miércoles, 19 de agosto de 2009

BUENOS, MALOS Y GENTE DE VERDAD

Hoy he "revisitado" dos pelis que me han hecho pensar (aquí podría meter un típico chiste de los de: "porque yo de vez en cuando pienso. Pero no lo voy a hacer. Mierda... ya lo he hecho...)

Es curioso porque, sin yo pretenderlo, esas dos pelis tienen un nexo común que las hace complementarse mútuamente.

En la peli número 1 el personaje que me debería caer bien, me cae mal.

Y en la peli número 2 el personaje que debería caerme mal, me cae bien.

La primera de esas dos pelis es KARATE KID.


Sí... El puto Daniel San me cae un poco mal. Ya cuando la veía de niño me costaba empatizar con ese niñato. Y no entendía cómo Elisabeth Shue podía mojar sus bragas por un pingajo inmaduro como ése.

¡Que sí! Que los rubios metrosexuales del Cobra Kai son unos abusones y unos superficiales y todo eso. Pero es que en la mayor parte de las ocasiones es el puto Daniel el que los provoca y se pavonea de una manera harto abofeteable.

Que el pobre némesis rubio-karateca de la peli hace todo lo posible por no partirle la cara a Daniel, pero es el hijo de puta del Ralph Machio el que se gana el fostiamiento a pulso. ¡Coño, Daniel San! Si sabes que le estás levantando la novia a alguien que aún tiene el dolor fresco, ten un pelín de consideración! Hazlo con delicadeza...

A pesar de ello, el espectador desea que Daniel San triunfe en todo lo triunfable.

(Supongo que para no decepcionar al señor Miyagi, que es un personajazo como la copa de un pino)

Qué pedazo de cosecha la de 1984... Fue el año en que Spielberg estrenó el Templo Maldito. Fue el año en que Joe Dante estrenó Gremlins... Fue el año en que Terry Gilliam estaba lidiando fieramente por terminar Brazil. Y fue tambien el año en que se estrenó este pastelito entrañable llamado Karate Kid.

John G. Avildsen es un director que ya se ha ganado un escaño en el paraíso. Ese puto amo que hizo con el mierda de Daniel San lo mismo que hizo años antes con el gran Stallone en Rocky.

Olvidémonos por un momento de lo mal que me cae el pelele de Daniel San. Si nos centramos en todo lo demás, Karate Kid es una peli adorable.

Lo que más me cautiva de ella es que se trata de una peli de artes marciales en la que apenas se ven escenas de artes marciales. Si minutásemos el contedido de la peli, creo que nos daríamos cuenta de que de los 110 minutos que (aproximadamente) dura, sólo hay unos 11 minutos de metraje en los que se puede ver a gente golpeando o librando cualquier tipo de pelea.

Yo he practicado artes marciales desde que era niño. De manera irregular, sí... pero las he practicado. Y creo que he visto pocas pelis que reflejen tan bien la esencia de las artes marciales como Karate Kid.

Y el hecho de que no se vea ni una pelea en casi todo el metraje me parece casi una declaración de principios. Porque las artes marciales de verdad, las que no se han desvirtuado al convertirse en deportes de competición, consisten en eso: En que la vida es más grande que el tatami, y en que el reto más enorme de todos no está en las peleas de patadas y puñetazos, sino en la maldita batalla interior, en la vida misma, en el día a día...

Es algo que no suele entender la gente ajena al universo de las VERDADERAS artes marciales. Eso de entender que la cuestión del combate y la cuestión de vivir en armonía con todo lo demás son dos cuestiones indisociables. Si eliminas una de las dos incógnitas de la ecuación, el castillo de naipes de viene abajo.

Es como la cuestión del Ta Chi. Hoy día la gente lo practica como si fuese el Yoga, o el jodido Pilates. Los gimnasios han hecho con el Tai Chi lo mismo que hicieron las discográficas con La cabra mecánica. El Tai Chi (el verdadero Tai Chi) es un estilo de kung fu muy efectivo, descendiente del estilo de kung fu del monasterio de Wu Tang. Cierto día, algún gilipollas de márketing de vete a saber qué gimnasio descubrió que servía para potenciar la salud de la gente (cosa que, muchos años antes, ya había descubierto el ministerio de sanidad de China). ¿Qué hicieron? ... ... ... Pues "lavarle" la cara al Tai Chi, despojarle de todo significado marcial y convertirlo en una gimnasia "saludable" para jubilados.

En otras palabras, hicieron con el Tai Chi lo mismo que, según mi tía, han hecho hoy en día con la alimentación cárnica: Limpian tanto las carnes que las despojan de toda su gelatina. De esa manera, los niños comen filetes "demasiado" limpios, inmaculados... pero incompletos... y luego se ven aquejados, a muy cortas edades, de problemas en los huesos.

Y eso le está pasando al Tai Chi en nuestra sociedad postmoderna: Le han quitado la gelatina.

La gente no entiende que todo ese rollo de la paz interior y la armonía va intrínsecamente unida a la seguridad de saber con un alto porcentaje de seguridad que si quisieras, podrías pulverizar a ese capullo que amenaza dichaa paz, dicha armonía.

Yo siempre pongo el ejemplo ninja:

Yo practiqué nin-jitsu cuando era niño. Sólo durante unos meses. Después regresé al Aikido (porque resultó que mis posibilidades económicas alcanzaban para convertirme en samurai, pero no para ser ninja). Pero hay una anécdota sobre mi grupo de ninjutsu que nunca se me olvidará:

Sucedió en unas fiestas municipales.

Todos esos ninjas de paisano estaban por las fiestas, divirtiéndose...

... y de repente llegaron uno navajeros, armados con sus metales puntiagudos, intentando atracarles.

Esos putos amos del ninjutsu podría haberse cargado a los navajeros con sólo un par de movimientos. Pero precisamente gracias a eso, gracias a esa seguridad que les confería el saber cómo enfrentarse la situación, conservaron la calma, empezaron a charlar con los atracadores... empezaron a tranquilizarles... y acabaron yéndose de copas con ellos.

Escuché esa historia verídica cuando era un adolescente tempranero y aún no me he topado con una definición del espíritu de las artes marciales que me parezca más precisa.

Y toda esa mierda está reflejada en Karate Kid. A pesar de las muchas licencias que se toma la peli.

A pesar de que Miyagi insista en que hay que mirar siempre a los ojos del adversario (aunque a mí siempre me han enseñado que NUNCA hay que mirar a los ojos del rival - según las antiguas creencias japonesas, el enemigo puede robarte la energía (ki) a través de los ojos - )

A pesar de que para aprender a esquivar en condiciones hacen falta indicaciones más precisas que las necesarias para encerar coches y barnizar vallas.

A pesar de que si haces la técnica grulla con la rodilla como la tenía Daniel San, corres el riesgo de quedarte cojo para toda la vida.

A pesar de que es muy raro encontrar un buen maestro que te instruya gratis y que encima sea el tío de mantenimiento de tu urbanización.

Pero es que Karate Kid, más que una peli de artes marciales es una peli sobre la vida misma (que, por otra parte, es lo que debería ser cualquier peli de artes marciales). Karate Kid es una peli de "chico conoce a chica". Y es una peli de "me mudo a otra ciudad, me sacan de mi entorno y me cuesta adaptarme". Y es una peli de "yo soy humilde y estoy rodeado de gente demasiado sofisticada para mí". Y es una peli de "soy un japonés que perdió a un hijo y la vida me da la oportunidad de recuperar al hijo que perdí".

Y por todo eso Karate Kid ha trascendido a la memoria colectiva de una generación entera, mientras que otras pelis más "marciales" se han quedado rezagadas en los callejones del trash.

- La segunda de las dos pelis que mencioné al principio es UN DÍA DE FURIA.



En mi adolescencia odié a Joel Schumacher por lo que nos hizo con sus dos entregas de Batman. Luego le vi en un par de documentales, me pareció la mejor de las personas y descubrí que (hombres murciélagos aparte) había dirigido auténticas joyitas. Como esta "Falling down".

Y es que, como adelantaba al comienzo de la entrada, en este caso empatizo más con el personaje que se supone que ha de ponerte en su contra.

Porque es fácil estar del lado de Michael Douglas. Y los guionistas lo saben. Se trata del típico personaje del que huirías en la vida real, pero que al mismo tiempo cae simpático cuando lo percibes desde la comodidad de tu sillón. Porque todos tenemos en algún resquicio de nuestro interior esa vertiente frustrada, desengañada, miserable.

El Michael Douglas de Un día de furia me recuerda al Orson Welles de Sed de mal. Y creo que ambos inspiran la misma ternura que los dinosaurios de Ray Harryhausen... cuando mueren de esa entrañable manera sobreactuada... shakesperiana...

17 comentarios:

Kike dijo...

Sip, a mi también Daniel-San me caía un poco mal... mientras que Miyagi es un ídolo imbatible apra todo dios.

Interesantes reflexiones sobre las artes marciales. La verdad es que el rollo moderno de "música molona", "hostias a cascoporro", "cámara lenta" y "movimientos absurdos" me toca un poco los cojones. He llegado a ODIAR las artes marciales. Pero tu interpretación se me torna la mar de interesante. Uno no es molón por que intente serlo sino por que demustra que puede serlo, dentro y fuera del combate.

¡Pero que dices! ¡Si en "Un día de furia" es clarísimo que los guionistas quieren que te pongas del lado de Douglas!

Juanjo Ramírez dijo...

Claro que quieren que te pongas de parte de Michael Douglas! Pensé que quedaba claro en la entrada,pero veo que no! :P

A mí también me gustan las pelis de mamporros de los Jet Li y Jason Statham de turno :P Una cosa no quita la otra! :P

Anónimo dijo...

Un día de furia es la mayor bajada de pantalones que he visto en la creación de un personaje. Primero lo dibujan como perdedor, luego como víctima, después como un tipo que reacciona y se rebela (haciendo que empatice con él esa parte de reprimidos que todos tenemos) y como vieron que les había quedado tan bien y el Douglas lo bordaba, pensaron... no vaya a ser que este tipo se convierta en un ídolo de masas y el pueblo acaba destruyendo nuestros queridos United States... Pues nada, decimos que estaba loco.

Me imagino a Faemino y Cansado vestidos de médicos con unos historiales y unas radiografías dicendo: ¡Estaba Loco! ¡Zumbao perdido! ¡Loooocccccccoo!

Anónimo dijo...

Yo no estoy de acuerdo con lo de Karate Kid, me pongo del lado de Daniel porque le echa valor: le pegan una paliza en la playa y él sigue tocándoles las pelotas, como en la escena del disfraz de ducha. Creo que lo mejor del personaje es su pertinaz afán de enfrentarse a los problemas, aunque le cueste hacerlo. Y Elizabeth Shue en esta peli es la chica perfecta que a todos nos hubiera gustado enamorar.

De D-Fens, creo que le tenían que haber hecho menos facha y menos desgraciado con su familia. La peli quiere que juegues con él en su primera mitad para que luego le pierdas simpatía en favor de Robert Duvall, el hombre con problemas que los sabe encarar.

Piticli

rafa aw dijo...

Otra buena de Avildsen es "Salvar al tigre" con Jack Lemon que se parece un poco a "Un día de furia" pero más light.

Es cierto lo de Douglas en la peli: tenían que haberle hecho ser un tipo normal al que una serie de acontecimientos (Atascos, agresiones, insultos...) le hacen perder los papeles. Pero lo de que estaba loco desde el principio rompe totalmente con la identificación que podamos tener con el personaje y querer hacer lo que él hace PORQUE SÍ, porque nos da la gana, no porque estemos locos de siempre.

El sr. Miyagi es un Yoda en carne y hueso, Molaría una pelea entre Miyagi y Yoda a base de frases filosóficas.

Otra del 84 es "Tras el corazón verde" Revisítala...

Juanjo Ramírez dijo...

Anónimo: Jajajajajaja. "Está locooo!!" "Está chalaaooooo!!!" Yo no veo ningún inconveniente en que esté loco. No sé... De hecho me parece una consecuencia lógica de haber estado sometido a tanta presión durante tanto tiempo sin explotar...

Piticli: A mí me gusta que el señor D-fens sea un poco facha. Creo que le da volumen al personaje y lo hace todo menos maniqueo. Sí me parece un poco postiza la secuencia en la tienda del neonazi, que parece puesta ahí pa decir al público: Oye, que este tío no es racista ni nada de eso, ¿eh? Con respecto a Daniel San, si a ti te cae bien, te lo regalo. Y a Elisabeth Shue también. :P

Rafa: Cierto! Tras el corazón verde. Un Zemekis entrañable, aunque creo que Silvestri tendría que volverle a hacer la banda sonora y quitar aquellos sintetizadores tan macarras :P

Con respecto a Miyagi, se me olvido poner en el post que parece existir una alegoría, por indicios que te dan sobre ambos maestros. El maestro de Kobra Kai es la guerra del Vietnam. Miyagi es la Segunda Guerra Mundial. Y en la mete del americano ochentero supongo que La Segunda Guerra Mundial era algo honorable en plan acabar con Sauron y Vietnam era el camino del deshonor, de invadir otro país y salir escaldao :P

la tumba sin nombre dijo...

Pero... Pero...

¡¿Cómo se te ocurre criticar los sintes de Alan Silvestri?!

¿Tú has oído la bso de "Delta Force"? Silvestri cogía un Casiotone y sacaba más épica que otros muchos con la Filarmónica de Londres.

De hecho, creo que lo que debería hacer es rehacer todas sus bsos que estén hechas con orquesta y meterles unos cuantos sintetizadores.

Hala, pa que veas lo que es bueno (y que conste que no hay ni un ápice de ironía en mis palabras):

http://www.youtube.com/watch?v=SQUeQOIlcDM

Gonzalo Visedo dijo...

La verdad es que me entran todas las nostalgias del mundo cuando uno habla de Karate Kid... el tiempo perdido, leches... No sé si me caía mal o bien, mis ojos sólo eran para Elisabeth Sue... ain... Para mi el gran momento de la peli es la fiesta de disfraces, y ese disfraz ducha genial. Y Miyagi me recordaba a mi cuñao ayudándome con mi némesis karateca particular, que eran las matemáticas... sólo que yo no tenía a Elisabeth Sue como recompensa.

Un día de furia es la peli que uno a veces desea hacer, porque uno desea ir por la calle ajustando cuentas. De todas formas, sea más o menos creíble el personaje de Douglas, para poder cargárselo y justificarlo, hay que crear un gran personaje como el de Robert Duval, absolutamente reconocible, humano, sensato y terrenal... Con esa mujer al tfno que recuerda a la señora Colombo, pero en insoportable. La hostia que le mete al cretino de compañero es la que todos deseamos dar de vez en cuando a mucho idiota que te hace la vida imposible en un trabajo. Y la construcción de ese personaje, además del inmenso talento de Duval, permite que le pegue un tiro a Douglas y, aunque nos pese, estemos con él.

eñseñorquetepreguntosipreferiasfollarteabritneymuertaoaunaancianaoctogenaria dijo...

Karate Kid y Un día de furia son dos mierdas. Esas pelis de mucho blablablá y pocas hostias. Donde esté el Vin Diesel, que ese sí que la parte y es el puto amo, que se quite lo bailao.
Para ver al Daniel "mierda" San prefiero escuchar un disco de Rocío Jurado cantando "Como un ola"

por cierto, el 84, qué gran año: hasta nací yo. Eso sí, el Athletic ganó Liga y Copa...algo malo tenía que tener.

Juanjo Ramírez dijo...

Gonzo: Sí señor. El personaje de Robert Duvall es exquisito. Como decía Piticli más arriba, representa la otra manera de reaccionar ante la presión.

Lezertua: Tú la peli que tienes que ver es Shot Em Up. Esa sí que lo tiene todo. Si no te gusta ésa, me mearé en tu cadáver tras haberlo violado varias veces por los ojos!

Señor Lezertua dijo...

estoy esperando a que saquen Shot em up en dvd edición sangrienta y con una bala de plata de regalo.
lo de violar mi cadaver por los ojos me parece bien, pero usa protección, que nunca se sabe...
Cuando te vuelves para Donostia que hermosa eres?

Juanjo Ramírez dijo...

Regreso el 25 (y te dejo la rima fácil a huevo ;D)

Juanjo Ramírez dijo...

Muchas gracias por el enlace, Oz!

Jack Shadow dijo...

yo también quiero poner links.
ya por tradición y eso...

http://www.youtube.com/watch?v=55lFE_zxL6Y

mira que serie se ha marcado para internet la chica de Dr Horrible.

Piru dijo...

Purr, me alegro de volver a leerte^-^

Anónimo dijo...

Miyagi, virjo degenerado jejejejejeje

quien no quiere estar en el lugar de el

ejejejejejeje

Anónimo dijo...

Miyagi, viieeejo degenerado jejejejejeje

quien no quiere estar en el lugar de el

ejejejejejeje