domingo, 26 de agosto de 2012

A QUINCE AÑOS DE LOS PROYECTOS QUINCEAÑEROS


Esta entrada va a ser descabellada. Y preciosa. Vamos a pasear por el cementerio de elefantes más cutre de la historia. Rememoraremos los proyectos más insanos que salieron de las mentes de Alby Ojeda y Juanjo Ramírez-también-conocido-como-yo... y os aseguro que el resultado será un museo muy extraño, un escaparate de abortos que nadie invitó a ninguna fiesta.

"Rememoraremos". ¿Es posible que exista esa palabra? ¿Es posible que exista una palabra tan estúpida?

Parece ser que sí. Vivimos en un mundo en el que existe la palabra "rememoraremos", cargamos con ello... y aun así nos preocupa toda esa mierda de la "prima de riesgo".

En un mundo como éste lo más sensato es erigirle un templo a la locura, y a ello me dispongo.

Voy a hablar de esos proyectos que nunca vieron la luz. Voy a hablar de esas insensateces que Alby y yo queríamos sacar adelante cuando ni siquiera teníamos una formación audiovisual que nos avalase.

No se me ocurre nada más honesto que eso: describir la clase de cosas que queríamos sacar adelante cuando ni siquiera aspirábamos a ello.

Son unos cuántos proyectos, y pienso enumerarlos sin saltarme ninguno. Así que vosotros, mis queridos lectores, tenéis las siguientes opciones:

1- Cerrar esta ventana. Ahora mismo. Dejar de perder vuestro valiosísimo tiempo.

2- Sobrevolar la entrada a velocidad de avión y deteneros sólo en los titulares que os llamen la atención.

3- Leerlo por fascículos. Guardar la dirección en vuestro historial, o donde os salga de los huevos... y degustar a plazos la mierda que me dispongo a ofreceros.

Pues eso:

¿Con qué clase de proyectos soñábamos Alby y yo cuando compartíamos pupitre en el instituto?


- El ataque de los botones asesinos.

Recuerdo que queríamos rodarlo en casa de nuestro amigo Armiche. Estaba basado en una realidad que aún hoy día me sigue fascinando: Hay gente que tiene fobia a los botones. Así, como lo oís. Gente que ve un botón suelto, sin estar cosido a ninguna camisa, a ninguna chaqueta... y eso les produce una repulsión difícil de soportar. Un par de tíos míos padecen esa fobia. Una vecina mía también la sufría.

Por alguna estúpida razón, en aquellos tiempos del instituto decidimos que esa fobia tan extraña era lo suficientemente fascinante para basar en ella toda una peli.

Y yo empecé a escribir el guión de marras, muy influido por Tarantino y toda esa mierda. De hecho, rebuscando materias primas para ilustrar este post he encontrado el guión original. No me he atrevido a leerlo. Por vergüenza ajena y tal (ajena porque, para bien o para mal, yo ya no soy aquel chaval). Pero eso: mú tarantinesco. Diálogos triviales que no vienen a cuento, personajes enfrentándose los unos a los otros, etc.

Voy a hacerle una foto a la primera página del ¿guión? de aquel engendro y lo voy a colgar aquí, para desmitificar... no sé... cualquier cosa que pueda desmitificarse a estas alturas...


 

- El ataque de los intramundos.

Recuerdo esta historia con especial cariño, porque... ¡de verdad estábamos dispuestos a rodarla, joder!

La historia se sustentaba en esa teoría que da título a esta sección: La de los "intramundos", según la cuál existen cavidades del tamaño de continentes entre la superficie de nuestro planeta y su núcleo.

Cavidades en las que, según los teóricos más aventurados, podrían haberse refugiado los homínidos que en su día huyeron del Gran Diluvio, formando civilizaciones subterráneas que evolucionaron de forma paralela a nosotros.

Hay gente que cree que cuando alguien ve un OVNI, en realidad está viendo un vehículo de los "intramundistas".

Nuestra peli de "El ataque de los intramundos" (que desarrollábamos mientras los profes nos explicaban Física, Lengua, Matemáticas...) se basaba en cómo los citados "intramundistas" venían a nuestras islas Canarias a través de los volcanes a intentar conquistarnos... porque necesitaban energía.

Tal y como lo habíamos diseñado, los intramundistas tenían toda su cultura y toda su industria basada en el cacahuete. ¡En serio! ¡Os lo juro! Siete u ocho años antes de Gritos en el Pasillo, ya pensábamos en los "manises" como elemento visual. Lo invasores venían a nuestro mundo porque en sus guaridas subterráneas se les habían terminado los cacahuetes, e incluso las naves que diseñamos para ellos tenían la forma de un cacahuete, con "patas de ovni" y tal...  y con una extremidades rematadas en pinzas, y un taladro en lo alto del maní, para poder abrir túneles hacia la superficie. Pero... ¡¡¡qué rabia!! No encuentro la libreta en cuestión... pero estará en algún lugar... una libreta en la que tenía dibujos de esas naves cacahuetiles.

También tenía dibujos de los alienígenas. Pensábamos hacerlos de la manera más cutre y sencilla: un tío envuelto en una sábana, con dos coladores por ojos y un colgante con un cacahuete al cuello.

¡Mierda! Qué pena no tener aquí los dibujos... Gráficamente es más fácil de entender. Sonaría, como mínimo, la mitad de ridículo.

Pero, por otra parte, el clímax de nuestro guión era que el alcalde espantaba las naves a pedradas, al más puro estilo "majorero"... y eso no hay ningún dibujo que lo salve.


- La cosa que se comió los donuts.

En ésta sí que lamento no tener a mano aquella libreta repleta de dibujos, porque invertí toneladas de cariño en imaginar la manera de "dar vida" al monstruo.

La historia iba sobre cómo el "alumno gamberro de la clase" se comía unos donuts durante las prácticas de laboratorio de Química. Y al cometer esa pequeña infracción, las partículas del donut se mezclaban con los demás compuestos químicos del laboratorio y... se creaba una criatura monstruosa que iba matando a todo el instituto: Profes, coneserjes, alumnos y tal...

Me da muchísima pena no tener la libreta con aquellos diseños porque... joder... había desglosado todo lo necesario para construir la criatura: La base iba a ser una papelera puesta bocabajo, los ojos iban a ser pelotas de pin-pong manipuladas desde atrás gracias a alambres. Las mandíbulas estaban armadas de palillos de dientes maquillados, que se accionaban gracias a unas tijeras de cocina a las que estaban conectados... y etc, etc, etc... todo era así...

El alumno "subversivo" en el que nos inspiramos para detonar la trama era nuestro apreciado Juanma. Un compañero que poco después falleció en un accidente de coche. A veces pienso que... ojalá hubiésemos sacado adelante esta mierda, aunque sólo fuese como homenaje a ese buen hombre.


- Ciclotrón.

De ésta también tenía dibujos, en la misma libreta que las dos anteriores. ¡¡Mierda!! ¿¡Por qué no he encontrado esa puta libreta, si tengo la impresión de haberme cruzado con ella cien veces en los últimos años!?

Bueno, dejemos de lamentarnos.

Ciclotrón era uno de nuestros proyectos estrella. El nombre no es nuestro. Bautizaron con él a algún trasto científico. Si no recuerdo mal, a un acelerador de partículas.

Pero Alby y yo teníamos muy claro que un nombre como ése no podía desperdiciarse en un trasto candidato al Nobel.

"Ciclotrón" es, por cojones, un nombre de criatura de serie B.

Así que, mientras nuestro profe de Física nos explicaba la Física, nosotros discutíamos sobre cómo crear un Godzilla "a la Española" llamado Ciclotrón. Y la respuesta era secilla, claro:

Un BURRO gigante, de 200 metros de altura, con ojos compuestos de insecto (¡qué pena no tener los cuadernos! ¡Lo dibujé mil veces!) Mutaba al comerse un fruto radiactivo en la costa de Palomares, luego se cargaba toda Francia y... acto seguido... intentaba lo mismo con España.

Teníamos secuencias realmente espectaculares. El burro gigante arrancaba la torre Eiffel en Francia y la usaba para destruir la Gran Vía de Madrid. También arrasaba la catedral de Burgos emitiendo rayos láser por sus ojos.

De hecho, los héroes de la peli eran estereotipos muy "a la española": El capitán Gutiérrez de la Guardia Civil, en su citroen dos caballos, el obispo de la catedral de Burgos, la niña prodigio Marisa Tréboles (que era nuestra Marisol particular)

Joder, en aquellos tiempos no sabíamos qué cojones era una escaleta, pero teníamos casi entera la escaleta de la peli. El burro gigante moría ensartado en la cruz del valle de los caídos. (corrección a posteriori: Me acabo de acordar de que Ciclotrón no moría en el Valle de los Caídos. La cruz de los caídos también se la cargaba. Moría ensartado en los cuernos de un toro de Osborne gigante cuya existencia, lo crean o no, habíamos sembrado en el primer acto, aunque entonces no teníamos ni idea de lo que era un primer acto)


- Jespañia 2050.

Ésta creo que la teníamos más en cuenta para juegos de rol que para pelis. Pero no perdemos nada por hablar de ella.

Porque sí: A esas edades jugábamos al rol. En esos tiempos no bebíamos alcohol, ni íbamos a discotecas. Lo único que podíamos hacer para dar rienda suelta a nuestras mierdas era crear historias...

... o jugar a cosas raras...

... o raparnos la cabeza y linchar con bates de beisbol a todo aquél que no perteneciese a la raza aria. Pero si tenemos en cuenta que Alby es medio negro, eso habría sido muy absurdo (y quizá, por ello mismo, muy bonito)

Jespañia 2050 era parte de un universo alternativo que inventamos a partir del juego de rol de "Fan Hunter", que proviene a su vez del universo de Cesc Piñol.

Jespañia 2050 era la futurista historia de un Guardia Civil que combatía el crimen al estilo batman, acompañado de su "Robin" particular, que era "el Torero Maravillas".

Y dicho esto, entenderéis por qué prefiero no demorarme mucho más en este apartado.


- La trilogía de Mc Flannagan.

 ¡Joder! ¡Ésta era una de nuestras favoritas! Creo que surgió cuando vimos "El ejército de las tinieblas" de Sam Raimi. Aunque la peli nos encantó, creo que nos quedamos con las ganas de ver en la gran pantalla ciertas cosas que Bruce Campbell no nos ofreció cuando le pagamos la entrada.

Por eso decidimos que algún día nosotros haríamos "Owls", la historia de un ex-combatiente frustrado (Jerry McFlannagan) dispuesto a hacer volar por los aires cualquier construcción y/o fortificación de aspecto medieval.

La justificación para meter a nuestro querido McFlannagan en el lío es tan retorcida (y al mismo tiempo tan mainstream) que seguramente, mientras os la cuento, ya hay algún ejecutivo intentando robárnosla:

Un brujo que quiere conquistar todas las dimensiones. Pero hay un problema: Si quieres viajar a otra dimensión, tienes que intercambiarte con otro ser de esa dimensión alternativa, para no alterar el equilibrio del universo y toda esa mierda. Mientras el brujo esté en nuestra dimensión haciendo sus gestiones, otro ser de aquí tiene que ocupar su lugar en su mundo "medieval".  Y el puto brujo tuvo mala suerte, tíos.

Eligió al sustituto equivocado.

Cada vez que el malvado brujo viaja a nuestra dimensión, se cambia el turno con el  ex-combatiente Jerry McFlannagan, que despierta en un mundo medieval... y actúa al respecto: libera esclavos, vuela castillos por los aires... intenta superar sus frustaciones, redimir las cosas que no pudo hacer en Vietnam (la historia a estas alturas se ha quedado tan vieja que ahora tendríamos que decir Afganistán)

Nuestra ilusión era ver a un tío vestido con ropas militares de camuflaje reventando todo lo que la gente medieval consideraba inamovible.

Imaginábamos a McFlannagan reventando a caballeros a golpe de ametralladora, volando fortalezas de piedra con explosivos, atravesando los rosetones de las catedrales como un ángel triunfal...

De alguna manera, creo que era nuestro alter-ego para enfrentarnos a la burocracia, e incluso a la mismísima muerte. Era el energúmeno que deshacía el nudo gordianao. Daba igual lo injustas que fuesen las cosas "ahí fuera". Mc Flannagan llegaba, lo regaba todo de gasolina y prendía fuego a las catedrales, o los ayuntamientos, o los institutos, o lo que hiciera falta. Nada pesaba los kilogramos suficientes si sabíamos que McFlannagan estaba dispuesto a hacer volar esa "nada" por los aires.

De hecho, yo me pasaba las clases dejando que las enseñanzas de los profes me entrasen por la puerta trasera mientras dibujaba catedrales dignas de ser destruídas por McFlannagan.



 Lo gracioso es que teníamos ya pensada una trilogía para el venao de Mc Flannagan. En la segunda parte, el ex-combatiente se enfrentaba a una invasión alienígena, pegándole palizas a alienígenas de ésos que se describen la revistas tipo "Año Cero", bajitos, pálidos, con cabeza abombillada y ojos almendrados.
Y en la tercera parte, McFlannagan iba al infierno a liarse a tiros allí para rescatar a un compañero caído del Vietnam. Aunque esta última trama tenía demasiados puntos en común con:

- La Divina Masacre.

¡Os lo juro! Queríamos hacer una versión de "La divina comedia" de Dante pero a nuestra manera... con un Dante experto en kung fu y armado hasta los dientes con ametralladoras... y... claro... un Virgilio a Juego.

Así lo titulábamos: "LA DIVINA MASACRE" (DANTE`S IN DA HELL)

Reconozco que sigo teniendo la espinita de hacer algo de ese tipo... pero ahora ya no tiene puta gracia. Ahora está de moda. Ahora hacer algo así es como diseñar un vaso del Starbucks.

En la misma hornada diseñé una trama para "Dr Jeckyll y Mr Hyde" (hace diez u once años) Quería titularlo "Hyding Je-kill" y consistía en que Mr Hyde, aprovechando un momento de debilidad de Jeckyll había arruinado su vida y la había sembrado de trampas. Todo ello con mucho kung-fu y tal.

Años más tarde se lo comenté a César del Álamo, me propuso que hiciésemos esa misma historia, pero con una chica en vez de un chico... y con triple personalidad en vez de doble... y el resultado fue el largometraje "".

- Las tribulaciones de Batman y Robin en Gotham City.

¡Hostias! ¡Ésta es muy jodida!

Es lo que tiene ser fans al mismo tiempo del rollito Burton y del rollito Tarantino: Que imaginas cómo podría hacerse una peli de Batman al estilo Pulp Fiction.

O ni siquiera eso. Es mucho peor: Lo que imaginas que harían con Batman un par de chavales de 17 años que son fans de Reservoir Dogs.

Mierda puta.

Para que os hagáis una idea: Nuestro Batman/Bruce-Wayne ideal era Michael Madsen, nuestro Robin era Fran Whaley (Brett en Pulp Fiction), tenían un manager muy patético interpretado por Steve Buscemi (que se llamaba.... ¡oh, Dios!... se llamaba Leroy) y se enfrentaban a dilemas como atropellar accidentalmente a un pavo real (llamado Picky) que era la - queridísima - mascota de Gotham... o que les robasen el Batmóvil, seguirle la pista, encontrarlo desmontado en un taller de los suburbios... volverse locos... descuartizar a los ladrones... y tener que arreglárselas para limpiar el taller, para ocultar los cadáveres...

(¡¡Ah, el giro final era que Alfred había descuartizado a Batwoman tras grabar con ella una snuff movie. Porque se sentía celoso!)

...

...

... Éramos jóvenes...


- El banquete de bodas.

A ésta le tengo especial cariño, porque aún hoy sigue resonando en lo más turbio de mi inconsciente.

El prota es un empleado miserable de una gran empresa. Y el gran jefazo le ofrece un alto cargo en la cúpula de la empresa, con mucho más sueldo y más responsabilidad...

... siempre y cuándo él acceda a casarse con su hija.

Y el prota accede, claro... pero cuando está junto al altar... descubre que la hija del jefe de la empresa es una mantis religiosa gigante.

Aun así apechuga con las consecuencias, se casan... y van a pasar la "luna de miel" a un hotel amurallado del que es muuuy difícil salir.

Y en ese hote pasa lo evidente: Cuando el prota y la mantis consuman, la mantis/hija del presi intenta matarlo, y él intenta huir (con el resto del personal del hotel compinchado con el multimillonario/padre de la mantis para impedirlo)

Alby, en su día, intentó hacer una versión de la historia en cortometraje. Yo sigo insistiendo en que esto da pa largo, ¡joder! ¡Una mantis religiosa gigante! ¡Heredar un imperio! ¡Es puro Pérez Galdós!


- Proyecto Lorien.

También lo bautizamos durante un tiempo como "Proyecto Morpheus", o como "Aluzone". Sí, lo habéis adivinado. Iba sobre sueños y toda esa mierda. (y sucedió años antes del puto Matrix y más de una década antes del puto Origen.)

Poca gente lo sabe: Pero éste fue el germen de Gritos en el Pasillo. Queríamos hacer una historia con "clips" de playmobil. Y nuestra trama era muy ambiciosa. Sueños dentro de sueños y esas movidas que luego, más de diez años después, ha puesto de moda Christopher Nolan.

He mirado por encima la trama que barajábamos y... ¡oye! ¡No era mala!

Incluso tengo entre mis cuadernos algunos bocetos de Alby sobre el tema:




En un momento dado, llegamos a la conclusión de que los playmobil estaban demasiado vistos, y de que a lo mejor la empresa suiza que los fabricaba podría demandarnos por derechos de imagen y tal. Así que, tras pensar en esto, en lo otro y en lo de más allá, propuse lo de usar el cacahuete como alternativa al "playmobil".

Pero mis socios no estaban muy convencidos.

Resolvimos hacer una prueba intermedia: Rodar un cortometraje bélico con cacahuetes, ambientado en la guerra del Vietnam y rodado en las macetas de mi casa. Se titularía "El sabor de la metralla".

Nunca llegó a rodarse.

Aunque reciclé a los militares del sabor de la metralla para el final de Gritos en el Pasillo.

Finalmente, escribí también el guión de Gritos y por alguna razón, a pesar de su simplicidad - o gracias a ella - caló más entre mis compañeros que el de "Proyecto Lorien"...  y tras cuatro años de Infierno, Gritos se convirtió en una peli.

Aunque yo creo que "Proyecto Lorien/Morpheus/Aluzone" habría sido una trama bastante más agradecida
(en aquellos tiempos. Ahora ya no. ¡Puto Nolan!)



- Edgar Allan Ninja contra el Dr Lovecraft.

A estas alturas a nadie le impactará este título. Ya nos hemos follado a Dante, hemos mencionado a Tolkien, hemos mezclado a Batman con el puto Tarantino...

Pero sí: Nosotros teníamos la ilusión de hacer unas pelis ambientadas en la ciudad ficticia de Allansville, protagonizadas por Edgar Allan Poe o, mejor dicho: Edgar Allan Ninja, experto en taekwondo y en armas de fuego.

Era una peli maravillosa. Puedo asegurároslo porque, de alguna manera, la tengo entera dentro de mi cabeza. Alan Poe liándose a hostias con primigenios lovecraftnianos, y un clímax en la biblioteca del propio Lovecraft: Poe entraba la casa de H.P Lovecraft, examinaba los libros de las estanterías y se daba cuenta de que los forros de los libros eran falsos. No eran ensayos de antropología, sino manuales de kung-fu. ¡¡Imagináos qué pedazo de clímax!! El taekwondo de Poe contra el Kung Fu de Lovecraft. Antes la gente apreciaba esas cosas. Ahora sólo se descargan politonos de amor.


- Shakespeare Shaolin.

Como suena, en serio.

¿Sabéis eso que dicen de tener un "high concept"?  Un conceptazo para una peli que puedes explicar en una sola frase.

Pues nosotros barajábamos ese rollo del "high concept" hace unos diez años:

"Shakespeare SHAOLIN":

¡¡Shakespeare con kung fu!!

Lo realmente turbio del asunto es que nosotros no nos lo tomábamos a risa. Teníamos ya la trama bastante perfilada, y en ella entrelazábamos a Hamlet, a Lady Macbeth, al Rey Lear y a Othello. (todo ello aderezado con artes marciales, por supuesto)

Os adjunto aquí uno de los esquemas que barajábamos para la trama. Si alguien no tiene demasiado miedo a un derrame cerebral, pues igual incluso se atreve a leerlo:





- Falange zombie.

Pues eso: Zombies en la guerra civil. A alguien se le tenía que ocurrir, y supongo que se nos ocurrió a mil a la vez. Pero nuestra versión era preciosa, en serio!!! El brazo incorrupto de Santa Teresa estaba encerrado en una vitrina porque de lo contrario habría intentado estrangular a alguien. Guernica la bombardeaban con zombies en vez de con bombas... incluso había una secunecia "mú española" con todos los zombies bailando un pasodoble en la plaza del pueblo mientras el cochino (también zombie) gritaba mientras giraba - y se asaba - sobre la hoguera...

El caso es que teníamos ya preparadas la segunda y la tercera parte: AQUELARRE ZOMBIE (ambientada en la España medieval, al más puro estilo Amando de Ososrio)  y CENTURIA ZOMBIE (ambientada en la Hispania ocupada por romanos - de esto creo que nunca he visto una peli -)

- Ira Celtíbera.

Ésta es de cuando lo de "la moda de los ochenta" no era una moda todavía. En aquellos tiempos, en todo caso, hablaba de estas cosas Viruete (y casi nadie más)

El caso es que nosotros teníamos una idea para hacer una peli REALMENTE "ochentera".

"Ira celtíbera". Ésa era nuestro Working Tittle.

Era una especie de mezcla entre "Cazafantasmas" y "No matarás a vecino".

¿La trama?

A un chaval su vecino le encarga cuidar las plantas del apartamento mientras está de viaje. Y claro, el chaval, pues... entra allí con sus colegas... y hay una habitación que se conserva exactamente igual a como estaba en los ochenta: La habitación del hijo de ese vecino, que se suicidó y tal...

El caso es que nuestros protas, en esa habitación, encuentran un videojuego que prácticamente se dejó de vender al día siguiente de salir a la venta: El videojuego basado en el grupo de rock "Adalides del caos". Un videojuego maldito.

Pero nuestros protas lo encuentran... y empiezan a jugarlo... y al hacerlo, empiezan a abrir las puertas del infierno y tal (ya se sabe: si juegas en un programa imformático, estás manipulando números y tal... y eso es cábala, o yo qué sé)

- 33 tumbas vacías.

Un western con zombies que Alby y yo empezamos a idear (con la ayuda de Enrique Esturillo) mientras ayudábamos a una amiga nuestra a hacer su mudanza.

Es curioso: A veces ese tipo de actividades son más productivas que encerrarte en una habitación, ponerte en cuclillas y decir: "Ahora me voy a concentrar hasta que se me ocurra algo fructífero".

"33 tumbas vacías" iba sobre un pistolero que era víctima de una maldición. Habia matado a 33 personas que figuraban en una lista, y como el último reo era un indio, le lanzaba la maldición... y entonces esos 33 muertos se levantaban en plan zombies y le perseguín... intentando matarle... y también mataban a todo aquél que se interponía en sus caminos...

Y disparaban balas que tenían ceniza en vez de pólvora... Esa mierda.

Y claro, luego llegan unos daneses, te ofrecen una peli sobre zombies en un western y, aunque tú ya llevabas trabajando en ese concepto desde un año antes... pues eso: que te lo han pisao.

Y la vida, más o menos, consiste en esa mierda.



3 comentarios:

Rubentxo dijo...

El Proyecto Lorien, la Falange Zombie, El banquete de bodas, la Divina Masacre... ¡¡¡prometen!!! Mucho. "La cosa que se comió los donuts" es un título que ya quisera para sí más de un director... Y lo de la fobia a los botones me ha matado... Normal que se te ocurriera un largo entero.
A lo mejor ahora, visto así con retrospecter, te parecen proyectos descabellados, pero a lo mejor sólo eran proyectos valientes, sin complejos...
Últimamente (es verdad) he estado repasando textos que escribía con una amiga durante nuestra adolescencia, en una especie de club de escritura que formamos como a los 12 años. Hay cosas - evidentemente - penosas, pero encuentro en esos manuscritos mucha más libertad, inventiva y poca vergüenza que en casi todo lo que se me ha ido ocurriendo después.
Ay, qué bonita, la inocencia de la juventud temprana, y qué guay poder seguir vivos para recordarlo...
¡Salud!

Elena Cobos dijo...

Fantástico.

Anónimo dijo...

Mi favorita es Edgar Allan Ninja. Sólo por el título, merece la pena hacerse.

Un abrazo, Juanjo.

Fer