones en que recuerdo haberme fugado de la sala. Evidentemente, me dispongo a relatar las circunstancias que acompañaron a cada título, con la esperanza de que algún alma caritativa deduzque que en algunos de los casos, dichas circunstancias eran atenuantes.
Empecemos con esta breve lista, que llega encabezada por una peli que ninguno de vosotros esperaba:
1- INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA
Si tenéis un alma dentro del cuerpo, supongo que os estaréis preguntando: ¿Quién en su sano juicio se saldría del cine con Indy?
No salí de aquel cine voluntariamente. ¡Me estaba encantando la película! En aquel entonces yo era un niño de diez años, y todo el mundo sabe que un niño de diez años que nos disfrute con la Última cruzada debería ser fusilado.
Fui a ver la película con mi hermana y mi amigo Armiche. Pocas veces me lo he pasado tan bien en una sala de cine. Lo que no sabíamos mientras veíamos la peli, era que un triste malentendido se estaba fraguando en el mundo real, al otro lado de la puerta del cine Marga. Mi hermana y yo creíamos que nuestros padres tenían claro que íbamos a aquella sesión tardía, y que les parecía bien. Pero no era así. Mientras nosotros buscábamos el grial, mi padre, preocupado por el ignorado paradero de sus niños, hacía averiguaciones detectivescas. Finalmente, nos encontró. Entro en la oscura sala, nos agarró de los brazos y nos extirpó del cine. Estuvimos castigados durante no sé cuánto tiempo, pero a pesar de ello, sigue siendo una de las sesiones de cine más bonitas que recuerdo.
Afortunadamente para el sentido de mi vida, mi padre no llegó hasta nosotros hasta el final de la función, y sólo nos perdimos un minuto de metraje. Mi hermana y yo fuimos exhiliados en el justo momento en que los protagonistas se alejan cabalgando hacia el desierto, mientras Marcus Brody grita: "¡Seguidme, conozco el camino!"
2- AQUÍ LLEGA CONDEMOR, EL PECADOR DE LA PRADERA
Aquí la pregunta que más os interesa no es por qué me salí, sino por qué entré.
La explicación es divertida. Otra aventura protagonizada por mi hermana y un servidor.
En realidad, nuestra intención era ir a ver El sustituto, esa peli en la que Tom Berenguer se disfraza de profesor para liarse a tiros en un instituto.
El primer error fue consultar la cartelera en un periódico, sin caer en la cuenta de que el periódico en cuestión era del día anterior.
El segundo error fue llegar con el tiempo pegado al trasero, atravesando la ciudad de Granada a contrarreloj, en una tarde de lluvia. Llegamos cinco minutos tarde, el agua y la lluvia nos cegaban, y no nos dimos cuenta de que el cine en cuestión ya no estaba decorado con carteles de El sustituto, sino con algo más terrible. Compramos las entradas a toda prisa, y entramos en la oscuridad de la sala sin mirar a nuestro alrededor. Fue como en ésas películas de terror en las que los protagonistas se dirigen hacia la vieja casa de la colina, sin reparar en el cartel semioculto de: "Peligro. Experimentos radiactivos con psicópatas".
Mi hermana fue la primera en alarmarse cuando se dio de bruces con la imagen de la pantalla, y en ella no estaba Tom Berenger, sino el inimitable Chiquito de la calzada. Yo la tranquilicé en un alarde de ingenua autosuficiencia, diciéndole: "Tranquila. Es un trailer". Pero pasaron los segundos, y los segundos se convirtieron en minutos, y finalmente, tuve que rectificar: "Ana, creo que esto no es un trailer".
El chaval en que consistía yo por aquel entonces no había desarrollado aún su sentido del humor hasta el punto de saber disfrutar de Chiquito como Dios manda. Recuerdo que me reí dos veces, pero no recuerdo en qué momentos.
Lo que nos salvó durante más de una hora, fue el hecho de que aquélla no era una sala de cine normal y corriente. Era un local que funcionaba como cine por las tardes y que, al caer la noche, se transformaba en discoteca. Las pelis no se veían sentados en butacas, sino desde los sillones y sofás que, distribuídos por todas partes, constituían la geografía de la discoteca.
Nuestro único entretenimiento, nuestro consuelo, nuestra válvula de escape... fue ir probando todos y cada uno de los sillones y sofás de aquel antro. Veíamos un trozo de la peli sentados, otro trozo tumbados, otro pedazo bocabajo...
Aguantamos la proyección casi entera. Cuando la cosa estaba ya cerca del final, no recuerdo si fui yo o si fue mi hermana quien dijo: "Si vuelven a cantar, nos salimos". Lo dijese quien lo dijese, el otro asintió sin replicar... Y justo entonces, se pusieron a cantar, los hijos de la gran puta.
Años después, pude ver El sustituto en la tele. Me gustó mucho más que Mentes peligrosas.
3- GUARDIANES DE LA NOCHE
La fui a ver con Jaime y con Yoana.
Tenía muchísimas ganas de ver esa película. El trailer me flipó. Y allí estábamos, en la fila nosécuántos de Kinépolis, destilando impaciencia.
Las luces se apagaron, la peli empezó... y... no era lo que habíamos esperado de ella.
Por más que me enforzaba, no conseguía entrar en la película. A veces, los rusos tienen un problema: Son demasiado intensos durante el 100% de la narración. Este parecía uno de esos casos. Planos confusos cuando yo, como espectador, demandaba claridad. Planos frenéticos, incluso mareantes, en lugares donde ese frenetismo no parecía justificado. Personajes que no lograban provocarme la más mínima empatía. Ambiente sórdido, desagradable. Si alguna vez he tenido la sensación de que una película "olía" mal, aquélla fue la vez. Encontraba en la peli demasiadas distracciones aparentemente arbitrarias que me impedían seguir el hilo de la trama.
A pesar de todo, creo que si hubiese ido a verla solo me habría quedado hasta el final. Pero mis dos acompañantes lo estaban pasando incluso peor que yo, y a los treinta o cuarenta minutos de película estábamos fuera.
Y creo que esa noche terminamos borrachos.
Tal vez un día de estos le de otra oportunidad a Guardianes de la noche. No espero que me guste demasiado, pero después de Wanted, creo que se lo debo al bueno de Timur.
4- EL CAMINO DE LOS INGLESES
Dios sabe que le tengo mucho cariño a Antoñito, que le admiro y le respeto. Por saber, sabe incluso lo mucho que me gustó la anterior película de Bandera (Locos en Alabama).
Pero cuando uno apuesta por determinados enfoques líricos, y se desvía de la narración clásica, entonces hablamos de poesía... y en poesía todo se reduce a una cosa: O conectas, o no conectas.
Y en aquella ocasión, no conecté.
La peli está bastante bien realizada, la fotografía es impresionanate, y los actores estaban muy bien, destacando al inmenso Raúl Arévalo y al entrañable Lucio Romero, al que no puedo evitar contemplar con cariño, tras haber coincidido con él en dos cortometrajes.
Pero era una de esas pelis que comentaba antes; las que exigen la conexión lírica. No me interpretéis mal. No soy contrario a ese tipo de pelis. Algunas incluso conectan conmigo de manera brutal (In the mood for love, Baraka, Carretera perdida, La fuente...)
No obstante, en otras ocasiones he aguantado hasta el final en pelis con las que no sólo es que no conectase, sino que me parecían más peñazo todavía. ¿Por qué me largué de esta?
Pues en primer lugar, porque también en esta ocasión fui a verla con Jaime, y alimentamos nuestras impaciencias mutuamente. Supongo que Jaime es una mala influencia para mí en esto de fugarnos de los cines.
Y en segundo lugar... tenéis que entenderme... esa tarde, yo había vuelto a ver Parque Jurásico, que es posiblemente, y aunque muchos opinéis lo contrario, la mejor película de dinosaurios de la historia. Y cuando a uno le dejan cuerpo de peli de dinosaurios... no es un buen momento para encerrarse en una sala a ver El camino de los ingleses.
De un modo u otro, me alegro de haber pagado mi entrada, y así seguir financiando el cine de Antonio Banderas.
5- LA MOMIA 3
Llegamos al caso más reciente de todos. Sucedió hace un par de semanas.
Era domingo. Yo ya estaba aquí, en Donosti, y no tenía casa todavía. Me habían colocado de manera provisional en un piso, pero justo ese domingo tenía que hacer una vez más las maletas para abandonarlo, e ir de cabeza a la pensión/purgatorio en la que pasaría la semana siguiente.
Mi vida, pues, era algo así como un triste y desolado bar de carretera, y me escapé a ver La momia 3, a ver si un chute de intrascendencia y ligereza me hacía olvidar durante un par de horas eso de sentirme en medio de ningún lugar.
En mi opinión, la peli no era buena, pero tampoco era especialmente mala. En otras circunstancias, me la habría tragado de cabo a rabo sin quejarme demasiado. A pesar de lo plano de la fotografía, a pesar de que Maria Bello no conseguía ser Rachel Weisz por mucho que se esmerase. A pesar de que los intentos de chiste se reducían a eso: A meros intentos.
A pesar de todo ello, ya os digo que la peli no carecía de alicientes. Algunos de los decorados estaban bastante currados. Y había magia china, y rituales cinos, y persecuciones por China, con tiros y explosiones chinas.
Pero en lugar de olvidarme de mis problemas, la película conseguía que los tuviese allí, más presentes todavía. Mientras Brendan Fraser saltaba de un lado a otro de la pantalla, yo sólo pensaba en que todavía tenía que llegar hasta el barrio de extrarradio en el que estaba mi piso, y hacer la cena, y preparar las maletas para ser exiliado al día siguiente... y el día siguiente consistía en madrugar, e ir al trabajo con toda mi vida empaquetada en cinco bultos, y mudarme hacia un destino incierto.
Todos esos problemillas me impedían centrarme en la película, y a los cuarenta y pico minutos de proyección, decidí que no estaban las cosas para aguardar sentado en una habitación oscura a que mi vida hiciese conmigo lo que le diese la gana. No fue sólo una cuestión de sali de allí noventa minutos antes para acostarme más temprano. Fue también un acto simbólico de rebeldía. Por una vez en aquella maldita semana, me negué a adoptar una actitud pasiva, y decidí largarme del sitio donde se supone que me querían los señores invisibles que mueven los hilos y nos insertan microchips en la cabeza para acceder a nuestros pensamientos, e introducen gremlins pequeñitos en los relojes.
6- GRITOS EN EL PASILLO
De ésta me he salido muchas veces, y creo que no necesito explicar por qué.
Repito que jamás me salgo del cine, salvo por motivos de salud y no porque la peli no me mole (sólo un retortijón o una arcada puede obligarme a parar de ver una peli o salir de una sala).
ResponderEliminarPero he estado cerca con cosas como "Tuno negro", "The Quest", "Farinelli, il castrato", "1492" y "Tormenta blanca" (ambas del bueno de Ridley, que cuando se pone...), "Reacción en cadena", "The Blair Witch Project 2", "Spiderman 3", "Superman Returns", "Cazadores de mentes", "Nunca hables con extraños", "El cuarto mandamiento" (sí, la de Orson Welles) y alguna más (que no son pocas).
Pues yo me reí mucho viendo Tuno Negro. Blair Witch 2 no era todo lo que esperaba de ella, pero no me disgustó. Spiderman 3 me decepcionó mucho, pero no hasta el punto de querer largarme. Superman Returns me decepcionó más todavía, pero tampoco me tentó con desertar.
ResponderEliminarDe Tormenta blanca no me salí, pero como si lo hubiera hecho. Creo que a los veinte minutos de que terminase la peli, la había olvidado completamente.
También hay que tener en cuenta cuando "desconectas" que es el equivalente a salirse mentalmente del cine. Eso me ha pasado muuuchas veces. Decía Alex De La Iglesia que es cuando empiezas a pensar en lo que vas a cenar, en ordenar tal cosa, en lo que tienes que hacer mañana. Eso es lo peor.
ResponderEliminarMe pasa que sigo viendo la pantalla, las imágenes de la pelicula, pero mi cerebro proyecta imágenes de lo que tengo que hacer.
Muchas veces me ha ocurrido nada más empezar la pelicula, el primer plano ya me ha desconectado con un "clic". La Momia 3 fue un poco más tarde pero también me ocurrió eso. Haces "clic" y piensas en la cena.
¡Juas juas! Pues si son lógicas las razones, sí. Lo más curioso es que en la mayor parte de ocasiones la culpa no es de la peli sino del resto del mundo.
ResponderEliminarRafa: Esas desconexiones también son un clásico. Yo soy muy aficionado a ellas, también. De hecho, debo ser una de las personas con menos capacidad de concentración del universo.
ResponderEliminarKike: Bueno, normalmente tuvieron que ver circunstancias externas, pero la decisión final siempre fue mía, o mía compartida con otros :P
Dios, cuanto dinero tirado.
ResponderEliminarYo me descargué "Los guardianes de la noche" y a los 20 minutos la quité de pura ponzoña negra.
Me salí también de "Pesadilla antes de navidad" porque los gilipollas con los que fui a verla se levantaron y se piraron a la tercera canción, la terminé de ver en otra ocasión.
Yo por norma no me voy en mitad de una peli la verdad, no me gusta creer que tengo esa posibilidad, ese control.
Yo jamás, jamás, jamás me salgo del cine. Primero porque si la peli no te gusta y te largas, pierdes el derecho a descalificarla, segundo porque el cine cuesta muy caro y tercero porque casi nunca tengo nada mejor que hacer. Me parece incorrecto, no sé. De todas formas, el famoso caso de "desconexión" sí me ha ocurrido varias veces, recuerdo ahora mismo las dos más flagrantes: "Tomb Raider 2" y "Hero", en las que NECESITABA que terminasen de una vez, tal era la sensación de estar desperdiciando minutos de mi existencia. Casi parecido me pasó con "Pozos de ambición" aunque allí la estupefacción pudo con el aburrimiento. Ah, y el caso de "Colgado de Sara" es especial, ya que nunca antes había sentido la necesidad de empezar a hacerle pedorretas a la pantalla.
ResponderEliminarQue cine mas infecto, guardianes de la noche es un ladrillo infumable, como punto ¿positivo? dire que tenia buenos efectos, aunque nunca logre verla entera, lo mejor de Condemor eran los dibujos de créditos del principio, era lo único que tenia algo de gracia, y tiene una segunda parte! también siento mucho el efecto "piloto automático" con películas tipo momia 3, sobretodo cuando salen yetis y te quedas mirándolos, pensando "que me he perdido" con cara de estafa... de todos modos hay cosas peores, mirad mi ultima entrada del blog.
ResponderEliminarPor cierto, hoy he recordado una séptima ocasión en que me salí del cine. "Brokeback mountain". La peli me estaba gustando, como suele ocurrir con Ang Lee. Pero la sala estaba abarrotada, y me tocó detrás de un negro estilo armario ropero de 2x2 que me tapaba la mitad de la pantalla, y justo al lado de un gordo demasiado grande para su propia butaca, que necesitaba parte te mi espacio vital para caber y que, no contento con eso, se dedicó también a roncar en mi oído.
ResponderEliminarA los 20 minutos, decidí que no era la mejor forma de ver la peli.
¡¡¡Hostias, Mario!!! ¡¡¡"Colgado de Sara!!! Mi subconsciente la había enterrado... Ahí si que estuve cerca, porque iba contigo y con Gonzalo, y nos pusimos a hacer el moñas.
ResponderEliminarYo tampoco me salgo. Pero confieso que a veces me he quedado dormida, incluso una vez sentí un pequeño codazo de mi acompañante en plan: tía estas roncando!!!
ResponderEliminarY otras cuantas me he arrepentido de no largarme, la última vez con caótica ana (todo por pensar que si me gusta una peli de un director me van a gustar todas)...
Sonará simple, pero cada vez mas paso de ir al cine para pasar un mal rato o amargarme, que para puta ya está la vida...
Yo sólo me he salido de "2001: Despega como puedas". Ya sabes, lo típico. Vamos a ver tal...no, que es muy sesuda, vamos a ver una con la que todos estemos de acuerdo. Vamos a ver cual...no, que es demasiado violenta y tal y cual no tienen ganas de violencia...pues vamos a ver...y ya se sabe, cuando van mucha gente junta al cine cuesta elegir y VE LO PEOR. Me retorcía en mi asiento tratando de reirme de algún chiste pero no podía, era imposible. Encontraba más diversión en vez las caras estupefactas de mis amigos que en lo que se desarrollaba en la pantalla. Así que nos colamos en "Parque Jurásico 3" que estaba en la sala de al lado ^^.
ResponderEliminarY lo de "El camino de los ingleses" me suena. Yo ví "Doctor Zhivago" por la mañana el mismo día que ví "Titanic" por la noche, y claro...no hay color.
Al cabo de los años ví "Titanic" tranquilamente, y me gustó...pero no lo vayas diciendo por ahí ;).