sábado, 23 de enero de 2010
20 CÉNTIMOS
Hace algunos años, mi buen amigo Raúl me dijo algo que había escuchado en no sé dónde: Que las monedas de 20 céntimos de euro españolas del año 2000 eran escasísimas y, por lo tanto, valiosísimas para los coleccionistas.
¿Es eso cierto? Sinceramente, no tengo ni puta idea. Pero os diré una cosa: Desde que Raúl me dijo aquello, me fijo en la fecha de todas las monedas de 20 céntimos que llegan a mis manos, y en esos tres o cuatro años que llevo haciéndolo habré encontrado, como mucho, unas diez monedas de veinte del 2000.
Y me da igual lo que un coleccionista pague o deje de pagar por esas rarezas. Normalmente, cada vez que encuentro una de esas monedas la pierdo, o la regalo, o me olvido de dónde la he guardado. Porque para mí la auténtica magia no está en el valor de la moneda, sino en la suerte que hay implícita en el hecho de haberme topado con ella.
Cuando una moneda de veinte céntimos del año 2000 llega a mis manos, eso es un símbolo de que ese día estoy de suerte, de que me va a ocurrir algo especial, o yo qué sé...
El otro día compré una chocolatina en una de las máquinas expendedoras del trabajo. La máquina me devolvió el cambio y... sí... justo lo que sospecháis... una de las monedas que me dio esa máquina era una española de veinte céntimos del 2000. Me la guardé en un bolsillo distinto al de las demás monedas, por aquello de evitar gastármela por error en una caña o un billete de guagua. Así que pasó lo que tenía que pasar: Metí los pantalones en la lavadora con la moneda aún en ellos.
Me olvidé del tema. Los pantalones se lavaron, se centrifugaron, se secaron. Me los volví a poner. Y estando (de nuevo) en el trabajo me llevo la mano a ese bolsillo que rara vez uso y... me doy cuenta de que la moneda sigue allí.
Me la saco del bolsillo, explico a mis compañeros lo que significa hallar una moneda como ésa y luego, para hacerme el gracioso, la tiro hacia atrás para que se pierda tras un mueble, como rechazándola.
Y sigo trabajando, y me olvido de la maldita moneda.
Cuando vuelvo a acordarme de la moneda ya es demasiado tarde. Hace media hora que dejé atrás el infecto edificio en el que curro. Hago escala en un bar, me pido una caña, pago, me dan la vuelta, una moneda de veinte céntimos, la miro, es española, leo la fecha... ... ... Año 2000.
Año 2000. Española. Veinte céntimos.
Dos en un cortísimo intervalo de tiempo. El mismo día que me deshago de una, viene otra a interceptarme. Como la pelotica del niño de "El final de la escalera".
No puede ser una simple coincidencia.
Guardo esta segunda moneda en un lugar seguro.
Al día siguiente estoy de nuevo en el infecto edificio en el que trabajo. Mi compañero Íñigo halla en el suelo la moneda de veinte céntimos del día anterior, la recoge y me la devuelve.
Y aquí me tenéis, tecleando esto, compartiendo habitación con dos monedas del 2000.
Tengo la sensación de que la suerte me mima a pesar de mi costumbre de despreciarla. De repente siento que estoy tratando a la diosa Fortuna como Paul Newman trataba a sus mujeres en "El Buscavidas" , como James Bond trataba a Money Penny, como el Don Juan de Campoamor trataba "a Julia Calderón, que era andaluza/y aquí va lo más grave: sevillana".
Normalmente cuando un hombre trata tan mal a esa mujer que tanto se esfuerza en complacerle es porque ese hombre, en lo más hondo de sus entrañas, piensa que no se merece que nadie le trate así de bien.
Así que te pido perdón, señorita Fortuna. Intentaré convencerme de que te merezco, y me esforzaré por devolverte todos los besos que me plantas en los labios.
(acabo de indagar en internet sobre esas monedas de 20 céntimos del 2000 y parece ser que no dan demasiado dinero por ellas. Pero a mí me da igual. En el contexto simbólico de mi vida ya se han convertido en emisarias de lo mágico)
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7 comentarios:
Por curiosidad, ¿cuánto dan por las monedas de 20 céntimos españolas del 2000?... Con que den 21 céntimos, ya es todo un negocio.
Me muuuuueeeeeeeeeeeeeeeeeeeero...
ah, muy bonito tu post.
Me voy a dormir que mañana toca curro nuevo. Besos
Y sí voy a mirar todas las que tengo en mi pinta, si encuentro alguna te la mando.
Intrusa: Si encuentras alguna quédatela! A mí las monedas me dan igual. Lo que me gusta es la magia de encontrármelas. Suerte con el curro nuevo!
César: No sé cuánto dan por cada moneda de de ésas. Creo que nunca se me ocurriría vender una.
Te la mereces Juanjo, claro que te la mereces.
Ayer nos acordamos de ti, mucho!
Besazo enorme
Joe, si ahora cada vez que viajo me acuerdo de tí, mirano las diferentes monedas...
Ahora tengo que fijarme tb en los años...
Pues vaya.
Besitos narajaman.
Bueno... A lo mejor, si esta racha sigue, yo sí que me pongo a venderlas ;)
Hola me gusto mucho tu historia soy de Medellín colombia y manejo taxi y me encontré una moneda de esas pero el año es 1999 cera mas bn fortuna ??
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